Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

sábado, 28 de marzo de 2009

Dark City - Revoluciones Internas (Capítulo 4 parte Ia XXIII)




-Tenía hambre y me hice un bocadillo, pero me dio fatiga.-aquello ya era casi habitual por culpa de los medicamentos.

-Vamos al salón para que se te pase el mareo y luego te subo al cuarto.-comenté y él asintió dejándome que lo llevara hacia el sofá.

Entonces escuché el timbre y besé la frente de Phoenix. Eran las tres de la madrugada prácticamente y no sabía quién podía ser, miraría por el interlocutor antes de abrir. Para mi sorpresa era Uta. Ahí estaba temblando mordisqueándose el labio inferior y con la mirada perdida.

-¡Hola!-dijo nada más abrir la puerta.-Verás se han confundido en el hotel, no me han guardado habitación y... ¿dormías?-preguntó mirándome confuso con las mejillas sonrojadas.-No has cambiado.

-¿Uta?-pregunté algo confuso, se veía distinto pero con la misma hiperactividad y sonrisa encantadora. Era un hombre adulto, cuando era un adolescente prácticamente la última vez que lo vi frente a frente.

-¿Puedo quedarme esta noche? te juro que las demás me busco de nuevo otro hotel. No creo poder volver a ese tras el escándalo que he formado porque yo hice bien todo, creo.-estuve por reír ante lo que me contaba, siempre era un despistado o eso quise creer.

-No, no me importa. Pasa.-cerré la puerta y entró.

-Bonita casa.-cuando quedó frente a Phoenix se quedó algo serio.-Buenas noches.-hizo reverencia cortés y comenzó a reír rascándose la nuca.-Verás... confusión con el hotel... no me guardaron para hoy habitación.-la mirada de mi pareja era todo un poema, más bien un grito de ira.

-Phoenix...Uta...Uta...Phoenix.-comenté con una leve sonrisa y Uta me miró devolviéndomela.

-Encantado-dijo mirando de arriba a abajo a mi antiguo amante y me di cuenta de sus instintos asesinos, cuando él me miraba Atsu con una chispa de complicidad que le sentó fatal.-Me voy a la cama-pasó por su lado y yendo a nuestra habitación bastante serio.

-¡Eh! me dijo Atsu que te gustan los dulces.-como siempre... él y los dulces.-Mira.-se puso ante él con una caja de bombones y yo miré algo incrédulo la escena... Uta seguía igual a pesar de todo.-Espero que me perdonen ambos.-rió de nuevo rascándose la cabeza.-Atsu sabe que soy un despistado y bueno... ¿Recuerdas cuando por mi culpa nos perdimos con aquella furgoneta vieja?-preguntó.-Mi hermano por poco te mata.-

-Sí, así es.-fui hasta donde estaban ambos y tomé de la cintura a Phoenix. Uta miró de esa forma que siempre me miraba, rogante, y luego observó mi mano como quien no quería la cosa. La expresión de sus ojos lo decía todo, le dolía aún pasado un tiempo.-Puedes usar la de invitados.

-Gracias.-respondió seco.

-Eh, que coño pasa.-murmuró el hermano de Phoenix bajando por la escalera.

-A tu cuarto, aquí no pasa nada, tú al tuyo y tú a la cama.-lo tomé en brazos y Uta nos siguió con la maleta.

Se bajó de mis brazos con brusquedad y se giró hacia su hermano, algo me decía que no todo iba bien. Noté sus celos pero jamás pensé que iban hasta esos límites.

-Hola.-sonrió de forma felina y nos siguió casi dando brincos.-Acchannnnnn me pregunto si te sigue gustando el sushi y si mantienes mi receta...podría ayudarte a cocinar.

-No pasa nada, déjale tu cama al amigo de Atsu-comentó con una frialdad casi glacial.-Tú dormirás conmigo-aquello me sentó como una patada en los testículos.

- ah... ¿y él?-preguntó Seth algo confuso y Phoenix solo se encogió de hombros.

-¿Oye Acchan que pasó?-murmuró algo confuso sacando un conejo rosa.-Mira! es bueno...-se sonrojó.-Aunque es rosa también vale? lo vi y no me controlé.-yo estaba que quería matar a cierta persona.

-Pasó que tiene celos.-mascullé y me tomó de la mano tirando de mí hasta su cuarto.

-Si te traigo problemas me voy.-abrazado a ese conejo me recordó tanto a cuando lo conocí que simplemente lo abracé.

-No tienes la culpa eres un maldito despistado.-me separé de él y tomé el conejo.-Se lo voy a llevar.

-¿Puedo ir a verlo?-asentí y siguió mis pasos quedando los dos mirando al niño medio bobos.

¡Imbécil! ¡Imbécil!-escuchaba gritar a Phoenix pero preferí no hacerle caso y me fui a dormir, ya se le pasaría sus tontos celos y sus tontas pataletas. Si bien no pude dejar de poner la oreja y escuchar la siguiente conversación

-Oye...esto... Phoenix…oye...si...si molesto... puedo... puedo dormir en el coche que alquilé...-era la voz de Uta y antes de su hilo de voz noté como llamaba a la puerta.

-Oye... no sé que piensas de mí pero... pero yo tengo pareja.-era falso, lo sabía sin embargo supuse que era para evitarle los celos a Phoenix con una pequeña mentira.-Yo quiero mucho a Atsu, pero únicamente como un hermano, lo quiero como a mi hermano... además... no me caes mal, yo no quiero caerte mal a ti.-me sentía impotente al ver como el encuentro entre ambos había sido un desastre.-Creo que mejor me voy... despídeme de Atsu, fue un placer conocerte... sólo te diré que me pareces mejor que Clarissa... hacía... hacía mucho que no veía a Atsushi así...-

Se abrió la puerta y yo seguí sentado tras la mía intentando que mi buen oído no me fallara. No quería perderme ni una palabra de ambos, porque luego hablaría por separado con cada uno y los pondría bien firmes. Uno por celoso y otro por cabeza hueca.

Mire mejor vaya a acostarse-no le tuteaba, al igual que él no lo hacía conmigo.-Phoenix se enfada rápido, pero no le dura mucho. Lo único que va a sacar es ponerle peor y mi hermano enojado es hasta peligroso.-Peligroso, sí, eso lo sabía yo bien como podía reaccionar cuando algo no salía como él quería, berrinches increíblemente fuertes y también lanzamiento de objetos. Escuché en ese instante sus pasos por la madera de la escalera, seguramente bajaba.-Ah... ni se le ocurra revisar mis cosas ni mis libros.-después descubrimos el porqué de esa advertencia, la verdad es que me lo esperaba.

-Tranquilo...no soy curioso.-una mierda curioso, era peor que eso, pero no querría desagradar al chico. Lo primero que pensó es que ahí guardaba las revistas porno como había hecho conmigo y él a su edad, los cigarros y quizás los condones...fotos de chicas que le gustaran o algún secreto. Eso le hizo desear verlos, si bien no hizo nada. Le siguió hasta la cocina y yo fui tras ellos intentando no ser visto.-¿Cocinarás?-preguntó confuso.-Bueno...yo...-se rascó la cabeza.-No he comido desde hace horas.-sonrió para luego mirarlo serio todo. Cuando era serio era como yo, un hombre maduro pero su tono informal y amable le hacía ver unos cuantos años menos...menos de 40.-¡Mermelada!.-casi gritó a viva voz cuando la vio.-¿Te importa que haga algo?...-casi me echo a reír al ver sus reacciones de adolescente o de niño pequeño.

Supongo que no-dijo entregándole la mermelada, mientras hacia un submarino para Phoenix, con vegetales, queso y bastante jamón y mayonesa. Aquello tenía buena pinta y me rugió el estómago, si bien nadie en la cocina se dio cuenta.

-Espero que dejen de estar enfadados esos dos.-comentó canturreando mientras hacía tostadas recortadas en forma de corazón.-Atsu suele decirme siempre que Phoenix es el amor de su vida, yo me alegro.-lo decía de corazón y se notaba.-Esa bruja lo amargó y yo no supe hacerle feliz.-hizo unas cuantas y le ofreció una.-¿Quieres?-

En ese instante me fui de la cocina o terminaría estallando a carcajadas al ver que ese no cambiaría nunca. Subí por las escaleras y fui a la habitación donde estaba él.

-¿Piensas que aún siento algo por Uta? es como un hermano pequeño.-la pregunta fue directa, no me iba a andar con rodeos.

Tú no me amas-susurró temblando por el frío y la llantina de la noche.-¡Vete! ¡Vete con él que esta sano que tú a mi no me amas!-dijo girándose para intentar darme un almohadazo.

-¿Por qué piensas eso?-no me importó ese almohadazo, lo abracé con fuerza besando su frente.-Según me dijo su hermano mayor, Toll, tiene romances aquí y allí... ¿para qué querría estar conmigo? además cuando le hablaba de ti por la mensajería siempre decía "que mono". Phoenix...-susurré algo cansado ante su actitud.-Nunca vas a creer que todo lo hago por ti.

-Ya déjame-me decía intentando soltarme de él- preocupado por mí.-susurró para elevar la voz casi hasta llegar a gritos.-¡Mis cojones! ! Le estabas esperando a él! ¡Eso es lo que hacías despierto tan temprano!-dijo abrazándose llorando a mí, aferrándose como lo hacía cuando le decía que me debía de ir con Clarissa. Estaba helado y yo arropé con las mantas de la cama.

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt