Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

jueves, 23 de abril de 2009

Dark City - Memento Carpe Diem - Capítulo 5 (parte XX)

Es del día del cumpleaños de Miho (persona). Encontré una foto de Atsushi con un gorro y modifiqué como pude para hacer un regalo especial. Fue hace unos días, el día 13, pero la subo aquí hoy.





-Bueno...-se sonrojó y aquella caída de ojos, esa forma de expresarse era de Uta. Ciertamente él había dejado su sello en ella, su marca especial, y por lo que sabía también su hiperactividad por la entrega absoluta al dulce.-sólo soy linda, pero gracias por lo de "hermosa"...-dijo recargándose en la silla y cruzando las piernas echando un vistazo al bebé, así que terminó echándose hacia delante tomando sus pequeñas manos.-Pero si te cargo tu viejo se enfadará conmigo por mojarte.-

-No soy viejo.-bufé achinando la mirada para darle un trago al café y luego tomé un trozo de tarta. Noté que la joven vino a nuestra mesa.-Traiga una tarta como la mía para ella y un café.-asintió y fue hacia la zona donde tenían los pasteles. Jun no dejaba de reír tocando sus dedos para luego mover sus brazos.-Te gusta tu hermana?-me miró cuando dije eso y rió arrugando la nariz para volver a mirarla.

-Aquí tiene señorita.-interrumpió la camarera dejando el pedido en la mesa.- Oh, es adorable. Señorita... Creo que quiere que lo cargue

-Ya lo sé, es sólo que.-se miraron mutuamente el bebé y ella.-¿Si lo tiro? Luego su viejo va a querer que se lo pague como nuevo...

Volví a mirarla con ojos de asesino.

-No soy viejo.-respondí.

-Claro que no, no se ve tan mayor para tener una hija como ella.-comentó marchándose y me quedé confuso. ¿Se notaba tanto que nuestros rasgos eran parecidos?

-EEEEEEET...O.-balbuceó y se carcajeó botando sobre mis piernas.

- Si fuera porque se que ese bebé es de su hermano, diría que es hijo de mi Tío Uta...-era normal que pensara eso, pero no me había conocido de niño. Mi madre me decía que le robaba los bombones que tenía guardados.

-Jun.-besé su sien y lo calmé susurrándole para que no comenzara a gatear por la mesa probando los pasteles.-Escuché las canciones que me mandó Uta a mi mail.-hice un inciso para seguir comiendo la tarta, el chocolate a veces era irresistible.-Digamos que me pareces mucho mejor voz que los componentes que te acompañan, destacas más tú que la melodía... diría que eso debe de brillar por igual.-amor de padre, lo admito, si bien era cierto lo que decía.

-Gracias, en esa época éramos una banda, las bandas son todos, no sólo el guitarrista o el bajista o el vocalista.-tenía el mismo concepto de música que yo y eso me gustaba- Pero también hay que decir que en ese lugar había mala acústica y no se oía del todo bien. Aunque traigo uno donde se oye más que genial y en el parezco niño.-sacó el móvil, dio al archivo y sonrió con timidez.-De mi último concierto en Londres...

-Tienes su voz.-susurré y Jun comenzó a escuchar atontado a su hermana cantar mientras balbuceaba.-Tienes hermosa voz Miho.-besé la sien del pequeño y saqué mi Ipod donde puse mi canción.

-Gracias.-murmuró aunque sabía que ella conocía bien sus límites y que estos eran inalcanzables para muchos.

-Es mi regalo, pero no está del todo acabado.-Jun seguía calmado por la música.

-¿Regalo?-no sabía si Uta se había ido de la lengua o no, pero poco me importaba.

-Es por adelantado... Imai y los chicos han tenido que volver precipitadamente, por puro capricho mío.

Percibí como cerraba instintivamente los párpados para oír mejor la música, mi voz. Sus ojos se abrieron al contacto con la melodía, su mirada fue confusa un instante y carraspeó apartando el ipod.

-No lo tome como gesto de disgusto o algo parecido, sin embargo prefiero esperar hasta mi cumpleaños.-

-Está bien, te daré mi regalo completo en tu cumpleaños.-guardé el aparato en mi bolsillo del abrigo y suspiré.-Me molesta si me tratas con tanto formalismo.-dije y el bebé alzó sus brazos moviéndolos.-Biberón.-murmuré sacando uno que tenía preparado metido en un termo, así estaría caliente cuando le tocara.-No dejas tomarme el café, ahora entiendo porqué papi no te lleva cuando va a ver al loco de Jasmine.-sonreí comenzando a darle el biberón.

