Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 31 de enero de 2010

Dark City - Capitulo 12+1 - Dolor, sólo dolor (III)


Aquello me intranquilizó. Que estuvieran ellos bien no significaba que el hecho no fuera relevante. Me levanté del sofá sin decir nada. No tenía ropa de estar por casa, llevaba la ropa que había tenido puesta para ir a por mi nieto. En silencio me dirigí al aparcamiento y saqué mi moto. No dije nada a Phoenix, pero la preocupación me asfixiaba.

No recuerdo si me salté algún semáforo en rojo o no, tan sólo quería llegar a tiempo junto a mi hijo. Me preocupaba eso del incidente, era algo que no me reconcomía por dentro. Sentía que mi pecho dolía, que mi corazón se alteraba como también todos mis presentimientos. No quería que salieran dañados, no quería que por culpa de un regalo terminaran mal, y al ver la policía rodear el edificio junto a varias ambulancias mi sangre se heló.

Aparqué cerca de la entrada e intenté tener acceso rápidamente al interior. Sin embargo, no me dejaban pasar. Los policías habían acordonado la zona, veía a varios investigadores señalar ciertas cámaras de seguridad y al fin vi salir del lugar a Kamijo. Su rostro era serio y parecía ido.

-¡Kamijo!-grité aferrado a una de las vallas metálicas que habían usado para impedir el paso.-¡Kamijo! ¡Kamijo diles que me dejen pasar! ¡Kamijo ahí dentro está mi hijo! ¡Kamijo!

El bajaba las escaleras con elegancia, pero como si fuera un espectro y no algo real. Su capa oscura rozaba el suelo y sus ojos parecían estallar en lágrimas. Intentaba permanecerse sereno, demasiado sereno. Quedó frente a mí y se abrazó como si fuera un niño asustadizo.

-Hizaki está bien.-murmuró.-Olivier está bien.-añadió temblequeando.-Pero han matado a uno de mis mejores hombres, han matado a un amigo y a mi mejor escolta y lo ha matado el hijo de puta de Yue.-tiritaba dejándome sin aliento, jamás le había escuchado hablar de esa forma.-Justo antes de pegarse él un tiro.

Me quedé en shock. Creo que mi cara y todo mi cuerpo quedó hierático. Mis ojos eran llamaradas de odio. Sin embargo, nada más ver a Wook llegar al edificio todo el odio se disipó. Por unos minutos sentí que perdía a mi hijo, pude notar que es la rabia y la desesperación de un padre en mis propias carnes, y sentí lástima. Sabía cuanto amaba a sus hijos, sabía lo orgulloso que estaba de ellos y también que era un trago amargo que no superaría.

Quise ir donde él estaba, aún no le habían dado la noticia, sin embargo cuando bajó la camilla ensangrentada del muchacho se hizo un silencio. Si bien, el silencio se disipó con un gemido de dolor tan fuerte que me pareció un trueno en plena noche. Le estaban comunicando que su hijo estaba muerto, y que iba en la camilla que descendía hacia uno de los coches fúnebres. Había tan sólo dos y estaban allí congregados para el transporte de ambos cuerpos.

Tras Yue sacaron la camilla con el cuerpo del amigo de Kamijo. Mi amigo se aferró a mí llorando como un niño. Era otro golpe duro a su orgullo, su honor, a su círculo cercano y todo le caía uno tras otro como si fuera un castillo de naipes.

-Kamijo se fuerte, la muerte es algo presente y necesario. Sé que es duro aceptarla, sé que es duro todo, pero muéstrate firme ante tus hombres.-dije al ver que varios de sus escoltas bajaban abatidos por las escaleras.

-Tienes razón.-dijo girándose mientras mostraba su rostro sereno, aunque sabía que por dentro estaba derruido.

-¿Atsushi Sakurai?-interrogó uno de los policías aproximándose a mí.

-Sí.-respondí intentando, como mi amigo, aparentar calma.

-Su hijo y la pareja de este han sido atacados por un asaltante armado. El asaltante lo hemos identificado como Yue Wook.-comentó mirando su libreta.-Sabemos las múltiples denuncias que han hecho en contra del joven, que tenía orden de alejamiento y por supuesto que desea saber como está su hijo.-me tocó un hombro como si fuera un gesto de calma.-Tranquilo su hijo está bien, algo conmocionado pero saldrá de esta. Su pareja es quien está algo más aturdido. Ambos siguen dentro del teatro esperando a ser atendidos por un psicólogo.

-¿Puedo entrar a verlo? Necesito verlos a ambos, quiero ver por mi mismo que están bien.-él asintió a mis deseos y abrió la valla.-Arigato.

Subí las escaleras prácticamente corriendo, el agente fue tras mis pasos, para abrir la puerta del teatro.

-Debo conducirlo yo, no le he dicho en qué sala están.-comentó con una sonrisa amable.-Tranquilo, realmente están bien.

Caminé junto a él por el largo pasillo que daba al ala central. Allí siempre se reunían la prensa para hacer fotografías a los famosos asistentes a los actos sociales o estrenos multitudinarios. Giramos hacia la izquierda y salimos a unas escaleras que daban a los camerinos, allí en uno de ellos estaba Hizaki junto a Olivier.

Kamijo había entrado junto a nosotros, no lo noté hasta que quedó a mi altura y me entregó un botellín de agua. Miré a mi amigo y él simplemente sonrió aún con remordimientos en su mirada.

-Olivier quería agua, o eso creo.-comentó marchándose fuera con el joven agente de policía.

Al entrar vi a ambos abrazados, Olivier parecía descansar en sus brazos. Pensé que como muchos intentaban dormir cuando sucedía algo así, tan dantesco, para olvidar lo que había ocurrido. Si bien, es una actitud que no merece la pena usar y simplemente hay que enfrentar todo lo que suceda con cierto aplomo. Hizaki cruzó conmigo una mirada llena de agobio, de necesidad, y dejó a su pareja descansar en el pequeño catre de aquella estrecha habitación.

-Deja de llorar.-susurré.-Llorar no soluciona nada.-comenté dejando en una mesilla la botella de agua que llevaba en mis manos.-Cálmate de una vez, eres un Sakurai y no puedes ponerte débil cuando te necesitan.

-Lo sé.-respondió intentando serenarse un poco más.

-Han desalojado el teatro.-dije dejando mis manos sobre sus hombros.-No sólo ha muerto Yue.-entrecerré los ojos intentando calmarme yo también.-El hombre que ha muerto era un buen amigo de Kamijo, uno de sus hombres más leales y él no está siendo débil.-mentía como un bellaco, pero no podía decirle que se había derrumbado como un niño.

-Pudo haberlo matado.-dijo con los labios temblorosos y yo simplemente tomé aire para dejarlo ir.-Y todo por mi culpa... yo ilusioné a Yue.

-Pero dejaste de hacerlo, le dejaste las cosas claras así que era su problema. Yue no estaba bien de la cabeza así que por favor deja de llorar. No se merece ni una lágrima tuya.-me molestaba que llorara por ese mocoso que estuvo a punto de matarlos a ambos, que se echara la culpa de algo que no tenía para nada que ver con él.-Piensa en esto... has estado a punto de perder lo que más amas en este puto mundo a parte de tu hijo, alguien por quien luchas, y todo por él.-hice un inciso mirándole fijamente a los ojos sin pestañear ni un segundo.-No se merece una lágrima Hizaki.

Me aparté de mi hijo y él se fue junto a su pareja. Lo abrazaba acariciándolo como si fuera una piedra preciosa. Habían iniciado todo con ilusión y poco a poco todo se iba enturbiando. Estuve sentado unos minutos, para luego salir fuera. Necesitaba aire, respirar unos segundos hondamente y hablar con Wook para darle mi pésame.

-¿Dónde vas?-interrogó como si estuviera deseoso de que no me marchara de su lado.

-Quiero dar mi pésame a Wook, no es hora de reclamarle nada. Yo en su situación desearía lo mismo.-cerré la puerta y los dejé a solas.

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Lestat de Lioncourt