Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

viernes, 14 de mayo de 2010

Dark City - Capítulo 17 - Ironías del destino VI


-Bueno señores.-intervino el agente sintiéndose tal vez incómodo por nuestra conversación.-Debo marcharme hacia la oficina, me esperan.

-Le deseo un buen día.-dijo mi buen amigo tomándolo de las manos formando en su rostro una sonrisa gentil. Kamijo siempre era así, mostraba su mejor cara a pesar de estar terriblemente preocupado.-Suerte en sus investigaciones.

-Gracias, supongo.-murmuró apartándose para marcharse cerrando la puerta.

Kamijo era sorprendente. Tenía acciones demasiado extrañas y frías, pero después parecía ser amigo de todos y de todo. Sobretodo cuando recobró la seriedad sentándose en uno de los sillones para el maquillaje. Giró en aquel sillón y después se quedó mirándose al espejo.

-Siempre he pensado que todos merecemos una oportunidad. Una oportunidad para retomar la vida, para conquistar triunfos, para nuevas metas o para conseguir las de siempre, para volver amar...-murmuró y suspiró.-Pero ese hombre no aprovechará esa oportunidad, seguro que está resentido y vuelve a las andadas.-dijo apoyando sus codos sobre la frágil mesa cubierta de potingues para el cambio de persona a personaje.-Me miro al espejo y veo un hombre nuevo gracias a la oportunidad que me ha dado la vida, varias ya desde que nací, pero él tiene una gran apuesta nada más salga de prisión y dudo que acepte ese reto.

-Lo dudas tú y lo dudo yo.-murmuré colocándome tras él, dejando mis manos sobre sus hombros.

-Ha sido padre.-susurró.-No te di esa información porque me parecía innecesaria.

-¿Esa cosa puede amar?-interrogué alzando una ceja.

-No sé quien es la madre, pero supongo que una de las múltiples trabajadoras del sexo.-Paulo se levantó escuchando detenidamente nuestra conversación, podía observarlo en el reflejo que mostraba el gran espejo que teníamos frente a nosotros.

-¿Y qué quieres decir con eso?-dije serio clavando mis ojos en los míos, intentando comprender a Kamijo.

-Hizaki te hizo cambiar ¿no es así? Jun te dio una nueva oportunidad de ser feliz ¿o me equivoco? Miho te ha hecho sentirte orgulloso y volver a recapacitar sobre tu juventud ¿voy errado? Hero se ha convertido en la luz llena de calma...-ahí entendí qué deseaba decirme.

-Piensas que él no tomará ese nacimiento como una premonición, como un punto de reflexión para el cambio.-intervino Paulo.-No tiene que ser convenientemente el niño, o la niña, sino algo que nazca de él.

-Sacó un arma donde había un bebé llorando por su padre.-murmuré.-Yo estoy con Kamijo, no cambiará. No cambiará ni por su hijo ni por él. Vendrá lleno de odio, con ganas de acabar lo que no terminó.

-Si no creías en su cambio ¿por qué te mostraste conforme?-murmuró Paulo confuso.

-Porque es un deseo. Desearía que alguien metido en las mafias pudiera cambiar, desearía creer que es posible.-susurró abatido y comenzó a llorar.

Yo sabía a qué se refería, yo conocía bien el pasado y el destino de Kamijo. Conocía bien sus debilidades, su verdadero rostro. Paulo simplemente se quedó helado. No comprendía esa reacción y se abstuvo de continuar la conversación. Simplemente dio un par de pasos hacia la puerta y se marchó echando una última mirada al rostro difuminado por las lágrimas de nuestro amigo.

Me quedé junto a él en riguroso silencio. Sabía que cualquier cosa que dijera era en vano. Conocía bien sus deseos de aparentar ser un hombre común, pero sus manos estaban manchadas de sangre. Eran las manos que acunarían a su hijo, eran las manos de un futuro padre. Él quería creer en la redención porque él deseaba su propia salvación.

-Atsushi ¿seré un buen padre?-preguntó con las manos entrelazadas frente a su rostro, como si estuviera en oración.-¿Seré un buen hombre algún día?

-Kamijo eres un buen hombre, a pesar de tus debilidades y tu otro lado.-susurré.

-Atsushi he matado a padres de familia.-respondió aún intentando serenarse.

-Y casi todos en tu propia defensa, ¿no es así? Al menos déjame creer que es así Kamijo.-eso era un ruego, un deseo, que me rompía el cráneo. No quería creer que él era como la escoria que tanto odiaba y maldecía.

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt