Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

martes, 2 de febrero de 2010

Dark City - Capitulo 12+1 - Dolor, sólo dolor (V)


Comencé a correr como si mi alma estuviera vendida al diablo y este me persiguiera. Al final terminé interceptado por la policía y tuve que bajar de la moto. Había excedido la velocidad en un tramo por casi el doble. Debido a lo que habían escuchado, sabían mi estado psicológico y personal, tan sólo me dijeron que no se volviera a repetir porque no tendría tanta suerte.

No regresé a casa, simplemente me fui a un bar y compré una cajetilla de cigarrillos. No era la marca que me gustaba, ni siquiera miré cual era al pulsar el botón de la máquina, y únicamente la compré porque la necesitaba. Quería calmarme y el tabaco antes lo hacía. Saqué uno de ellos y lo coloqué en mis labios, pero ya no tenía encendedor en mis bolsillos. Me giré hacia la barra y pedí un mechero, sin embargo al encenderlo recordé las palabras de Phoenix y mi promesa. Terminé por marcharme arrojando en una papelera cercana el paquete y el cigarro.

Me quedé en medio de la calle sintiendo el frío. No podía dejar de pensar en Yue. Recordaba que parecía vivir un cuento de hadas junto a mi hijo, aquel día en las pistas, y que poco a poco se volvió una figura sombría. Se obsesionó tanto que su obsesión le mató. Mi hijo no tenía culpa, ni tampoco Olivier o Kamijo. Si bien, no es lo que pensaba Jim.

Cuando uno pierde algo tan preciado señala a todas las direcciones, porque así se lo pide el corazón aun a sabiendas de lo que diga su cabeza. Es un padre, un padre debe proteger a sus hijos y ese peso de culpa no acabaría con una hoja donde se leyera suicidio. Cuando comenzó a dolerme la cabeza, al igual que se entumecían mis dedos, decidí que debía volver a mi hogar.

Nada más llegar me vi a Phoenix pegado al televisor y hablando por el móvil. De inmediato supe que hablaba con Jasmine. No sé quién consolaba a quién, porque Phoenix había estado llorando. Sabía el cariño que mi pareja sentía por Hizaki, que lo tenía en ocasiones como confidente, y se angustió por todo lo que había pasado.

Mis llaves resonaron en el cenicero donde siempre las dejaba, sonido que hizo que se percatara de mi presencia. Colgó el teléfono y se abrazó a mí. Yo lo recibí con los brazos abiertos, acariciando sus cabellos y notando su cuerpo tibio. Besé su frente y sus labios, antes de irme al sofá tirando leve de él. Cuando me senté apagué el televisor y lo senté sobre mis piernas.

Creo que estuvimos más de diez minutos en silencio regalándonos caricias, sintiendo que era necesario reflexionar sobre lo que había pasado antes de expresar nuestros miedos. Lo estreché pegándolo a mí, dejando que su cabeza cayera sobre mi pecho y mi respiración relajara lo calmara.

-Hizaki está bien, pude hablar con él.-susurré.-Dentro de lo bien que se puede estar cuando has escuchado disparos, percibido la muerte a tan corta distancia y lo que pudo ser una masacre.-murmuré acariciando sus largos cabellos.

-Jasmine estaba llorando.-dijo tras mis palabras.-Lloraba por Kamijo, porque parece haberle afectado bastante... ¿has podido hablar con él?-preguntó escrutándome con aquellos ojos que me hacían enloquecer, perder por completo la consciencia, y tan sólo asentí como respuesta.-¿Y Olivier?

-Olivier es quien está más afectado, puesto que Yue quería asesinarlo y no sé si también a Hizaki.-tomé aire y lo dejé ir mientras echaba mi cabeza hacia atrás.-Phoenix... mi amigo piensa que me alegro de la muerte de su hijo.

-¿Cómo puede pensar eso?-interrogó arrugando la nariz.-¿Es idiota? Su hijo casi mata a Hizaki y a Olivier. Es un inepto, un bastardo, que no supo educar a su hijo y darle el tratamiento adecuado.-estaba visiblemente molesto.-Imbécil, eso es lo que es. No te molestes por lo que pueda llegar a decir, porque estoy por plantarle cara por cualquier maldad que quiera soltar en tu contra o en la de ellos.-estaba decidido a machacarlo y hundirlo.

-Seguramente hará publicidad negativa a mis empresas, a Hizaki y si puede a Clarissa.-entrecerré los ojos, para terminar cerrándolos.-No le permitiré que haga eso, haré que saquen todo a la luz en los periódicos de mayor tirada.

-También tomará acciones legales ¿verdad?-interrogó tomándome del rostro esperando que le mirara, como así hice.

-No lo dudes.-susurré acariciando su cintura bajo su ropa.-¿Los niños están bien?-interrogué algo preocupado.

-Sí, he ido a verlos hará un rato mientras hablaba con Jasmine... verlos dormir me tranquiliza.

-Vayamos a descansar, mañana hablaré con Hizaki y Kamijo para ver cómo va la investigación policial.-murmuré.-Necesito descansar.

1 comentario:

El hada dijo...

La verdad este no es mi estilo de lectura!.. Sin embargo no le resta merito en absoluto, tienes una obra fantastica en movimiento!.. Me gusta lo que escribiste!.. Intentare pasar por aqui de nuevo y pronto!..

Un beso!..
El Hada!..

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt