Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

jueves, 10 de junio de 2010

Dark City - Capítulo 17 - Ironías del destino XXXI


Agarré el móvil cuando me acordé, puse la alarma para que me despertara a eso de las siete y media. Sólo dormiría correctamente unas cinco horas, pero eso no tenía ni la más mínima importancia. Sin embargo, cuando sonó, y sonó con ganas, deseé ahogarlo en el jarrón con flores que Phoenix tenía para decorar la habitación.

Me aferré a él besando sus hombros y su cuello, deleitándome con su cuerpo, para luego dejarlo arropado en la cama y marcharme a darme una ducha rápida. Tenía que estar en dos horas en el estudio, me iría dando un paseo y así me despejaría. Necesitaba despejarme.

Cuando me marchaba él seguía agotado en la cama. Sabía que le había dejado extenuado buscando fuerzas donde ya no quedaban. Seth estaba en su habitación dibujando como un poseso, parecía enfermiza su pasión por dibujar y expresarse mediante sus obras pero le comprendía. Dejé a ambos a cuidado de Jun, él seguía aferrado a su conejo de peluche.

El paseo me hizo recordar a los días en los que llegué a la ciudad, donde nadie me conocía y tenía que buscarme yo mi salario. Era hijo de un hombre importante, un multimillonario, y sin embargo tenía que recoger las migas de otros. Eso no me importaba, me fortalecía y me hacía alejarme de la sombra de mi padre. Me recordó a ese tiempo porque solía caminar por las calles desiertas prácticamente, ver los barrios más lujosos y los apartamentos de hombres de éxito y me decía que yo sería mejor que ellos, que llegaría a un triunfo mayor, y en ese momento me encontraba en uno de esos barrios donde estaba mi casa rodeada de un bosque imitación al de mi ciudad natal. Me había convertido en lo que tanto ansiaba y no era nuevo, sino que llevaba años con éxitos a mis espaldas, pero no eran éxitos en lo que tanto amaba que era la música y el arte en sí.

Llegué antes de tiempo al estudio, se hizo un paseo breve, y entonces decidí sacarme un café de la máquina que estaba frente a nuestro estudio de grabación. Odiaba los cafés de ese tipo de máquinas, pero no podía irme a la cafetería y que se me fuera el santo al cielo.

-Buenos días.-escuché la voz de mi hijo Hizaki refunfuñando.

-No son tan buenos.-respondí girándome y lo vi con ojeras, parecía cansado y también amargado.-¿Problemas en el paraíso?

-No, simplemente estoy harto de cierto gusano que me gustaría aplastar.-dijo antes de abrir la puerta de su estudio para meterse dentro.

Yo fui detrás de él, quedándome apoyado en la pared moviendo el palito de plástico dentro del vaso. Lamí el palillo observándolo como iba de aquí para allá buscando su libreta hasta encontrarla, luego refunfuñó algo bajo y me encaró.

-¿Quién es el gusano?-dije con cierta curiosidad.

-¡Pierre! ¡Pierre!-explotó.-¡Pierre es muy educado! ¡Pierre es una joya! ¡Pierre ha conseguido grandes artistas para la galería! ¡Oh Pierre!-cayó de rodillas y golpeó el piso mientras yo reía bajo.-¡¿Qué es lo gracioso?!

-Nada.-respondí aunque me eché a reír a carcajada limpia.-Eres peor que Jun.

-¡Ese tipo es un gusano! ¡No le soporto!-exclamó.

-Te corrijo Hizaki.-dije apuntándolo con el palito.-No soportas que se acerque a quién tú y yo sabemos. Vamos por Dios Hizaki, no seas crío de teta.

-¿Sabes lo peor?-preguntó acercándose a mí.

-¿Qué es lo peor?-murmuré arqueando las cejas a modo de sorpresa.-¿La tiene más grande que tú?

-¡No! ¡Que Olivier parece encantado con él!-dijo alzando los brazos y yo simplemente reía y reía.-Ya te conté que le pegué, pensé que romperle el labio le dejaría claro cual era mi territorio.

-Sí, romperle el labio es algo muy sensato. Seguro que tu madre está completamente satisfecha de tu comportamiento, porque ha sido algo tan cívico y tan maduro.-dije encogiéndome de hombros para luego salir y él me siguió.

-¿Qué? ¿No me das la razón? ¡Papá que es mamá la que intenta ligarse como si fuera una quinceañera!-le tomé por uno de sus hombros para terminar de beber mi café.

-Tu madre tiene derecho a tener una vida. No puedo juzgarla porque te recuerdo que arruiné nuestro matrimonio y ahora estoy con un jovencito que tiene prácticamente la edad de tu hermana.-él se quedó en silencio y luego se marchó hacia su estudio cerrando la puerta de un portazo.

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt