Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

martes, 20 de abril de 2010

Dark City - Capitulo 16 - Aroma de oscuridad XVIII




Mi hermano y yo xD

Le dedicaré esta canción :3 él sabe bien... quienes deben morir: todos los idiotas con los cartelitos "regalo abrazos" y todas las putigolfas que en vez de cosplay quieren enseñar todo xD



----

He simplificado el blog porque daba problemas al cargarse

----

Me sorprendió esa reacción en él. Siempre aceptaba mis consejos, además los buscaba. Pero esta vez me dejó en la estacada. No podía creerme que realmente se hubiera molestado conmigo. Realmente ese hombre se estaba volviendo imprevisible. Sabía que hablar de Emma era hablar de un ángel para él, para mí un demonio con tacones. Me apoyé en el escritorio con la vista fija en la puerta hasta que se abrió, era Phoenix.

-¿Qué pasó?-preguntó confuso.-Kamijo se ha ido molesto.

-Lo sé.-susurré.-Sólo le pedí cautela con esa mujer.

-Atsushi son sus problemas, no debes meterte más en ellos.-dijo caminando hacia mí para abrazarme. Mis brazos le rodearon rápidamente mientras besaba su sien.-Deja de comportarte con él como si fuera Hizaki, él no es tu hijo y créeme es mayorcito.

No quería pensar en ello y para no pensar lo mejor era el sexo. Comencé a besarle acariciando sus caderas, pero él terminó apartándose.

-¿Qué?-pregunté.

-Tengo que darle la cena a Jun, bañarlo y acostarlo.

Dicho esto se fue tras darme un suave beso en mis labios. Odiaba cuando me dejaba con las ganas. Sobretodo cuando eran ganas de no pensar, de desfogarme como mejor sabía. Así que terminé tomando la segunda de mis opciones que era seguir componiendo aquella dichosa canción. Hacía mucho que no hablaba de sexo heterosexual en mis letras, solía ser algo sin declarar firmemente qué géneros sexuales tenían los amantes. Esa ocasión iba a ser distinta y todo gracias a las ideas que vinieron al ver las fotografías de Emma.

Estuve hasta la madrugada, sin comer y sin descansar. No quería nada. Phoenix sabía que cuando tenía algo en manos debía dejarme solo. Después de acabar la canción la grabé de nuevo con mi voz, pero en un tono bajo ya que mi hijo dormía. Presenté esa canción en el estudio al día siguiente. Todos aceptaron que era buena y debía meterla en el cd que preparábamos. Llevaba con este dos en solitario. El anterior fue un éxito, pero me sentía incompleto.

-No, este tema sólo puede tocar con Best Thing.-dije apartándome de ellos para ir hacia mi rincón de descanso.

Todos quedaron en silencio. Creo que parecía que estaban ante un loco o un soñador, pero para el caso era lo mismo. Yo no no podía olvidar a mi banda, ellos lo comprendían, y a la vez tenía que superarlo. Yo no podía superar algo así. Tener tan cerca algo tan perfecto, porque para mí nosotros éramos perfectos en nuestros defectos. Éramos buenos, nadie dejó su pasión a pesar de sus trabajos serios.

-¿Y esa cara?-la voz que preguntó aquello era la de Hidehiko. Por unos momentos pensé que ya hasta deliraba.-Atsushi te estoy hablando.-alcé la cabeza de entre mis brazos, ya que me había encogido en un rincón.-Sigues huyendo de tus problemas haciéndote un ovillo en una esquina.-dijo rascándose la mejilla.-Realmente no has cambiado demasiado.

-¿Qué haces aquí?-pregunté levantándome.

-He hablado con Yutaka y me ha dicho que si convencemos a su hermano todo queda solucionado. Él acepta, por así decirlo, tus disculpas mientras que no te acerques demasiado.

-¿Cuándo hablaste con él?-él dijo que lo haría, pero no sabía que tan pronto.

-Ayer mismo.

Parecía algo imposible y él lo había logrado como si nada. Siempre terminaba ayudándome y solucionando mis errores. Tenía muchas deudas con él. Lo abracé. Tal vez no esperaba esa reacción en mí, pero cuando éramos jóvenes solía hacerlo. Comencé a llorar. No podía reprimir esa emoción de tener de nuevo a la banda. Pero quedaba un hueso duro de roer, ese hueso duro era el hermano de Uta. Entendía cómo debía sentirse, pero a la vez deseaba que me entendiera a mí.

-Gracias.-susurré aferrado a él.-No sé cómo pagártelo.

-No defraudándome más Atsushi.-me dejó sin aliento aquel murmullo.

Sabía que había defraudado a Yutaka, Phoenix y a mi amigo Toll. Sabía que había defraudado a mis hijos. Sabía que me defraudaba a mí mismo. Pero jamás supuse que podía hacerlo con él.

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt