Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

lunes, 22 de febrero de 2010

Dark City - capitulo 14 - La vida ya no es igual VIII


Minutos después todo estaba en camino y nosotros seguíamos vivos. Jun hacía las delicias de Kamijo y de Taylor, parecían competir por ver a quién hacía más caso. Yo simplemente los observaba. Paulo comenzó a sacar fotografías del pequeño junto a la cara de idiota que sacaba el bastardo de Swan. Seth se quedó apartado con una libreta de dibujos como si el resto del mundo no existiera.

-¿Cuánto tiempo tenemos?-pregunté a Kamijo.

-Todo el que quieras, ya sabes que Jasmine es experto en tener entretenido a cualquiera.-comentó con una sonrisa mientras se sentaba bien en uno de mis sillones.

-Yo sí que sé como entretiene Jasmine.-dijo Taylor colocándose bien la maldita corbata.

-¿Quieres que te coloque yo la corbata?-interrogué mirándole fijamente a los ojos.-Te aseguro que no tendrás que volver a preocuparte por ella jamás.

-No empecemos, me dará dolor de cabeza.-murmuró Paulo.-Son hombres adultos así que compórtense como se espera.

-¡Uta!-escuché gritar a Jun y vi el conejo en el suelo lejos de su alcance.

-Vaya, me dijo Lionel que tenías a Yutaka incluso en la sopa pero no sabía que también en conejos.-dijo alzando una ceja.-Es lo que más me diferencia de ti, Atsushi. Yo soy fiel a mi pareja, en cambio tú no sabes mantener la bragueta cerrada.

-¡Vete a la mierda!-grité furioso.-Si no te echo de aquí es porque sé que haré sentir mal a dos personas, así que compórtate porque esta es mi casa.-dije tomando a mi hijo en brazos para entregarle el peluche.

-Cálmate o te dará otro infarto.-comentó en tono jocoso, sabía que saboreaba que me molestara de sobremanera. Sin embargo, no podía evitarlo. Me ponía furioso, demasiado furioso.

-¿Por qué no conversamos de algo que no sea infidelidades?-interrogó Paulo tomando la libreta de Seth.-Me gustan tus dibujos.-susurró con una sonrisa.

-Gracias.-balbuceó quedándose encogido.

-Son buenos trazos.-giró la libreta hacia Kamijo y este sonrió.

-Cierto, Paulo tiene razón.-comentó estirando el brazo para mirar los dibujos.-Tenemos a un pequeño artista con nosotros.

-Lo sé.-dije con cierto orgullo.-Por eso invité a Hero, creo que ambos tienen temas que tratar.-sonreí y noté como Seth miraba preocupado su libreta. Tomé el bloc de las manos finas de mi amigo para devolvérselo.

Jun jugueteaba con mi colgante mientras mordisqueaba una oreja de su conejo. Todos estábamos sentados, en silencio, mientras hurgábamos en nuestros pensamientos. No sé que es lo que pensaba cada uno de nosotros, pero yo sólo rezaba porque todo saliera como esperaba.

Sonó el timbre y dejé al pequeño en brazos de Kamijo. Jun se acurrucó sobre su pecho y mi amigo sonrió como si fuera un padre orgulloso. No sabía como Jasmine no lo notaba, no se percataba de las ansias de mi amigo por tener un hijo propio.

Abrí la puerta y fueron entrando los del catering. Ellos traían una pequeña carpa, pues había pedido que la trajeran pero no para poner la comida bajo ella. La colocaron en el jardín y cuando fueron a dejar los canapés les expliqué. Ellos asintieron y colocaron la comida donde les pedía. Mis invitados simplemente permanecían inmóviles conversando entre ellos. Taylor era el único que parecía seguir sumido en sus pensamientos.

Poco después de los aperitivos llegó la tarta de la pastelería y los regalos que faltaban. Fueron dejándolo todo donde pedía y donde pensaba que era el lugar adecuado. Quería que Phoenix se sintiera bien, que pudiera perdonarme tantos meses alejado de él y que no hubiera tenido el año anterior una fiesta como se merecía.

Salimos fuera para colocar los regalos que había traído Kamijo y Paulo. Seth llevaba al bebé en brazos y parecía que Jun se sentía cómodo junto a su tío. Taylor no se movía del sofá, parecía muñeco de cera.

-Da gracias que no llueve...-murmuró Kamijo.-Aunque hace frío para el bebé... pero ya estamos terminando de poner la carpa con los regalos.

-El cumpleaños será dentro, pero quiero que los regalos estén fuera... todos.-dije tomando al niño y miré a Seth.-Así que abrígate.

-Llamaré a Jasmine para que lo traiga ya.-comentó alejándose de nosotros tomando al bebé en sus brazos de nuevo.

-Ya está todo... ¿y esos que no vienen?-pregunté mirando a Kamijo

-Jasmine da ocupado, seguramente vienen para acá.-dijo sentándose para tomar una taza de café.-¿Desea una Taylor?-siempre tan diplomático... intentando no alterarse aún a sabiendas de quien era.

-Se hará pingüino ahí fuera.-comentó Paulo sonriendo levemente mientras lo veía de un lado a otro como si fuera un animalillo enjaulado.-No sé si Phoenix desee estar junto a mí en su cumpleaños.-dijo mirándome fijamente a los ojos.-A penas le conozco, prácticamente de vista y nada más. No hemos hablado más de una hora y me cuelo en su fiesta.

-Admira tus libros.-comenté.-Siempre está releyendo lo que escribes y suele comentar que tienes mucho talento.

-Sí, Jasmine hace lo mismo.-intervino Kamijo acariciando las mejillas de Jun.-A veces te envidio, lo que haces llega a cientos de personas y terminan apoderándose de sus malos momentos convirtiéndolos en gratos. Uno cuando lee olvida lo que tiene a su alrededor, los problemas que posee.-murmuró sin dejar de sonreír observando al pequeño.

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt