Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

jueves, 6 de noviembre de 2008

El abrazo del vampiro


Kamijo

Siento el pacer de recorrer tu cuerpo, mis manos acarician tus labios y los míos tu cuello. No lo sabes pero me has llamado y he acudido, tu melancolía es tan dulce como tu sangre. Mi lengua acaricia la vena que desgarraré y poseeré como propia, me alimentaré de ti mi pequeño iluso. Soy el príncipe de la mentira y la gloria del ascenso a las tinieblas, te mezo en mis brazos y tú susurras versos de amor como un patético Romeo sin Julieta. ¿Te has enamorado de mí? ¿de tu verdugo? Iluso.

-Eres perfecto.-susurras apenas sin aliento y excitado por los “besos” suculentos que doy más allá de tu clavícula.

-Sí, soy perfecto.-comienzo a danzar contigo elevándonos del suelo, diciendo adiós a la conciencia mientras te recuesto en la maleza de este apartado parque de New York.

-Jamás pensé tener tanta suerte.-entornas los ojos, te robo la vida y ni lo notas.

-Ni yo querido, ni yo.-un prostituto que ha perdido la pulcritud y la decencia, que roba a infelices como él y envenena a ricachones para poder poseer fortuna… ¿de qué te sirve esa fortuna? ¿Esas miserias? ¿De qué? Sin embargo, me compadezco porque soy tan cruel como tú y esta vez crees que un maravilloso príncipe azul te guía hacia su palacio.

-Creo que me estoy enamorando.-ríes mientras me dedico a buscar, en el otro lado de tu cuello, una nueva vena.-No más clientes, no más una vida en la calle…tú me has seducido y me iré contigo a ese lugar del que me hablaste…París.-apenas tienes aliento y sigues insistiendo con esa maldita mentira, me siento culpable y ruin.

-No hables más, deja que los labios hablen.-te beso con frenesí y te intentas aferrar patosamente a mi levita negra. Al fin caes yerto y frío, miro en tu boca y hay una sonrisa. Tus últimos pensamientos fueron los de la ciudad del amor conmigo a tu lado.

Me siento un déspota y me pregunto si realmente eras tú a quien me debería llevar esa noche, si bien tus actos fueron nefasto para más de diez hombres y dolorosos para casi un centenar. Sí, no hay vuelta de hoja y hoy debías morir.

Lestat de Lioncourt

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt