Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

miércoles, 17 de febrero de 2010

Dark City - capitulo 14 - La vida ya no es igual IV


Cuando aparqué frente a un centro comercial le compré varios pantalones de los que solía usar, también sudaderas, un abrigo, un gorro de lana y un par de camisetas. Después lo llevé a un restaurante de comida rápida y le hice comer el menú grande. Mientras se alimentaba llamé a Jasmine para que me echara un cable, no se negó a ello y es más estaba de acuerdo que sería una buena sorpresa. Tendríamos que adelantar el cumpleaños un día, pero al menos valdría la pena.

Salimos del centro comercial casi a la hora justa, si bien pudimos hacer el encargo en la pastelería con los sabores que Seth pidió. Él parecía inmerso en su mundo, tanto que sentí escalofríos. Finalmente no pidió nada, más bien pensaba que todo aquello era demasiado extraño. No tuvo que decírmelo, ya que podía leerlo en su mirada.

Al llegar al apartamento de mis amigos él se puso algo tenso. Tal vez por mucho que comprendiera todo no deseaba estar en casa de extraño. Pulsé el timbre y esperamos unos segundos hasta que Jasmine abrió la puerta.

-¡Seth!-gritó abrazándolo y acariciándolo como si fuera un niño pequeño. Comenzó a besuquearlo y él simplemente me miraba clamando auxilio.

El sonido del piano no cesaba y se camuflaba en la llovizna que comenzó a caer minutos antes. Era como el tinineo alegre y melancólico de la lluvia, alegre para algunos y tristeza para muchos. Seth se quedó observándolo fijamente cuando Jasmine se apartó. Kamijo parecía un ser de otro mundo, como uno de esos príncipes de cuentos de hadas. Estaba algo despeinado, la camisa algo desabrochada, pero eso no evitaba que su elegancia persistiera.

-Bonsoir.-susurró girando su rostro sin dejar de tocar.

-Buenas noches Kamijo.-dije apoyando mis manos sobre los hombros de Seth.

-Seth es un placer conocerte.-comentó levantándose del piano para aproximarse a nosotros y tomar su mano.-Tu hermano habla maravillas de ti.-sonrió de forma afable y Seth simplemente se ruborizó.-Tienes una habitación lista para ti, para que puedas descansar esta noche como si estuvieras en tu propia casa.

-Sí, también te hemos preparado pasta para cenar y compré dulces.-dijo Jasmine tirando del muchacho para llevarlo dentro.

-¿Y sus cosas?-interrogó Kamijo.

-En el coche ¿me ayudas a subirlas?-dije caminando hacia la salida del apartamento.

-Por supuesto.-sonrió de nuevo y cerró la puerta tras él.-Espero que hoy cene, parece haber perdido mucho peso a comparación con las fotografías que nos mostró Phoenix.

-Sí, además no sabes lo que ocurrió cuando fui a por él.-pulsé de forma compulsiva el botón del ascensor y él tomó mi mano apartándola del pulsador.

-Cuéntamelo.-clavó sus orbes azules dejándome petrificado por unos segundos. Eran dos océanos de calma, océanos que parecían que jamás se revolvían y siempre permanecían serenos. Sin embargo, yo mismo le había visto llorar desesperado y aún así seguía dándome esa extraña sensación.-Sabes que puedes hacerlo.

-El estúpido director soltó incoherencias por el intercomunicador pensando que yo no estaba presente.-dije antes de abrir la puerta del elevador y permitir que él subiera junto a mí.-Estoy hasta los cojones de gentuza incompetente.

-Se nota, hacía mucho que no te escuchaba un insulto similar.-rió bajo pulsando la planta baja.-¿Qué dijo?

-En resumen que soy un marica estúpido y toda mi familia da asco.-me apoyé en un lado de la cabina del ascensor y él me miró fijamente.

-Sí, es cierto lo que decías.-dijo alzando una ceja.-Es un incompetente con una boca muy grande.

-Mañana llamaré para que retiren las ayudas que suelo dar a esa institución, además de pedirle al banco que deje de pagar las cuotas de Seth.

-Espero que puedas hacerlo, porque no es agradable saber que desean nuestro dinero pensando que somos unos imbéciles.

-¿Qué tal todo en casa Kamijo?-pregunté mientras salíamos del ascensor.

-¿Recuerdas la pequeña discusión que tuve con Jasmine antes de navidad?-respondió mirándome de reojo.-La mujer que vino acompañándome era Emma, no te dije nada en esos momentos porque preferí largarme rápido de tu casa.-dijo rascándose la mejilla.

-Recuerdo que terminasteis haciéndolo en mi cocina.-dije intentando no carcajearme.-Jasmine es muy fogoso.

-Pues hace unos días ella me dijo nuevamente que estaba dispuesta a ser la madre de mi hijo.-suspiró.-Atsushi en pocos días estará ovulando, será el momento, y yo no sé que hacer con Jasmine y sus celos.

-Ya te dije mi opinión al respecto.-comenté caminando hacia mi coche para abrir el maletero.-Te dije que si Emma se embaraza Jasmine se sentirá acorralado y dudo que te deje hacer lo que deseas.-le pasé un par de maletas y prácticamente se cayó al suelo.-¿Pesan?

-Bastante.-dijo casi arrastrándolas.

-Eres un enclenque.-comenté dándole mejor las bolsas.

-No soy un enclenque, pero no un cobarde.-murmuró entrando en la puerta de entrada del portal.

-¿Y cuándo vas a tener las pelotas de confesar lo que quieres?-pregunté esperando su respuesta que no hubo, tan sólo se subió al elevador esperando que llegáramos a la planta.-¿Y bien? Te hice una pregunta.

-Tal vez mañana.-dijo mirándome fijamente a los ojos.-Tal vez.

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt