Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

sábado, 28 de marzo de 2009

Dark City - Revoluciones Internas (Capítulo 4 parte Ia XXII)


Desde el clan de Violadores de Ukes presentamos a UTA...40 años y sigue haciendo corazones con las manos, asustándose, pegándose con su hermano y refugiarse en este cuando Atsushi camina por el escenario para agarrarlo y hacer "espectáculos" más bien sacados de películas X que de un concierto normal... aunque ocultarse tras Toll/Anii XDDD creo que es algo estúpido porque él va a lo suyo, golpear la batería. Vamos Uta XD que tú puedes! puedes ser aún más uke! XDDD






Vino como siempre y me miró con la ceja alzada. Parecía molesto y no entendí el porqué. Había tardado diez minutos en llegar y yo me volvía loco por la habitación, no sabía si es que lo había levantado de la mesa o qué.

-¿Es pariente tuyo el muchacho al que casi atropello cuando aparcaba?-preguntó serio sacando sus aparatos para oscultar a Phoenix. Sólo estaba mareado, no tenía nada más, pero con su enfermedad me preocupaba.

-Sí, de Phoenix.-respondí con los ojos llenos de llamas por como se había comportado.

-Ha cruzado sin mirar y para colmo se ha molestado, me ha arrancado la figura de mercedes de lo alto del capó.-puso su estetoscopio sobre el pecho de Phoenix, después tomó su pulso y le inyectó unas vitaminas porque decía que en los análisis que había obtenido el día anterior estaba bajo de esta. Los mareos eran normales, algo muy común en su enfermedad.

Cuando acabó simplemente me dio unas pastillas para que se las tomara a diario junto al resto del tratamiento, eso haría que no estuviera bajo de defensas y tendría la vitamina E que la tenía excesivamente lejos de los límites normales. Al cerciorarme que se había marchado tras extenderle el cheque lo llevé a nuestro lecho, lo hice en brazos y lo dejé arropado. En ese momento tuve que hacer frente a la cara de asesino en serie que tenía su queridísimo hermano.

-Le ha dado una crisis por tu culpa.-me mordí el labio y me contuve con las manos en los bolsillos, porque estaba seguro que ese terminaba probando mi puño.

-La crisis siempre le dan cuando le alteran y esta vez fue tu culpa. Haz un favor al mundo y pégate un tiro.-una carcajada propia de un egocéntrico sin sentimientos resonó en su pecho con sonido metálico.

-Te dejará y no únicamente porque seas un asesino, no, tampoco porque hayas sido infiel a tu mujer y ahora vuelvas a poder serlo con él, no, mucho menos porque os enfadéis…lo hará porque yo lo induciré a ello.-lo levanté en peso y palideció de nuevo.

-Vuelve a decir eso, vuelve a decirlo y puedes que amanezcas muerto.-Phoenix era de lo único que tenía, lo poco que podía decir o sentir que no se iría de mi lado con facilidad.

-Uy que miedo me da el señor mafioso.-dijo con un tono sarcástico que fue aún peor que oír un par de uñas sobre una pizarra. Deseaba descabezarlo, ser el rey del País de las Maravillas y hacer que mi reina descabezara al nuevo prototipo de Alicia.

-Te juro que haré de tu vida un infierno.-susurré entre dientes.

-Welcome to the jungle.-pestañeó riéndose de mí, se burlaba de mí el maldito. Quería sacarle los ojos con mis dedos y llenarle de crema de wasabi el estómago.

-Welcome to the hell, mocoso.-dije empujándolo para caerlo al suelo haciéndome sonreír levemente.

-¡Hijo de puta!-gritó golpeando las maderas del suelo.

-Mira hijo de perra tu hermano es un infeliz, siempre lo será, porque tiene una escoria como tú como hermano. No te lo mereces, quizás yo tampoco, pero tú menos. Eres un egoísta, un egocéntrico y estoy seguro que un matón de tres al cuarto con aspiraciones de más.-se quedó serio, borró su sonrisa y desvió la mirada.-Un crío inoportuno, un celoso posesivo de los cariños de su hermano mayor. Por dios, madura de una vez y deja que el mundo gire. Tu hermano es un adulto, sabe tomar decisiones.-tras eso me coloqué un cigarro en la boca y me fui a fumármelo al despacho.

Estuve un par de horas allí abajo pendiente si escuchaba algún movimiento en la casa. Entonces decidí ir junto a él abrazándolo, rodeándolo con necesidad y sintiendo como el sueño venía.

-Atsu.-susurró con voz suave.-Has estado fumando mucho, apestas a tabaco.-me reprochó y yo le agarré aún más.

-Tuve miedo, estoy por pedirle a los muchachos que vengan otro día y que mañana hagan turismo.-susurré acariciando su vientre.

-No, es lo que deseas.-aún parecía aturdido.

-Sí, deseo verlos a todos. Traen momentos amargos y dulces a mi mente, me recuerdan a la rebeldía eléctrica y el salvajismo que a veces imprimíamos en nuestras canciones. Era como si todo lo malo que sucedía en nuestras vidas se grabara por siempre en nuestros folios. No sabes cómo me sentía subido a aquellos escenarios estrechos de bares de mala muerte, no puedes saberlo.-sonreí y él se giró acariciando mi rostro mientras le agarraba bien de las nalgas.

-¿Cómo son? Me has hablado poco de ellos.-intentaba evitar el tema por una razón, Uta.

-Digamos que aparentábamos lo que éramos, unos matones. Unos tenían problemas con la economía familiar, otros eran marginados pero Imai al igual que yo descargábamos la ira acumulada por años de aguantar a nuestros padres.-era como mi hermano mayor, tenía dos años más y siempre tenía palabras amables.

-No sois unos matones, ahora no, pero tienes aire de Yakuza.-susurró con una sonrisa burlona.

-Deseo ver como está Uta.-murmuré.

-¿Por qué?-preguntó ante mis palabras que surgieron de mi mente sin más, no quería decirlo en voz alta.

-Uta es, bueno fue mi primer amor. Estuvimos juntos mucho tiempo para ser una pareja dispar. Le amaba aunque no era capaz de tener la bragueta cerrada, no sé cuantas veces me permitió deslices con mujeres. Eél simplemente me abrazaba suplicándome que al menos quería ser el primero de entre los hombres, de entre las mujeres también.-susurré y noté como fruncía el ceño.

-¿Sí?-dijo molesto pero no dijo nada, seguí narrando.

-Sí, así era. No lo olvidé durante años, tuve que dejarlo y a pesar de que estuve con Megumi en ocasiones olvidaba al resto del mundo y me preguntaba que sería de él. Era alguien especial, siempre se preocupaba por mí y mi madre lo adoraba.-no hubo interrupción y proseguí.-Estúpidamente nos dijimos que algún día se legalizaría los matrimonios homosexuales y nos uniríamos, que viviríamos juntos y que a pesar de que me marchaba nos esperaríamos a mejores momentos.

-Pues me da igual, ahora eres mío y si se atreve a venir a por algo que no es suyo lo dejo calvo. Atsushi Sakurai lo prometo, lo haré, quedas avisado.-sus ojos eran llamaradas cuando escuchó aquello, supongo que yo en su lugar me sentiría igual.

-Eso fue hace más de veinte años, fue hace mucho tiempo y dudo que él venga a buscar algo que no hay. Ya somos adultos, no somos críos que nos creemos que encontramos el mejor amor de todos y que va a estar vivo por siempre.-aclaré.-Además con quien me quiero casar es contigo, con quien vivo es contigo, con quien tengo un hijo eres tú y no me retes a demostrarte más que te quiero a ti porque me es imposible. Creo que lo he dejado claro Phoenix, lo he dejado muy claro hace mucho tiempo y sobretodo dejando a mi mujer, una vida cómoda y bien vista, por esta locura.-su rostro se quedó serio y se fue suavizando, me abrazó apoyando su frente sobre mi torso desnudo.

-No, es que simplemente temo a que la llama vuelva a surgir y yo me quede a un lado...que te olvides de todo esto que dices sentir.-sabía que se sentía inferior por su enfermedad, también porque estaba perdiendo el cabello con el tratamiento. Pero yo lo veía igual de erótico y atractivo como siempre.

-Deja de decir tonterías.-susurré acariciando su espalda y luego su vientre.-Duerme de una vez y deja de pensar.-su hermano seguramente estaría descansando y si no era eso lo probable era que estuviera pegado al ordenador.

-Será lo mejor.-respondió y al rato noté que no se movía, descansaba al fin. Sin embargo, pasadas las horas noté que no estaba en la cama y yo me levanté buscándolo por la casa hasta encontrarlo en el baño de la zona baja de la casa.

-¿Qué sucede?-pregunté asustado al verlo vomitar.

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Lestat de Lioncourt