Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

miércoles, 24 de febrero de 2010

Dark City - capitulo 14 - La vida ya no es igual X


Quedamos los cuatro frente a la entrada del salón donde entraron primero Lionel con su pequeño prácticamente adormilado, para luego hacerlo Jasmine riendo a carcajadas y por último Phoenix. Lionel fue directo a los brazos de Taylor dejando al pequeño en el suelo, Jasmine se aferró a Kamijo y Paulo simplemente sonrió al ver a mi pareja. Él parecía no comprender demasiado hasta que vio la pancarta que habíamos colocado.

-Feliz cumpleaños neko.-susurré observando como todos lo iban abrazando y felicitando, mientras Jun tan sólo atendía a los movimientos de Nicolas sin saber bien lo que significaba tanto jaleo.

-¡Mío!-gritó Jun cuando se percato de que el otro pequeño se aproximó a nosotros.

-Mi pequeña ave de fuego ¿deseas ver nuestros regalos?-interrogó con cara de no haber roto un plato, cuando había destrozado vajillas enteras. Ese hombre me hacía desear pegarle un tiro en la cabeza.

-¡Taylor!-siseó bien alto Lionel porque sabía que era simplemente para molestarme.

-Papi Wonka ese niño me mira mal.-dijo Nico mientras mi hijo le miraba con ojos de fuego prácticamente. No quería a nadie en su territorio, tenía un fuerte carácter.

-Jun.-susurré besando su sien.-Vamos a ver los regalos.-murmuré mientras él se aferraba bien a mí.-Phoenix siempre me acuerdo de tu cumpleaños, sólo que el año pasado fue imposible.

Todo ese barullo hizo que Kamijo quedara a espaldas de Taylor y pudiera reprenderlo sin que nadie más pudiera escucharlo. Nos fuimos hacia el jardín y allí pudieron verse frente a frente los dos hermanos. Phoenix se quedó sin saber que decir y comenzó a llorar aferrado a su hermano menor. Seth simplemente acariciaba sus cabellos intentando tranquilizarlo.

-Seth.-susurró aferrándose a él.-¿Por qué no me has dicho?

-Disfruta de uno de mis regalos de cumpleaños.-susurré quedándome cerca de ambos.-Pero no llores, no estamos en un funeral.

-Debiste decirme que él vendría.-dijo apartándose de su hermano con una sonrisa llena de felicidad, buscó con la mirada a Jasmine y este brincó sobre él.

-Ábrelo querido.-murmuró antes de dejarle un beso en su mejilla. Era un paquete negro con un lazo dorado, completamente el estilo de Jasmine en elegancia como el de Kamijo.

-Te adelantas, quería que el mío fuera antes.-comentó nuestro amigo agarrando a Jasmine por la cintura.-Aunque no sé si le agradará tanto.-dijo Kamijo tomando un pequeño paquete negro con el lazo en rojo pasión.

-Yo soy quien menos te conoce, pero aún así también traje mi regalo.-dijo Paulo apoyándose en mi hombro mientras Jun le miraba fijamente aún con el ceño fruncido-No pongas esa cara pequeño.-le revolvió los cabellos y él intentó quitarle las gafas.-¡No! ¡No! las gafas son mías.-dijo riéndose mientras apartaba con cuidado las manos de Jun de su rostro.-Yo te compraré unas de juguete.-susurró tomando sus manos.

-Phoenix espero que tengas un excelente día... y que este año sea especial.-dijo Lionel con el pequeño en brazos que tan sólo se quedaba recostado.-Wonka... digo Taylor y yo te compramos dos regalos, están envueltos en azul y colocados bajo la carpa.

Reí a carcajadas cuando escuché el mote que tenía por parte de Lionel, no sólo por su hijo. La verdad es que era un maldito excéntrico pero no le creía tan divertido como el personaje de la fábrica de chocolates. Era un hombre extraño que no quería en mi vida y que siempre terminaba cruzándose en mi camino.

-Uno de mis regalos es tu hermano, pero no es el único.-susurré acariciando los cabellos de Phoenix.

-Mi Seth.-dijo girándose para verlo mientras le guiñaba, su hermano puso los ojos en blanco. Abrió de inmediato el regalo de nuestro amigo y sonrió.-Jasmine.-susurró clavando sus ojos cómplices en los de él y comenzaron a reír.

-¿Qué es?-dije con curiosidad y apareció mi gato maullando para quedarse a mi alrededor.-¿Qué te compró?-me acerqué a él mientras Kamijo me interceptaba y anteponía su regalo.

-Una camisa, la usaré cuando salgamos.-pegó la caja al pecho y tomó el de Kamijo.-Gracias Kami, no debiste molestarte.-susurró cortes mientras su hermano bufaba por detrás.

-Siempre dices eso, pero bien que te gustan los regalos.-replicó.

-Es lógico.-murmuró sonriendo abriendo el paquete con cuidado.

Era una pulsera de plata con pequeños adornos de sol, luna, un ave como un fénix, un dragón asiático, mariposas. Sin duda había acertado, era una pulsera única y especial. Kamijo sabía elegir bien los regalos, me di cuenta en ese mismo instante que jamás habría caído en comprar algo similar a mi pareja.

-Pedí que la hicieran para ti, podía elegir los motivos y pensé que motivos de fantasía variados te agradarían.-dijo tomándola de la caja para ponérsela.-Ten cuidado, tal vez se enganche un poco en las prendas de abrigo, pero estoy seguro que en verano la podrás lucir sin problemas.

-Es bonita.-dije tomándolo por los hombros.-Pero ahora me toca a mí.

-A la cola.-soltó Lionel.-Antes estoy yo que me he dejado arrastrar por dos consumistas.-comentó dejando al pequeño en el suelo y fue hacia los regalos tomando su caja.-Toma.-Era una cámara profesional, parecía muy cara.-Ahora querrás hacerle fotos continuamente a Jun... ahora y siempre supongo... pensé que una buena cámara te daría buenas fotos.

-Mi regalo es un pie para la cámara y varios álbumes con motivos variados, puedes abrirlo más tarde si lo deseas.-comentó aquel indeseable desde la cristalera que daba al jardín.

Dejé al pequeño en brazos de mi cuñado y este comenzó a juguetear con sus cabellos largos. Balbuceaba intentando que el chico le hiciera caso, que mostrara interés en él, inclusive le tomaba del rostro. Pero Seth parecía estar más pendiente en como abrazaba su hermano al resto de invitados. Mi hijo en esos momentos comenzó a gritar que era suyo, un “mío” muy peculiar en él.

-Gracias.-dijo estrechando a Lionel y este sonrió.

-No es tuyo.-dije mirando a Jun con una sonrisa.-Es de papá.-él miraba a todos inflando sus enormes mofletes mientras movía sus brazos.-El mío, bueno los míos... puedes ir a por ellos.

El hijo de Lionel se entretuvo observando de lejos mi gato que iba caminando por el jardín de forma sigilosa. El niño era bastante delgado y bajito para su edad, pero parecía feliz con aquellos dos. Nada más separarse mi pareja de Lionel este lo tomó en brazos.

Los regalos que no había abierto eran míos, los que aún tenían los papales especiales con distintos motivos. Uno era un gato de peluche gigante, varios jeans de distintos tipos, una gorra, pulseras de colores, complementos de todo tipo para el cabello y cuello... junto a algo más especial. Había un cd con una canción para él, inedita para el resto del mundo y que únicamente podría escucharla cuando yo no estuviera a su lado.

-Mi regalo está aquí.-dijo Paulo colocando su caja frente a Phoenix. Abrió la cajita y mostró lo que era. Una edición especial de su novela, de la nueva que estaba escribiendo. Poseía una caja para guardarlo, dibujos de los personajes, una pluma plateada en forma de pincel.-Es la edición de lujo, sé que te gusta leer y mis obras. Pensé algo mejor, pero no tenía demasiado tiempo. Esto no sé si llegará a estar en la calle, es algo peculiar.

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt