Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 28 de marzo de 2010

Dark City - capitulo 15 - La polvora en el aire XII


Estuvimos hablando una media hora para luego ir cada uno a nuestro estudio de grabación. Me senté a meditar unos minutos mientras observaba el listado de canciones. Después estuve ensayando y grabando todo el día. Nada más llegar a casa me metí en la bañera y después hablé con Phoenix. Él me contó que Jasmine tal vez despertaba mañana, le dejarían de sedar con tanto calmante. Para mí fue una gran noticia. Nuestro amigo volvería a abrir sus ojos como mis nietos, ojos que volverían a contemplar el mundo para que todos volviéramos a respirar tranquilos.

Jasmine al final despertó. Kamijo parecía intranquilo cuando me llamó por teléfono y pidió que me personara allí porque deseaba hablar. Quería contarme algo en la cafetería. Así que simplemente me di una buena ducha y me personé en el hospital. Phoenix tenía que llevar a Jun a la guardería y a Seth al instituto. Él iría más tarde, podía esperar si Kamijo aseguraba que Jasmine estaba bien.

Cuando llegué fui a la cafetería, allí quedé con él. Lo encontré fumando junto a un cenicero lleno de colillas. Todas eran de la marca de cigarros que le gustaba. Su aspecto desaliñado no le quitaba la belleza enigmática que era. Parecía uno de esos bohemios echados a la bebida. Me senté frente a él y entonces se percató de mi presencia. Él sólo sonrió de forma leve y apagó el cigarro que se fumaba. Echó el humo por la nariz y se recostó en la silla.

-¿Qué sucede?-pregunté con cierta curiosidad y temor.

-Voy a ser padre.-respondió.-Jasmine no lo aceptará, dijo que sí sólo para dejar de discutir.-rodeó su frágil cuerpo con sus brazos y me miró con los ojos llenos de lágrimas.-¿Qué sucederá cuando nazca?

-Cuando vea al pequeño no podrá apartarse de él, a pesar de ser un alma libre.-no lo creía de esa forma, pero supuse que el instinto paternal estaba en cualquier ser humano. Un instinto de protección de los más débiles y pequeños, un deseo de proteger la belleza de una nueva vida, y por lo tanto dije esas palabras aunque no las creía fielmente.

-Emma me comunicó que le habían hecho las pruebas y sí.-susurró.-Aunque no eran definitivas y podría ser una falsa alarma. Pero dudo que lo sea.-sonrió de forma amarga.-Siempre he deseado una familia, una mujer y un hijo que me muestre lo mejor de ambos. Pero...

-Pero Jasmine es un hombre.-seguí su frase y él sólo asintió.

-El único hombre que he amado y amaré.-murmuró.-El resto de hombres jamás me atraerán, ni desearé abrazarlos o tenerlos en mi cama. Supongo que el amor hace que la sexualidad sea más flexible.-murmuró.

-¿Esto era lo que te preocupa?-pregunté.

-¿Cómo decírselo?-dijo antes de poner otro cigarrillo en sus labios y yo se lo quité.-¿Por qué?-preguntó antes de ver como rompía el cigarro y le arrancaba de las manos la cajetilla.-¿Qué haces?

-Estoy harto de ver como fumas.-respondí algo molesto.-Vas a destrozarte la voz cuando deberías volver a los escenarios.

-Sí papá.-respondió recargándose en la mesa.-Aquí sólo puedo fumar y beber café, es mi único divertimento y lo único que no me hace pensar que mi esposo pudo morir por mi incompetencia.-murmuró antes de levantarse.

Yo no sabía si ir tras él o quedarme donde estaba. Simplemente me quedé unos segundos meditando, para luego correr tras él. En pleno pasillo del hospital tiré de él y lo abracé. Él se volvió a derrumbar ocultando su rostro en mi pecho. Paulo entonces apareció de la nada con su aspecto impecable. Caminó hacia nosotros, pero quedó a una distancia considerable.

-Kamijo.-murmuré.-Ánimo.-dije apartándolo de mí mientras le tendía un pañuelo.

-¿Estás bien Kamijo?-preguntó Paulo observándonos a ambos.

-Sólo me he dejado vencer unos minutos.-murmuró con una leve, y decadente, sonrisa.

-Acabo de ver a tu esposo y me dijo que fuiste a fumar y beber café, que necesitabas un respiro.-comentó antes de abrazarlo.-Aunque no lo creas en estos pocos meses que nos conocemos te he tomado aprecio.

-Lo dices para que te deje el teatro para esa estúpida función del Ayuntamiento.-rió bajo y Paulo simplemente sonrió.-Lo digo porque serás el productor de una de mis obras de teatro.

-No sabía que hacíais negocios juntos.-comenté incrédulo porque se llevaran tan bien y no me hubieran dicho nada.

-Hace dos semanas más o menos hemos comenzado a intercambiar comentarios y puntos de vista sobre una obra. Cuando leí el libro pensé que sería perfecto para representar. La angustia de cada uno de sus personas, las mentiras, la trama que se mezcla hasta el final y termina dejando al lector con mayor espectación que al principio. Creo que es una de esas obras que es imposible de explicar y que no deseas que acabe. Tiene un final muy abierto y dado a muchas interpretaciones.-volvió el Kamijo apasionado, el artista y sobretodo el empresario.-He pensado componer junto a ti Atsushi parte de la banda sonora para esa obra.-eso me dejó perplejo.-Quiero que también cante Hizaki. Claro que no se os verá en escena, sino que estaréis tras la tramoya.

-¿Cómo?-pregunté notando como Paulo se reía bajo.

-Es una obra compleja.-intervino mi sucesor, amigo y enviado de los infiernos londinenses.-Creo que se necesitan voces profundas y melódicas para hacer canciones mientras las escenas sin diálogo se desarrolla. Hay una en el metro. Una escena que puede explicarte Kamijo como la ha imaginado y pensado para el teatro. Aunque esta obra la pensé más para el cine que para una sala teatral.-comentó con total franqueza.

-Así es.-respondió.-Se proyectará el ajetreo de Tokyo, se verán distintas imágenes de los vagones y en el escenario oculto por una tela, que luego caerá, una especie de vagón de tren rajado por la mitad. Podrán observar a los ocupantes de dicho vagón, algo más liberado de pasajeros que los acostumbrados.-sonrió y entonces me señaló.-Quiero que tú toques y si puedes ser con tu antigua banda.

-¡¿Qué?!-exclamé.-¡Anii quiere matarme! ¡Yutaka no me quiere en su vida! ¡Y por dios obviemos que ganas de patearme el hígado tiene mi amigo Imai!-iba diciendo mientras Paulo me tomaba por los hombros y me agitaba.

-Tranquilo campeón.-murmuró.-Estamos en un hospital y se necesita silencio.-Kamijo reía bajo mientras Paulo intentaba relajarme.-Son cosas que se hablaran poco a poco ¿no crees? Queda al menos cuatro meses para que esa función tenga algún que otro casting. Aún están con la saga de Rice, ópera moderna y ballet.

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Lestat de Lioncourt