Lamento que la edición haya quedado tan pobre... no es mi culpa. El editor que uso para modificar las imágenes no abre. No sólo estoy teniendo yo problemas, sino también otras personas en todo el mundo. Así que he vuelto a photobuchet... un apaño hace... junto a photofunia y picjoke.Como dentro de días hago 10 meses con mi princesa... y esta parte de mi personaje le gusta se la dedico junto a esta canción:
Por si desean pasarse por su blog de fanfic (Heterosexuales y Homosexuales) : Mrs_Sakurai
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Me enfrasqué en esa idea, o más bien proyecto. Parecía mucho más sólida que la canción que había estado grabando horas atrás. Sería extraña y lo extraño me excitaba. Quería fundirme con la letra y con ella en todo sus sentimientos. Si no lograba eso, era como hacer una melodía simple para un teléfono móvil.
Tomé la grabadora y eché el seguro a la puerta. No quería que entrara nadie mientras me dedicaba a componer aquello. Terminé quitándome la parte de arriba, quedándome sólo en camiseta. Quedé en medio de la habitación cerrando los ojos y los puños, conectando la maldita grabadora. Mis labios empezaron inquietos a moverse junto a mis palabras.
-Deseos prohibidos a media noche, entre tus sábanas mujer. Suspiros en tu cuello, clavando mis dientes y bebiendo de tus orgasmos cargados de amor. Quiero que grites de placer, quiero que entres en erupción. Compláceme mi compañera, hazme vibrar entre tus piernas. Enredarme a tu alma y ahógame. Quiero saber qué me deseas como yo a ti, quiero hacer un vals nocturno y celebrar nuestro encuentro. Vamos pequeña, ahógame.-susurraba a la cinta mientras me imaginaba el ritmo, completamente concentrado.- Quiero hacerte el amor esta noche y agotarte, para que así recuerdes quién es tu dueño. Soy el príncipe de tus peores pesadillas, soy el genio que conquistará tu cuerpo para hacerlo prisionero. Princesa, esto no es un sueño. Princesa esto no es un milagro, esto es el infierno.-todo mi cuerpo se movía como si estuviera en un pequeño concierto, es más lo imaginaba de esa forma. Había comprendido que era la mejor forma para encontrarme, para conquistar el éxtasis de la palabra.
Seguí con aquella melodía en mi cabeza, creando la canción o más bien la base de esta. Mi creatividad estaba al límite cuando un ruido en la puerta me hizo salir de ese trance y apagar la grabadora. No quería que nadie me interrumpiera, pero la curiosidad me podía. Al girar el pomo y tirar de ella me encontré a Kamijo.
-Querías hablar conmigo.-dijo con simpleza observándome fijamente a los ojos.-¿Ha ocurrido algo?
-Tu Emma.-comenté señalándole el pecho.-Podría ser modelo de pasarela si quisiera.-aún jadeaba por el baile y la interpretación.
-Fue modelo, pero modelo artístico.-se quedó algo incrédulo al decir aquello, creo que la situación le era extraña.-¿Para eso me llamabas?
-Para eso y para advertirte.-dije tirando de su corbata para meterlo dentro del despacho.-¿Qué demonios pasó con Jasmine? Aún no me has contado ni la mitad.
-No importa qué hora sea, qué haga o que desee yo.-murmuró.-Si llama Emma y comenta algún detalle de su embarazo pierdo la cabeza. Paso horas a su lado acariciando su vientre, imaginando lo que hay bajo su piel. En su vientre hay vida, hay magia, Atsushi.-le di un buen golpe en la nuca y él se quejó.-¡Qué!
-Hay un bombón francés que te está pidiendo que la cuides, que la mimes, que le des todo lo que se le da a una esposa.-fruncí el ceño.-Jasmine debería matarte a golpes o al menos sacarte los ojos, porque de nada te sirve esos bonitos ojos azules si estás tan ciego.-suspiré bien alto y alcé mis brazos para girarme, era un gesto teatral pero más bien lo hice como énfasis.
-No le veo atractivo alguno a Emma.-aquello me dejó petrificado.-Ya no veo atractivas a las mujeres y los hombres jamás me atrajeron.
-¡Qué!-dije quedándome atónito.-Kamijo tengo a Phoenix, lo amo, pero tengo ojos y testosterona de sobra para mirar escotes.
-Yo sólo tengo ojos para Jasmine.-se abrazó como si estuviera perdido.-¿Soy hombre por ello? A veces pienso que carezco de lívido.
-¡Tienen que ser esas pastillas que tomas!-era imposible que dijera eso. Primeramente porque Jasmine era sumamente atractivo, después porque las personas que le rodeaban parecían ángeles.
-Créeme Atsushi cumplo bien como esposo.-pestañeó y agitó su cabeza.-¡Pero qué demonios!-dijo moviendo sus brazos para luego quedar recto con sus puños apretados.-¿Por qué siempre termino confesándote todo esto? No me interesa Emmanuelle.
-¿Quieres hacerme creer que no te atrae esa mujer?-dije alzando una ceja.-Se sincero, todos tenemos mitos eróticos y amores imposibles.
-Pude tener sexo con ella en más de una ocasión, mucho antes de estar con Jasmine, y no lo hice.-respondió con calma.-Te dije que la veo como a una hermana.
-Pues entonces explícame porque corres donde está ella.
-Mi hijo Atsushi.-dijo llevándose las manos al pecho.-Por mi hijo ¿no comprendes? Para mí ella era perfecta, alguien capaz y de confianza. Era digna de llevar el hijo que Jasmine no puede engendrar porque es hombre. Pero cada día pido que al crecer se parezca a él y no a Emma. Desearía que él me diera un hijo, ya te lo dije.
-Echarás por la borda tu matrimonio si corres a sus brazos, o a tocarle la barriga porque dice que da patadas.-lo dejé desarmado completamente, en silencio meditando mis palabras.-Te llamé para darte un consejo.
-Pues sinceramente Atsushi esta vez no lo quiero.-se dio la vuelta y se fue cerrando la puerta, aunque sin dar un fuerte portazo.
Me sorprendió esa reacción en él. Siempre aceptaba mis consejos, además los buscaba. Pero esta vez me dejó en la estacada. No podía creerme que realmente se hubiera molestado conmigo. Realmente ese hombre se estaba volviendo imprevisible. Sabía que hablar de Emma era hablar de un ángel para él, para mí un demonio con tacones. Me apoyé en el escritorio con la vista fija en la puerta hasta que se abrió, era Phoenix.
-¿Qué pasó?-preguntó confuso.-Kamijo se ha ido molesto.
-Lo sé.-susurré.-Sólo le pedí cautela con esa mujer.
-Atsushi son sus problemas, no debes meterte más en ellos.-dijo caminando hacia mí para abrazarme. Mis brazos le rodearon rápidamente mientras besaba su sien.-Deja de comportarte con él como si fuera Hizaki, él no es tu hijo y créeme es mayorcito.
No quería pensar en ello y para no pensar lo mejor era el sexo. Comencé a besarle acariciando sus caderas, pero él terminó apartándose.
-¿Qué?-pregunté.
-Tengo que darle la cena a Jun, bañarlo y acostarlo.
Dicho esto se fue tras darme un suave beso en mis labios. Odiaba cuando me dejaba con las ganas. Sobretodo cuando eran ganas de no pensar, de desfogarme como mejor sabía. Así que terminé tomando la segunda de mis opciones que era seguir componiendo aquella dichosa canción. Hacía mucho que no hablaba de sexo heterosexual en mis letras, solía ser algo sin declarar firmemente qué géneros sexuales tenían los amantes. Esa ocasión iba a ser distinta y todo gracias a las ideas que vinieron al ver las fotografías de Emma.
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