Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

miércoles, 5 de mayo de 2010

Dark City - Capítulo 16 - Aroma de Oscuridad - XXXIII


Cuando se marchó me quedé de nuevo solo. Dejé al pequeño en su lugar de juegos y me tumbé en el suelo próximo a él. Veía lo feliz que era sin importar lo que pasaba a su alrededor. Él tan sólo jugaba. Yo quería ser un niño de nuevo, aún hoy lo deseo. Una vida más calmada, sin hacer mucho más que dormir y jugar, es lo que necesitaba.

Durante días estuvieron dándole vueltas al tema. Lo peor de todo es que terminó salpicando a mi hija. Me sentía impotente viendo como su casa se llenaba de fotógrafos. En los meses pasados había conseguido que mediante mi hijo el grupo, su grupo, se reuniera y empezaran el camino a su debut. Quería que lo hiciera de mi mano, que tomara la ayuda que le ofrecía. Sin embargo, no había podido verla desde que llegó de Londres y prácticamente no la veía, tan sólo tenía alguna conversación esporádica por teléfono.

Me conformaba a veces con verla envuelta en semejante embrollo, aunque me dolía podía verla y eso me conformaba. Saber que estaba bien aunque fuera por televisión me hacía sentir tranquilo. Jun en más de una ocasión se acercó a la pantalla señalando a su hermana gritando en balbuceos que estaba guapa. Era algo usual en él, también lo hacía con los videoclips de Hizaki y solía comenzar a moverse intentando bailar de forma patosa.

Hero era el menos afectado, siempre en la sombras y siempre en ese magistral segundo plano. Clarissa le había inculcado esa norma, no destacar para lo malo pero sí para lo bueno. Creo que aunque no me diera cuenta lo apartaba por ser más calmado que sus hermanos, por tener esa presencia gélida en ocasiones. Quizás porque era parecido a mi antigua esposa.

Cierto día estaba tumbado en el sofá cuidando de Jun, mientras Phoenix cocinaba, cuando mi teléfono sonó con insistencia. Al delcolgarlo era Clarissa, deseaba hablar conmigo de forma urgente de un asunto. Me dijo que no me alarmara, que era algo bueno pero que era mejor tratarlo en persona. Me preguntó si tenía una hora de mi tiempo para ella y yo acepté. Aunque componía pro si la banda terminaba uniéndose no hacía nada más, sólo vigilar desde Internet a mis empresas e inversiones.

Prometí a Phoenix que volvería pronto, pero que me llevaría al pequeño para que no tuviera que estar en la cocina, era un lugar peligroso para el bebé. Así que tal como estaba vestido con mis jeans anchos y mi camiseta amplia fui a la cita. Mi aspecto era como el de un joven de no más de veinte años, al menos al vestir, y no me sentía mal por ello. Yo era joven aún para volver a los trajes de chaqueta, eso tenía su lugar y su momento.

Quedamos en la cafetería donde solíamos ir en familia, la cual me traía buenos recuerdos. Nada más entrar la vi sentada con aquel peinado y maquillaje perfecto, ese vestido ajustado que se pegaba bien a sus curvas y esos ojos fríos llenos de enigmas sin resolver.

-Buenos días Clarissa.-dije con el pequeño en brazos sentándome frente a ella.

-Isa.-balbuceó Jun moviendo sus manos en señal de saludo.

-Espero que no te importe que haya traído al niño.-comenté acomodándolo sobre mis rodillas.

-Buenos días Atsushi y no, no importa que lo hayas traído.-se quedó mirándolo fijamente, observándolo con minuciosidad.-Me recuerda a Hizaki cuando era un bebé.

-Es peor que él, más impulsivo y con un genio demasiado explosivo. No sé que demonios traen de fábrica mis hijos, parecen todos una bomba de relojería. Salvo Hero, es el único que no da problemas.-dije aquello y empecé a reír, ella no lo hizo sino que se sumió en sus pensamientos.

-Atsushi.-susurró.-¿A veces no tienes la sensación que desconocemos a Hero?-interrogó sacando su bolso para dejar un pequeño paquete blanco sobre la mesa.-Mira eso, por favor.

Tomé el sobre y abrí el pequeño lacre rojo. Al abrirlo vi las fotografías de los cuadros de Hero. Sonreí al ver algunos nuevos que desconocía, sobretodo porque uno de ellos me recordaba a los cuadros de cerezo que pintaba mi madre.

-Yo tenía conocimiento del talento de Hero, él me lo descubrió hace unos meses.-su rostro se volvió triste, aunque pocos conocerían ese cambio en ella.-No es que te lo oculte porque no se sienta cómodo contigo o te rechace, no es eso si es lo que estás pensando. Simplemente él sabe que tienes una galería de arte, pero no desea que tú le ayudes. En eso es muy cabezota, es muy parecido a mí y creo que es lo poco que tiene mío.-suspiré devolviéndole las fotografías puesto que Jun estaba por llevárselas a la boca.

-¿Por qué no me lo dijiste? Debiste mantenerme informada Atsushi.-eso era un reproche.-Pude haberle dado una mejor formación.

-Eso es lo que no quiere.-dije mirándola con seriedad.-¿Ves? Todo tiene que ser como tú quieras, a mí me pasa lo mismo. Pero desde hace un tiempo intento darles más libertad a los chicos, si no lo hacemos terminan sintiéndose presionados y si no lo hacen bien creen que nos decepcionan.-ella se quedó callada y pensativa.-Clarissa quiere estar con Seth en clases de dibujo, está avanzado y casi ni necesita ir. Sólo va porque el hermano de Phoenix se ha hecho su amigo y porque se siente cómodo con los demás chicos, es el único lugar donde no cree estar molestando y tampoco se siente odiado.

-¿Cómo es que se dio cuenta Hizaki y no nosotros?-eso era una pregunta más para ella que para mí.

-Hizaki se convirtió en su figura paterna, como padre tanto como madre. Él le enseñó muchas cosas, él le escuchó a diario y muchas veces venía a mí con problemas de Hero. Creo que por ello Hizaki es buen padre, porque estuvo de prácticas casi catorce años.-ella sonrió con cierto orgullo, sabía que Hizaki no había cumplido sus expectativas de hombre serio con carrera brillante, pero no podía resistir sonreír porque su pequeño se había vuelto todo un hombre.

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Lestat de Lioncourt