-Por cierto, el regalo no es sólo la canción, aunque tu madre pensó que te iba a regalar un vestido.-me eché a reír casi a carcajadas.-No creo que puedas ir con uno.-musité.-No es tu estilo.-clavé mis ojos en ella y sonreí.-Verás te quería preguntar algo, pero no sé si accederías.-Jun movía sus manos acariciando las mías.-¿Quieres ser mi madrina en mi boda? Creo que serías la indicada, mejor que cualquier otra persona. Ah, soy cabezota, no acepto un no por respuesta.-acaricié el pómulo de Jun y sonreí.-Por cierto ¿qué tal con ese chico? No eches la culpa a Uta, esta vez no fue él.

-¿Lo sabe?.-se quedó sorprendida por ello.-Entonces yo le pido que tenga paciencia, aún no me siento con la confianza de hablarle de tutearlo.-dijo mientras tomaba el café y parecía temblar como si el mundo fuera a quebrantarse bajo sus pies.

-Uta sabe que Phoenix y yo estamos prometidos, ya cuando vino lo sabía.-comenté siguiendo con el biberón.-No pido que me llames padre, ni mi hijo mayor me suele llamar así.-comenté.-Pero no me gusta que me llamen de usted, me hace sentir viejo y yo no me siento así.-el teléfono móvil sonó y lo encendí haciendo malavarismos dejándolo con el manos libres.

-Buenas tardes.-se escuchaba la voz de Kamijo.

-Buenas tardes.-respondí.

-Estoy considerando lo que me dijo, Jasmine está también por la labor... quizás sí sea bueno volver a los escenarios aunque sea como pianista.-se notaba algo cortado al hablar de ello, pero la vergüenza la dejaba a un lado.

-Me alegra, simplemente lo hago de forma egoísta. Kamijo es un gran músico, no debería de privar al resto de su música. Y deja de tratarme de usted, sólo te saco diez años y eso no es nada.

-Sí, lo siento. Es costumbre.-rió y escuché de fondo a Jasmine

-Dile a la loca de tu novio que vaya preparándose para una pequeña sorpresa... para cuando quede hoy con Phoenix.

-¿Sorpresa?-

-Sí, únicamente dile eso.-sonreí y él rió de nuevo.

-Él también tiene otra, pero prometo que no será volver a travestir a su prometido. Eso ahora quiere hacerlo conmigo.

Ambos reímos y me dijo que tenía que cortar la comunicación, nos despedimos y miré a Miho. Era tan hermosa, perfecta diría.

-Por dónde íbamos.-me quedé pensativo.-Ah, sí el chico. Un chico que según tu madre le recuerda a mí.-me eché a reír.-Digamos que eso es extraño, a no ser que lo diga porque en mi época llevaba el pelo largo.-dejé de darle el biberón e hice que echara los gases, luego le di el conejo rosa que le compró Uta, uno pequeño, ya que el otro estaba en casa... le compró dos, ese era el segundo.

-Eso también dijo mi Tío Uta cuando se lo conté.-su mirada era baja, sus mejillas algo sonrojadas y se notaba en su tono de voz el cariño que sentía por él.-No creo que sea amor, es algo más como una relación de hermanos ya que nunca tuve uno. Es cariño, nada más.-tener esas conversaciones con ella me daban vida, me hacían pensar que aunque había estado lejos había crecido bien.-En resumen, me gusta. Me gusta mucho, pero jamás habrá nada entre nosotros puesto que él tiene pareja. Su pareja acaba de tener un accidente y ahora debe de estar con él, enfocarse por completo a él y serle fiel a él.-parecía dolida, confusa y sobretodo ahogada en su propia angustia.- Simplemente soy una idiota por haberme enamorado de él.-al final lo admitió, sus ojos se llenaron de lágrimas y recordé lo que sucedió con Megumi. Su madre jamás fue una idiota.

-No eres idiota por enamorarte de él, él es idiota por no ver cuánto vales.-no es porque fuera mi hija, pero realmente era hermosa.-¿Era el chico de las chocolatinas? ¿el cual ibas a extorsionar con ellas? tu madre hacía lo mismo conmigo.-sonreí mientras secaba sus lágrimas atreviéndome a secarlas sin su permiso.-Lamento mucho que tu amigo ahora esté pasándolo mal. Sin embargo, aunque te duela amarlo y que no te corresponda debes quedarte a su lado, seguro que te necesita más que nunca.-el bebé se quedó dormido al fin aferrado a mí.

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt