Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 28 de febrero de 2010

Dark City - capitulo 14 - La vida ya no es igual XIV


Phoenix se había colocado a mis espaldas y bufó al escuchar aquello que decía su hermano. Tomó de los hombros a mi hijo acariciándolos, para luego acariciar su rostro.

-Seth no digas eso.-le reprendió mirándolo a los ojos, como él lo hacía. Eran de ese tipo de personas que tenían que clavar su mirada para que tú mantuvieras el reto de escucharlos sin perder la atención, sin caer en la debilidad de su mirada firme.-No quiero que vuelvas a las andadas de estarte peleando cuando vuelvas a clases.-acarició los cabellos de Hero y sonrió con cierta dulzura.-Debes acudir a las autoridades indicadas, es cierto que no debes dejarlos hacer eso...-le tomó de la mano tirando leve de él.-Ven, te echaré una pomada.

-Ya pedí cita para hablar con los tutores, Seth.-dije sentándome en la mesa del salón.-Pero son muchos los críos que le pegan sólo por ser yo su padre... entre otras. Hace unos meses su madre y yo fuimos a conversar con el Director del centro.-me había sentado cerca de él, pero sin invadir su privacidad.-Comprendo lo que quieres decir, pero mientras intentaré que aprenda a solventar las cosas sin los puños.-tomé el blog de Hero y lo ojeé mientras Phoenix se lo llevaba para curarle el golpe-Espero que os llevéis bien.-lo decía con total sinceridad puesto que opinaba que era una buena cura para ambos. Uno dejaría de meterse en líos y de estar tan sólo, el otro se volvería más sociable y tal vez conseguiría un apoyo más próximo a su edad.

-Mi piano es mi vida profesional.-escuché a Kamijo para sentarse con nosotros.-Necesito un cigarrillo... uno... sólo uno.-murmuró prácticamente derrumbándose prácticamente sobre la mesa, aunque en décimas de segundo recobró la compostura.

-¿Lo estás dejando de nuevo?-interrogué sin creer realmente que lo lograra, era de esos que lo dejaba mil veces y mil veces volvía a la nicotina.

-Lo había dejado hasta que Hizaki se puso a fumar cerca y ya comencé a extrañarlo... maldito veneno.-masculló.-Ya lo sabes.

-Hizaki lo está dejando también, ya era hora que lo hiciera.-dije estirando la mano hacia la mesa contigua para tomar un plato con frutos secos.

-Jasmine ven con tu conejo hacia la mesa... no te quedes ahí y no me mires con esa cara.-dijo en un tono neutro, intentaba demostrar que a él no le afectaba ese intruso de orejas largas o pequeña cola en forma de pompón.

-No.-dijo siseante mirándolo como si lo atravesara con mil dagas.-¿No dijiste que no deseabas un conejo?-bufó caminando indignado hacia la mesa para sentarse junto a Seth.

-Sólo es un conejo.-dije encogiéndome de hombros.

-¡Es que no es sólo esto lo que me molesta!-explotó al final, como era de esperarse.-¡Son otros temas los que me dan jaqueca!

Seth se quedó observándolo pero dejó de prestar atención para girarse hacia el pequeño parque de Jun. El niño y él parecían haber congraciado, ambos se hacían muecas a cual más estúpida. Realmente me sentí bien por haberlo sacado de donde estaba, porque no era mal chico y parecía que ya había dejado ese calvario.

-Vamos Jasmine es normal que se ponga así por el conejo y por todo, intenta dejar el tabaco.-intenté ser conciliador, pero eso siempre se me dio mal.

-Hubiera preferido un gato... a esos los castras y les quitas las uñas... ¿a ese cómo le quito las paletas?-murmuró.

-No es mala compañía, además piensa que puede estar de noche en una jaula o comprar una jaula mayor para que pueda estar todo el día.

-La casa es pequeña.-murmuró.

-Bueno piensa así, en un futuro podéis comprar una mayor... cuando decidáis adoptar.-quería que Kamijo al final lo dijera, que se declarara en intenciones frente a Jasmine, pero me equivocaba. Kamijo podría ser valiente ante un asesino, liquidar a cualquier nombre que estuviera en un listado o traficar con armas sin pestañear. Sin embargo, frente a Jasmine se comportaba como un auténtico cobarde.

-Ya te dije que aunque deseo ser padre sé que seré nefasto, así que mejor me quedó como el tito raro de Jun... ¿o ya ocupó ese puesto otro?

-¿Sabes Kamijo? Tienes mejores cosas en que pensar que en si te dañan el piano.- dijo Taylor con tono burlón mirando mi amigo cuando entraba del jardín hacia el salón.-Siéntate Lionel.-susurró suavizando el tono hacia su pareja y este se sentó junto a Jasmine con el pequeño en sus brazos.-Por aquí.-dijo en un tono serio indicándole que le siguiera, esa forma de modular su voz erizó los vellos de mis brazos. Presentí algo negativo, demasiado negativo.

-Lionel ¿por qué no pones al pequeño en el sofá?-susurré intentando olvidarme de lo que sucedía allí fuera.

-No, esta mejor conmigo.-dijo acariciando sus cabellos, observándolo como si fuera lo único que tuviera.

-Tiene un aire a ti ¿Seguro que no es tuyo?-pregunté intentando bromear ante la situación.

-Atsushi soy absolutamente y completamente gay.-rió algo sonrojado.-Aunque sí, Taylor también opina que se parece a mí.

Giré mi rostro hacia el jardín y fruncí el ceño al verlos conversar. En décimas de segundo me impulsé de la silla hacia donde estaban ambos. Mi amigo permanecía de pie pálido, se quedó como si le acabaran de fulminar con una bala. Miré serio a Taylor inspeccionándolo cuando se marchó hacia el salón con paso lento y marcado. Tomé a Kamijo por los hombros y alcé su mentón con una de mis manos. Sus ojos estaban bañados en lágrimas.

-Quieren quitarme lo único que amo.-susurró.-Que amo realmente.-murmuró.-Algo más allá de mi orgullo, mi honor...

-¿Qué?-pregunté tomándolo del rostro con ambas manos mientras intentaba secar sus lágrimas con mis pulgares.

-Los Wook...-sus piernas flaquearon y creí que se caería, pero únicamente apoyó sus manos sobre mis brazos.-Atsushi.-susurró casi sin aliento intentando mantener su mirada.-Vigila a Phoenix y haz que vigilen bien a tu hijo, a tu nieto y a Olivier... también al pequeño Hero y a Jun.-no comprendía por qué decía todo aquello, sabía de las denuncias y que querían hundirlos. Si bien, no veía peligro más allá.-Vigílalos... vigila a toda tu prole, a toda.

-Kamijo.-susurré notando como me abrazaba como aquel día en plena calle.

-Yo... yo no sé que... que haría sin Jasmine.-ese era su verdadero tesoro, lo único que poseía y que a la vez sabía que era imposible de domar. Una persona con carácter y sensualidad, la persona que le había robado el alma a cambio de la felicidad absoluta.

-¿Por qué dices eso?-interrogué.

-Según sabe Taylor quiere arrebatarme a Jasmine como a él le arrebataron a su hijo.

Kamijo seguía llorando como un niño sin que comprendiera todo lo que se había formado allí. Era demasiado estúpido ese Wook, así no conseguiría resucitar a su enajenado hijo y tampoco lograría tranquilizar la vida del mío. Olivier tuvo tratamiento psicológico por culpa de Yue, tuvo problemas personales mi hijo por su causa y aún hoy tiene en la mente todo lo que le dijo aquel imbécil.

En esos momentos ese imbécil incluso quería atentar contra la vida de las personas, como su hijo. Dicen que de tal palo tal astilla, jamás vi tan acertada esa frase como en esos instantes. Tenía ante mí la ardua tarea de tranquilizarlo, de explicarle que nada iba a suceder y que podía evitarse. No podíamos actuar primero, teníamos que dejar que él actuara antes. Si bien, debía hacerse sin que nadie resultara herido.

-Kamijo no pasará nada.-dije secándole las lágrimas como si fuera uno de mis hijos.-Vamos dentro.-susurré con un tono suave y tranquilizador.-Vamos dentro mejor.

Él asintió intentando mantener la compostura y mantenerse firme. Verlo llorar por segunda vez no quitaba el impacto. Ese hombre que parecía hecho a si mismo, duro como una piedra y cargado de protocolo, se derrumbaba como un niño en lo referente a Jasmine.

Dentro nos esperaban Jasmine, Taylor, Lionel y Seth junto a los pequeños. Taylor sostenía en sus brazos a su hijo como si nada hubiera ocurrido. Parecía un hombre de hielo, aunque supongo que poseía sentimientos ya que cuando miraba a su hijo algo dentro se removía. Parecía orgulloso del pequeño, orgulloso de su familia, pero tal vez no comprendía que estaba aniquilando la pequeña familia que poseía otro. Jasmine al observar el rostro de Kamijo soltó el conejo y corrió hacia él abrazándolo.

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Lestat de Lioncourt