-Se hará pingüino ahí fuera.-comentó Paulo sonriendo levemente mientras lo veía de un lado a otro como si fuera un animalillo enjaulado.-No sé si Phoenix desee estar junto a mí en su cumpleaños.-dijo mirándome fijamente a los ojos.-A penas le conozco, prácticamente de vista y nada más. No hemos hablado más de una hora y me cuelo en su fiesta.
-Admira tus libros.-comenté.-Siempre está releyendo lo que escribes y suele comentar que tienes mucho talento.
-Sí, Jasmine hace lo mismo.-intervino Kamijo acariciando las mejillas de Jun.-A veces te envidio, lo que haces llega a cientos de personas y terminan apoderándose de sus malos momentos convirtiéndolos en gratos. Uno cuando lee olvida lo que tiene a su alrededor, los problemas que posee.-murmuró sin dejar de sonreír observando al pequeño.
-Kamijo no seas modesto.-intervine.-Recuerda que hay varias casas discográficas que desearían que regresaras y dejaras de jugar en el foso del teatro.-comenté acomodándome bien en el sofá para que mi amigo me regresara el bebé.
-Yo no sé cantar, ni pintar, ni soy bueno con la fotografía.-intervino Paulo algo sonrojado por los halagos que habían hecho sobre su talento.-Sólo sé narrar historias, pero no sé vivirlas.
-¡Qué mal escritor!-exclamó Taylor.-No sabes vivir las experiencias y no tienes ego.
-No todos nos miramos únicamente nuestro ombligo y los sentimientos a veces son más complicados que exponerse a un papel.-se defendió Paulo.-Verá.-comentó quitándose las gafas para limpiarlas con su pañuelo de lino blanco.-Verá señor Swan no me conoce.-susurró levantándose para quedar frente a nosotros.-No me conoce y por lo tanto no puede decir si soy un mal escritor.-sonrió de lado colocándose las gafas.-¿Qué libros míos ha leído? Creo que alguien como usted no es afín a la literatura romántica, pero supongo que su prometido sí.
-Dudo que Lionel lea novela rosa.-replicó con cierta molestia.
-Me hizo firmarle un libro, mi último libro, y dijo ser mi mayor seguidor. Es más, creo que es parte del club de fans de lectura de la ciudad y un acérrimo defensor de mis novelas.-sonrió abiertamente al ver la sombra de la duda.-Lo sabía, alguien tan paupérrimo en sus sentimientos y con una forma tan tosca, e inútil por cierto, de llamar la atención es capaz de desconocer cosas tan importantes en su pareja.
-Lionel no me ocultaría algo así, sé que ama la lectura pero jamás pensé...-murmuró.-No entiendo como sus gustos se han estropeado tanto.
-Se casará contigo Taylor, se casará contigo.-susurró con cierta malicia Kamijo.-Ya tiene el gusto torcido en el mismo instante que posó sus hermosos ojos azules en ti.
-¡Cállate o te sacaré los tuyos Kamijo!-gritó molesto.
-¿Qué? ¿Hay cosas que no dicen tus informadores y que sabemos el común de los mortales?-pregunté mientras Jun jugueteaba con su peluche de la forma más feliz.-Por cierto deberías dejar que siguiera trabajando.-comenté clavando mis ojos en él.-¿A caso no quieres lucir a la persona que amas? ¿No quieres demostrar lo hermoso que puede ser y cómo seduce a la cámara? Después echas peste de mí.
-Bueno es mejor dejarle o terminará dándole un infarto a él.-murmuró Seth desde el otro lado de la cristalera.-Todos aquí sabemos que si le pasa algo mi hermano os castra, y ya no quiero oír lo que diría su pareja.
-El chico tiene razón.-comentó Paulo sonriendo y él se giró sonrojado hacia la carpa.
-Escuché un coche.-dijo Seth aproximándose de nuevo hacia el salón.
-Llegaron.-comenté levantándome con el pequeño.
-¿Ya podré ver a mi pequeña ave de fuego?-murmuró alzando una ceja.
-Mira capullo llámalo así de nuevo y te juro que el palo de la sombrilla te la me...-cuando iba encaminado para destrozarlo me agarró Paulo y Kamijo intentando controlarme. Además el pequeño se aferró bien a mi camisa temblequeando y mirándome ceñudo.
-¡Para! ¡Habíamos hecho un tratado de paz!-gritó Paulo mientras me sentaba en un sillón.
-Por favor Taylor deje usted de intentar entrometerse y burlarse de nosotros.-comentó mi buen amigo Kamijo afilando su mirada.-Ahora es padre, debería dar ejemplo.
-¿Qué? sólo dije mi ave de fuego, es un mote cariñoso de universidad.-dijo con un fingido tono de inocencia sin inmutarse.-No deberías molestarte tanto porque no veo que a Kamijo le importe que llame a Jasmine mi Yuu-kun.-los ojos de Kamijo ya no sólo llameaban sino que parecían asesinarlo.
Quedamos los cuatro frente a la entrada del salón donde entraron primero Lionel con su pequeño prácticamente adormilado, para luego hacerlo Jasmine riendo a carcajadas y por último Phoenix. Lionel fue directo a los brazos de Taylor dejando al pequeño en el suelo, Jasmine se aferró a Kamijo y Paulo simplemente sonrió al ver a mi pareja. Él parecía no comprender demasiado hasta que vio la pancarta que habíamos colocado.
-Feliz cumpleaños neko.-susurré observando como todos lo iban abrazando y felicitando, mientras Jun tan sólo atendía a los movimientos de Nicolas sin saber bien lo que significaba tanto jaleo.
-¡Mío!-gritó Jun cuando se percato de que el otro pequeño se aproximó a nosotros.
-Mi pequeña ave de fuego ¿deseas ver nuestros regalos?-interrogó con cara de no haber roto un plato, cuando había destrozado vajillas enteras. Ese hombre me hacía desear pegarle un tiro en la cabeza.
-¡Taylor!-siseó bien alto Lionel porque sabía que era simplemente para molestarme.
-Papi Wonka ese niño me mira mal.-dijo Nico mientras mi hijo le miraba con ojos de fuego prácticamente. No quería a nadie en su territorio, tenía un fuerte carácter.
-Jun.-susrré besando su sien.-Vamos a ver los regalos.-murmuré mientras él se aferraba bien a mí.-Phoenix siempre me acuerdo de tu cumpleaños, sólo que el año pasado fue imposible.
Todo ese barullo hizo que Kamijo quedara a espaldas de Taylor y pudiera reprenderlo sin que nadie más pudiera escucharlo. Nos fuimos hacia el jardín y allí pudieron verse frente a frente los dos hermanos. Phoenix se quedó sin saber que decir y comenzó a llorar aferrado a su hermano menor. Seth simplemente acariciaba sus cabellos intentando tranquilizarlo.
-Admira tus libros.-comenté.-Siempre está releyendo lo que escribes y suele comentar que tienes mucho talento.
-Sí, Jasmine hace lo mismo.-intervino Kamijo acariciando las mejillas de Jun.-A veces te envidio, lo que haces llega a cientos de personas y terminan apoderándose de sus malos momentos convirtiéndolos en gratos. Uno cuando lee olvida lo que tiene a su alrededor, los problemas que posee.-murmuró sin dejar de sonreír observando al pequeño.
-Kamijo no seas modesto.-intervine.-Recuerda que hay varias casas discográficas que desearían que regresaras y dejaras de jugar en el foso del teatro.-comenté acomodándome bien en el sofá para que mi amigo me regresara el bebé.
-Yo no sé cantar, ni pintar, ni soy bueno con la fotografía.-intervino Paulo algo sonrojado por los halagos que habían hecho sobre su talento.-Sólo sé narrar historias, pero no sé vivirlas.
-¡Qué mal escritor!-exclamó Taylor.-No sabes vivir las experiencias y no tienes ego.
-No todos nos miramos únicamente nuestro ombligo y los sentimientos a veces son más complicados que exponerse a un papel.-se defendió Paulo.-Verá.-comentó quitándose las gafas para limpiarlas con su pañuelo de lino blanco.-Verá señor Swan no me conoce.-susurró levantándose para quedar frente a nosotros.-No me conoce y por lo tanto no puede decir si soy un mal escritor.-sonrió de lado colocándose las gafas.-¿Qué libros míos ha leído? Creo que alguien como usted no es afín a la literatura romántica, pero supongo que su prometido sí.
-Dudo que Lionel lea novela rosa.-replicó con cierta molestia.
-Me hizo firmarle un libro, mi último libro, y dijo ser mi mayor seguidor. Es más, creo que es parte del club de fans de lectura de la ciudad y un acérrimo defensor de mis novelas.-sonrió abiertamente al ver la sombra de la duda.-Lo sabía, alguien tan paupérrimo en sus sentimientos y con una forma tan tosca, e inútil por cierto, de llamar la atención es capaz de desconocer cosas tan importantes en su pareja.
-Lionel no me ocultaría algo así, sé que ama la lectura pero jamás pensé...-murmuró.-No entiendo como sus gustos se han estropeado tanto.
-Se casará contigo Taylor, se casará contigo.-susurró con cierta malicia Kamijo.-Ya tiene el gusto torcido en el mismo instante que posó sus hermosos ojos azules en ti.
-¡Cállate o te sacaré los tuyos Kamijo!-gritó molesto.
-¿Qué? ¿Hay cosas que no dicen tus informadores y que sabemos el común de los mortales?-pregunté mientras Jun jugueteaba con su peluche de la forma más feliz.-Por cierto deberías dejar que siguiera trabajando.-comenté clavando mis ojos en él.-¿A caso no quieres lucir a la persona que amas? ¿No quieres demostrar lo hermoso que puede ser y cómo seduce a la cámara? Después echas peste de mí.
-Bueno es mejor dejarle o terminará dándole un infarto a él.-murmuró Seth desde el otro lado de la cristalera.-Todos aquí sabemos que si le pasa algo mi hermano os castra, y ya no quiero oír lo que diría su pareja.
-El chico tiene razón.-comentó Paulo sonriendo y él se giró sonrojado hacia la carpa.
-Escuché un coche.-dijo Seth aproximándose de nuevo hacia el salón.
-Llegaron.-comenté levantándome con el pequeño.
-¿Ya podré ver a mi pequeña ave de fuego?-murmuró alzando una ceja.
-Mira capullo llámalo así de nuevo y te juro que el palo de la sombrilla te la me...-cuando iba encaminado para destrozarlo me agarró Paulo y Kamijo intentando controlarme. Además el pequeño se aferró bien a mi camisa temblequeando y mirándome ceñudo.
-¡Para! ¡Habíamos hecho un tratado de paz!-gritó Paulo mientras me sentaba en un sillón.
-Por favor Taylor deje usted de intentar entrometerse y burlarse de nosotros.-comentó mi buen amigo Kamijo afilando su mirada.-Ahora es padre, debería dar ejemplo.
-¿Qué? sólo dije mi ave de fuego, es un mote cariñoso de universidad.-dijo con un fingido tono de inocencia sin inmutarse.-No deberías molestarte tanto porque no veo que a Kamijo le importe que llame a Jasmine mi Yuu-kun.-los ojos de Kamijo ya no sólo llameaban sino que parecían asesinarlo.
Quedamos los cuatro frente a la entrada del salón donde entraron primero Lionel con su pequeño prácticamente adormilado, para luego hacerlo Jasmine riendo a carcajadas y por último Phoenix. Lionel fue directo a los brazos de Taylor dejando al pequeño en el suelo, Jasmine se aferró a Kamijo y Paulo simplemente sonrió al ver a mi pareja. Él parecía no comprender demasiado hasta que vio la pancarta que habíamos colocado.
-Feliz cumpleaños neko.-susurré observando como todos lo iban abrazando y felicitando, mientras Jun tan sólo atendía a los movimientos de Nicolas sin saber bien lo que significaba tanto jaleo.
-¡Mío!-gritó Jun cuando se percato de que el otro pequeño se aproximó a nosotros.
-Mi pequeña ave de fuego ¿deseas ver nuestros regalos?-interrogó con cara de no haber roto un plato, cuando había destrozado vajillas enteras. Ese hombre me hacía desear pegarle un tiro en la cabeza.
-¡Taylor!-siseó bien alto Lionel porque sabía que era simplemente para molestarme.
-Papi Wonka ese niño me mira mal.-dijo Nico mientras mi hijo le miraba con ojos de fuego prácticamente. No quería a nadie en su territorio, tenía un fuerte carácter.
-Jun.-susrré besando su sien.-Vamos a ver los regalos.-murmuré mientras él se aferraba bien a mí.-Phoenix siempre me acuerdo de tu cumpleaños, sólo que el año pasado fue imposible.
Todo ese barullo hizo que Kamijo quedara a espaldas de Taylor y pudiera reprenderlo sin que nadie más pudiera escucharlo. Nos fuimos hacia el jardín y allí pudieron verse frente a frente los dos hermanos. Phoenix se quedó sin saber que decir y comenzó a llorar aferrado a su hermano menor. Seth simplemente acariciaba sus cabellos intentando tranquilizarlo.
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