Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 9 de mayo de 2010

Dark City - Capítulo 17 - Ironías del destino


Capitulo 17

Ironías del destino

Los días anteriores fueron un caos, como bien he dicho, y me sentía en el ojo del huracán esperando ser arrastrado hasta ser aniquilado por la fuerza del viento. Así que deseaba que ese momento llegara de una vez, que me arrastrara y me destrozara. Prefería eso a la angustia que me producía la espera, un ansia increíble e insoportable. No debía preocuparme, me lo habían dicho pero era incapaz.

El día de la cita con Paulo y el resto del partido llegué diez minutos antes. La sede estaba contigua al Ayuntamiento y todos estaban allí menos dos miembros, esos llegaron más tarde y comenzamos nada más encontrarnos todos. Paulo parecía seguro, aunque el tic de las gafas aparecía y eso demostraba que las apariencias engañaban.

Todos vieron bien el debate, el contenido de este y los invitados. Pero afirmaron algunos que Phoenix no debía ser el conductor del encuentro. Decían que le faltaría objetividad, que sería insano hacer aquello. Yo me molesté notablemente y cuando tuve el turno de palabra los fusilé con un único vistazo.

-Phoenix se acostaba conmigo cuando yo era un estúpido que insultaba a los homosexuales, al colectivo lesbico y al transexual. Me pasaba el día con él, pero él me insultaba en su apartado en el periódico. Es un buen periodista y no lo hacía para encubrir que estábamos juntos, son sus pensamientos. Él ha demostrado que es una persona noble, leal a sus principios. Me indigna que penséis que estará de nuestra parte y que el votante podrá verse manipulado o sentirse manipulado.-suspiré.-Haced lo que queráis pero sin Phoenix no se hará.-fui tajante y Paulo tan sólo asintió.

-Fue idea suya, sin él no se hubiera hecho esto posible.-añadió levantándose de la silla para quedar frente a todos.-Me parece impropio que digan que él no es de confianza, que no hará bien su trabajo, cuando algunos de ustedes pusieron la mano en el fuego por compañeros que nos han vendido, que nos han hecho daño, que han vendido su alma.-suspiró y sonrió.-Estoy completamente de acuerdo con Atsushi.

El debate comenzó. Un debate intenso. Ni siquiera comimos. Estábamos demasiado molestos unos con otros. Aquello se hizo una jaula de grillos, o más bien un hospital psiquiátrico. Hasta las seis de la tarde nadie dijo nada más que absurdeces, tonterías para exculpar a otros y lavarse las manos como Poncio Pilatos.

Finalmente todo se aprobó, todo quedó resuelto. Paulo confirmó que los demás partidos habían dado su voto a favor al pequeño proyecto de coloquio que teníamos entre las manos. Nada más terminar llamé a Kamijo y confirmamos la fecha. Phoenix se puso manos a la obra y colgó todo el contenido en la web, todo lo que en el teatro se iba a suceder.

Los tres días siguientes fueron puras prisas. Si bien, había otro tema que me preocupaba, el otro tema era Hidehiko. Él había dicho que se pondría en contacto conmigo, pero no lo hacía. No quería presionarlo demasiado. Así que me centré en todo lo que teníamos que hacer para que la fecha fuera recordada como un éxito.

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt