En ese instante llegaron Phoenix, Jasmine, Hero y Seth. Seth tenía un labio roto y bufaba como gato panza arriba. Phoenix no dejaba de regañarle una y otra vez. Jasmine simplemente acariciaba los cabellos de Hero, tenía un buen golpe en el pómulo y parecía haber llorado.
Me levanté de inmediato y fui hacia mi hijo inclinándome para tomarlo del rostro. No quería verme a los ojos, evitaba mi mirada, y parecía aterrado. Miré a Seth y también estaba algo magullado, por supuesto también evitó mi mirada. De inmediato clavé mis ojos en Phoenix.
-¿Qué ha pasado?-pregunté abrazando a mi hijo.
-Se encontraron con los chicos que suelen golpearle y Seth terminó metiéndose por medio. Claro que terminó rompiéndole la nariz a uno de ellos y acabaron todos en comisaría porque el dueño del local llamó ante el escándalo.-se giró hacia su hermano.-¡No deberías comportarte como un crío!
-¡No iba a dejar que le pegaran!-respondió indignado.
-¡No quiero que os peguéis!-grité a ambos.-¡Las cosas no se solucionan con los puños! ¡Hero no sigas los pasos de tu hermano! ¡maldita sea! ¡Y tú!.-dije señalándolo.
Cuando era joven hubiera reaccionado distinto, seguramente me hubiera sentido orgulloso de ambos. Sin embargo, los puños siempre me trajeron malas consecuencias. Hero comenzó a llorar con ganas y Seth sólo bufaba.
-¡Atsushi no les grites!-me reprendió cuando él había hecho antes.-Si no te dije cuando fui a buscarlos fue porque no quería que te alteraras.
-¡Papá es que me quisieron pegar duro! ¡él me defendió!-dijo mi hijo abrazándome.-Cálmate por favor... por favor...-susurró y yo lo abracé acariciando sus cabellos.
-Seth quiero que me digas como eran esos niñatos o si sabes sus nombres... nadie toca a las personas de mi familia y menos una pandilla de imbéciles con la cara llena de granos.
-Eran cuatro mocosos.-respondió mi cuñado.-Un pelirrojo, un asiático, un chico de color y uno común.-suspiró.
-Son de tu clase.-dije mirando a mi hijo.-¡Dímelo Hero!-lo agité un poco para que confesara porque simplemente parecía no quererlo admitir.
-Sí.-murmuró y lo tomé de los brazos apartándolo para mirarlo.
-Esos malditos hijos de puta se acordaran y bien... ya los denuncié con tu madre y siguen...-estaba alertándome hasta que noté la mano de Kamijo sobre mi hombro.
-Deberías calmarte e ir mañana a comisaría junto a ellos para interponer una denuncia, supongo que habrá alguna cámara de vigilancia donde se pegaron ¿dónde fue?-preguntó aproximándose a Seth tomándolo del mentón.-Al menos el único golpe que tienes no se amoratará.
Kamijo no perdía su estilo ni en las situaciones más comprometidas. A pesar de sus lágrimas anteriores parecía impoluto. Era una brisa fresca en medio de tanta tensión. Seth pareció calmarse y hablar relajado al fin.
-Fue en la tienda de mangas.-contestó alejándose de Kamijo para abrazarse a su hermano.
-Descuida Seth.-murmuró.-Pero no quiero que vuelva a ocurrir, no quiero que te lastimen.-le decía mientras su hermano se acurrucaba más en él.-Ya antes te has metido en riñas y no has salido bien, esta vez no te pasó nada pero pudo haberte pasado y me hubiera sentido muy mal.-escondió su rostro en su cuello como si fuera un niño pequeño.
-Sí.-fue lo único que respondió.
-Atsushi no te alteres porque no ha pasado nada, ellos están bien y ya les curé.-dijo sonriéndome de forma dulce.-No es tan grave, sólo anotaron todo en un acta tanto a ellos como a los otros chicos.
-¿Y tu hombre qué?-pregunté mirando a Kamijo.
-¿Uno feo y muy tieso?-interrogó Hero.-A ese le dimos esquinazo metiéndonos en la tienda de manga... luego intervino cuando vino la policía porque se dio cuenta donde estábamos.
-Imbécil.-murmuró Kamijo.-Va a estar en un despacho a la sombra... no pienso ponerlo más como escolta.
-Recomendación.-interrumpió Seth los lamentos de mi amigo.-Cuando pongas un escolta, intenta que no sea un tipo tan grande y que se note tanto.-dijo alzando una ceja.- ¿A quién se le ocurre poner un gorila de pelo oxigenado a vigilar a alguien?-murmuró antes de ir hacia un sofá para sentarse observando a Hero que no paraba de llorar.
-Hero.-susurró Phoenix tocándole la cabeza.-¿Quieres una manzanilla o una tila?- preguntó algo preocupado.-No debes dejar que te golpeen, pero tampoco puedes reaccionar como lo hizo Seth.
-¡Pero lo empujaron! ¡Lo estaban humillando y lo iban a golpear entre todos! ¡Eso no es justo!-reprochó de inmediato su hermano.
-Tampoco quiero que terminéis como Hizaki.-dije mirándolos a ambos.-A mi me costó treinta años darme cuenta que con los puños no se gana nada.-me senté y subí a Hero a mis piernas dejando que me abrazara.-Es mejor confiar que con las denuncias tendrán su escarmiento.
-Pero Hizaki hubiera actuado peor que Seth.-replicó Kamijo tras ver como enviaba un mensaje en el móvil.
-Eso sin duda.-murmuré y tomé del rostro a Hero.-No deberías dejar que te hicieran eso.-eché hacia atrás sus cabellos y sonreí.-Buscas a un adulto cuando eso pase... lo digo ya por los dos.
Me levanté de inmediato y fui hacia mi hijo inclinándome para tomarlo del rostro. No quería verme a los ojos, evitaba mi mirada, y parecía aterrado. Miré a Seth y también estaba algo magullado, por supuesto también evitó mi mirada. De inmediato clavé mis ojos en Phoenix.
-¿Qué ha pasado?-pregunté abrazando a mi hijo.
-Se encontraron con los chicos que suelen golpearle y Seth terminó metiéndose por medio. Claro que terminó rompiéndole la nariz a uno de ellos y acabaron todos en comisaría porque el dueño del local llamó ante el escándalo.-se giró hacia su hermano.-¡No deberías comportarte como un crío!
-¡No iba a dejar que le pegaran!-respondió indignado.
-¡No quiero que os peguéis!-grité a ambos.-¡Las cosas no se solucionan con los puños! ¡Hero no sigas los pasos de tu hermano! ¡maldita sea! ¡Y tú!.-dije señalándolo.
Cuando era joven hubiera reaccionado distinto, seguramente me hubiera sentido orgulloso de ambos. Sin embargo, los puños siempre me trajeron malas consecuencias. Hero comenzó a llorar con ganas y Seth sólo bufaba.
-¡Atsushi no les grites!-me reprendió cuando él había hecho antes.-Si no te dije cuando fui a buscarlos fue porque no quería que te alteraras.
-¡Papá es que me quisieron pegar duro! ¡él me defendió!-dijo mi hijo abrazándome.-Cálmate por favor... por favor...-susurró y yo lo abracé acariciando sus cabellos.
-Seth quiero que me digas como eran esos niñatos o si sabes sus nombres... nadie toca a las personas de mi familia y menos una pandilla de imbéciles con la cara llena de granos.
-Eran cuatro mocosos.-respondió mi cuñado.-Un pelirrojo, un asiático, un chico de color y uno común.-suspiró.
-Son de tu clase.-dije mirando a mi hijo.-¡Dímelo Hero!-lo agité un poco para que confesara porque simplemente parecía no quererlo admitir.
-Sí.-murmuró y lo tomé de los brazos apartándolo para mirarlo.
-Esos malditos hijos de puta se acordaran y bien... ya los denuncié con tu madre y siguen...-estaba alertándome hasta que noté la mano de Kamijo sobre mi hombro.
-Deberías calmarte e ir mañana a comisaría junto a ellos para interponer una denuncia, supongo que habrá alguna cámara de vigilancia donde se pegaron ¿dónde fue?-preguntó aproximándose a Seth tomándolo del mentón.-Al menos el único golpe que tienes no se amoratará.
Kamijo no perdía su estilo ni en las situaciones más comprometidas. A pesar de sus lágrimas anteriores parecía impoluto. Era una brisa fresca en medio de tanta tensión. Seth pareció calmarse y hablar relajado al fin.
-Fue en la tienda de mangas.-contestó alejándose de Kamijo para abrazarse a su hermano.
-Descuida Seth.-murmuró.-Pero no quiero que vuelva a ocurrir, no quiero que te lastimen.-le decía mientras su hermano se acurrucaba más en él.-Ya antes te has metido en riñas y no has salido bien, esta vez no te pasó nada pero pudo haberte pasado y me hubiera sentido muy mal.-escondió su rostro en su cuello como si fuera un niño pequeño.
-Sí.-fue lo único que respondió.
-Atsushi no te alteres porque no ha pasado nada, ellos están bien y ya les curé.-dijo sonriéndome de forma dulce.-No es tan grave, sólo anotaron todo en un acta tanto a ellos como a los otros chicos.
-¿Y tu hombre qué?-pregunté mirando a Kamijo.
-¿Uno feo y muy tieso?-interrogó Hero.-A ese le dimos esquinazo metiéndonos en la tienda de manga... luego intervino cuando vino la policía porque se dio cuenta donde estábamos.
-Imbécil.-murmuró Kamijo.-Va a estar en un despacho a la sombra... no pienso ponerlo más como escolta.
-Recomendación.-interrumpió Seth los lamentos de mi amigo.-Cuando pongas un escolta, intenta que no sea un tipo tan grande y que se note tanto.-dijo alzando una ceja.- ¿A quién se le ocurre poner un gorila de pelo oxigenado a vigilar a alguien?-murmuró antes de ir hacia un sofá para sentarse observando a Hero que no paraba de llorar.
-Hero.-susurró Phoenix tocándole la cabeza.-¿Quieres una manzanilla o una tila?- preguntó algo preocupado.-No debes dejar que te golpeen, pero tampoco puedes reaccionar como lo hizo Seth.
-¡Pero lo empujaron! ¡Lo estaban humillando y lo iban a golpear entre todos! ¡Eso no es justo!-reprochó de inmediato su hermano.
-Tampoco quiero que terminéis como Hizaki.-dije mirándolos a ambos.-A mi me costó treinta años darme cuenta que con los puños no se gana nada.-me senté y subí a Hero a mis piernas dejando que me abrazara.-Es mejor confiar que con las denuncias tendrán su escarmiento.
-Pero Hizaki hubiera actuado peor que Seth.-replicó Kamijo tras ver como enviaba un mensaje en el móvil.
-Eso sin duda.-murmuré y tomé del rostro a Hero.-No deberías dejar que te hicieran eso.-eché hacia atrás sus cabellos y sonreí.-Buscas a un adulto cuando eso pase... lo digo ya por los dos.
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