Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

viernes, 16 de agosto de 2013

Entrevista con el tutor

Entrevista a Nash por parte de David Talbot
Hecha para el Jardín Salvaje
Esto es soporte. 


La cámara enfocaba el rostro de quien fue el profesor y buen amigo de Tarquin Blackwood. Sus ojos parecían algo cansados, tenía algunas arrugas que le daban una expresión de calma y su sonrisa era suave como en apariencia eran sus cabellos teñidos por las canas. Un hombre bien afeitado, con un traje algo caro hecho a medida de color negro con una camisa blanca de algodón, sin corbata ni gemelos. Sencillo, elegante y sobrio.

Se hallaba sentado en el salón principal de la vivienda que a veces le acogía, como acogía a otros, y que pertenecía a Lestat de Lioncourt. El sillón donde estaba sentado era uno de los favoritos del vampiro más caprichoso y aventurero de todos los tiempos. Sus ojos se paseaban lánguidamente por el decorado que tan bien conocía, pero sin personas alrededor ni bullicio podía apreciarse mejor. Sonreía para sí al ver algunos libros fuera de la biblioteca y estaba tentado a sostenerlos entre sus manos, pegarlos a su pecho como si fuera un colegial y regresarlos a sus estanterías.

David Talbot estaba a su lado con una sonrisa amable y una mirada en la que podía intuirse cierta curiosidad. Nash Penfield era un hombre sabio, entrado en años, que conocía ciertos misterios de la vida. Él recordaba aquellos años como si los estuviera viviendo hoy mismo. Nash tenía aproximadamente la edad que él tenía cuando su cuerpo fue usurpado y utilizado como cebo para Lestat y su innegable poder.

-Es un placer para nosotros tener a Nash Penfield, un hombre con una vida desconocida por todos, y que suele ayudarnos a conocer nuevos autores, sensaciones y momentos en los cuales nos hace pensar más allá de lo superficial-comentó provocando en su interlocutor cierta sorpresa.

Para Nash la entrevista aún no tenía que empezar y eso le sobresaltó, pues pensaba en la biblioteca donde solía encontrarse leyendo para otros y también para sí mismo. Encajar halagos no era su fuerte, pues no sabía como reaccionar a estos. Tía Queen siempre estaba halagando su trabajo, como trataba a Tarquin y los progresos que veía en él. Sin embargo, para Nash era fruto del cariño que ambos se tenían bien merecido.

-El placer es mío-respondió con una sonrisa suave en sus labios- Estaba deseando que reparara en mí para poder contar mi historia como todos han hecho.

-Lamento la demora-dijo David interviniendo con rapidez.

-Oh, no se preocupe. Yo sé esperar mi momento, porque creo que todo en esta vida tiene su momento y su lugar. Simplemente no voy a dejar pasar una oportunidad como esta, porque usted es alguien a quien he estado observando y sé la verdad que hay tras sus espaldas. Usted me parece sincero y espero que yo lo sea para todos aquellos que quieran escuchar este mensaje- la cámara se había movido y tomaba un buen plano de ambos.

Sentados en sillones similares, con ropa similar y una expresión de calma en ambos que sería envidiada por muchos. David parecía joven, pero tenía la paciencia de un hombre adulto y lleno de experiencia. Nash sin duda había vivido más allá que tiempo tras sus libros.

-¿Por qué aceptó la oferta de trabajo de la adorable tía Queen?-preguntó agradecido por sus palabras, pero se guardaría estas hasta que la cámara fuese a negro.

-Por eso mismo, porque era adorable y encantadora. Me habló con tanta dulzura de Tarquin, aunque también mostraba preocupación pese a no querer indagar mucho en todo lo que le sucedía. Para ella él era como su nieto, su hijo y todo lo que en este mundo merecía la pena junto a sus camafeos- dijo inclinándose levemente mientras cruzaba sus piernas y dejaba sus manos en los brazos del sofá- Primero lo hice por ella, intenté renunciar por mis sentimientos y finalmente acepté.

-Sus sentimientos, esos que Tarquin nunca descubrió hasta que usted se lo ha revelado tiempo más tarde -recordó aquella carta que hizo pública Nash en esa misma sala, frente a cientos de personas, y quizás sacándose una espina de su corazón.

-Cualquiera que conozca a Tarquin se siente irremediablemente atraído por su belleza, sensibilidad y agradable charla. Vi a un joven con mucho potencial y un corazón lleno de inseguridades. Deseé atraparlo, contenerlo en mis brazos y hacer trizas mi mundo para que él fuese el eje de todo-hizo un inciso con los ojos vidriosos intentando no llorar, pues sus lágrimas ya estaban demasiado vistas y derramadas- Pero, aunque no fui correspondido, lo hice el eje de mi vida, pues siempre quedé a su servicio.

-¿Ha dado su corazón a otra persona después de ésto?-sabía la respuesta, pero quería estar seguro. Aquel hombre aún parecía desmoronarse al hablar del amor que había sentido.

-No, soy demasiado viejo para volver a enamorarme como un chiquillo. Ya no es tiempo para el amor, sino para los recuerdos. Tengo buenos recuerdos de mis amantes, aquellos hombres que me dieron la oportunidad de aprender de ellos y de amarlos con cierta fuerza. Sin embargo, en la vida es necesario esperar para encontrar la persona más valiosa a la cual obsequiarle tu corazón. Tal vez esa persona no es la correcta para muchos porque no te ame, pero para mí lo es porque yo he logrado romper la barrera fría que me había impuesto- sonrió al decir lo último como si se hubiese quitado un peso de encima.

Talbot lo observaba como quien observa un retrato que cobra vida. Tenía ante él un hombre lleno de recuerdos, una vida plena y que había sido frágil en otro momento. Nash había sido transformado en vampiro en el jardín de la mansión, por Petronia, porque casi estuvo a punto de morir a manos de Tarquin en aquel invierno que ahora parecía lejano debido a los grillos, las luciérnagas y toda la vida que zumbaba cerca de la maleza y los rosales. Los dondiegos se agitaban suavemente con la brisa y esta se metía por las ventanas golpeando a ambos.

-Eso es un no-respondió sacando a Nash una leve carcajada- Pero algún amor debe existir en su vida, ¿no es su amor la profesión que posee?-interrogó.

-Ah, sí enseñar. Enseñar para mí es fundamental. Nosotros los profesores tenemos la oportunidad de ayudar a crecer las grandes almas que dominarán el futuro de nuestros países. Sin embargo, algunos creen que hacer un cerebro cuadrado, dispuesto a decir las lecciones como si fuese una grabadora, es lo mejor que puede ocurrirle al sistema educativo. Sin embargo, para mí es una auténtica aberración -frunció su ceño y se acomodó desabrochando su chaqueta para sentirse más libre- Mire, usted seguramente ha enseñado a muchos a realizar correctamente su trabajo ¿no es así?-David tan sólo asintió- Pero supongo que a la vez ha deseado que hicieran algo más, algo que usted no esperara, y que fuera para mejorar el resultado- volvió a dejar que su cabeza asintiera suavemente- Mire, lo importante en este mundo es la creatividad, el saber hacer algo más que lo aprendido y eso no se gana diciéndole a un niño, adolescente o joven que las cosas son así y nada más. Hay que darle libertad para experimentar y aprender. Por eso odio calificar y detesto poner exámenes.

-Cree en otro sistema educativo- afirmó David sin asombrarse demasiado debido a todo lo que conocía de Nash. El señor Penfield era un hombre franco y abierto con dotes de líder que quería crear a otros líderes con sensibilidad, pasión y esfuerzo.

-Un sistema educativo que sería más eficiente pero que ningún político quiere tener. ¿De qué sirve tener una sociedad que no puede manejarse como si fueran borregos siempre con miedo al lobo? Sin saber que el lobo es el gobernante, por supuesto-era una verdad que todos tenían en mente, pero nadie hacía nada. Sin embargo, Nash aplicaba su propio método y eso se notaba en Tarquin.

-¿Qué recuerdos tiene del viaje con Tía Queen, Tommy y Quinn?-preguntó recordando que enseñó los lugares más hermosos, sus historias y el desarrollo cultural.

-Excelentes. Recuerdo noches muy agradables, casi palaciegas, en los restaurantes más encantadores. Los camafeos de Tía Queen parecían deslumbrar a todos, siendo el mejor complemento para sus vestidos y sus tacones. Ah, recuerdo que Tarquin a veces parecía agobiado por la temible situación de Mona Mayfair.

Mona Mayfair era para David algo más que un nombre. La forma en la cual la recordaba Nash, con cierta envidia y tristeza, era porque el mismo día que él se enamoró de Tarquin él se enamoró de Mona. Sin embargo, todos caían seducidos por aquella muchacha de cabellos de fuego y mirada tan verde como los campos de Irlanda.

-¿Qué puede decirnos de Petronia, Mona Mayfair y todos los que se vieron involucrados en la truculenta historia que después se narraría a todos los mortales?-interrogó mirándolo a los ojos. La cámara hizo zoom en el rostro de David y después tomó un plano similar con Nash.

-Petronia es una mujer fuerte en apariencia, con un humor ácido y demasiada violencia. Sin embargo, tras el caparazón hay dolor y un corazón sensible. Se siente sujeta por los consejos de Arion, pero también por su arte. Puedo decir que admiro a Petronia en su dedicación y su forma de ver el mundo, aunque no estoy de acuerdo en la violencia que ejerce-explicó con sinceridad- Mona Mayfair es una Mayfair y como Mayfair hace cosas que no me parecen correctas. Ella ahora es inmortal y tiene la salud que no pudo disfrutar. En mi opinión hay algo bueno dentro de lo malo y ella tuvo una vida desgraciada, así que espero que esta oportunidad sea para ella algo más que un simple milagro- también había sido sincero, pero pasó por encima de su aversión hacia ella- Tommy es un chico encantador y el hijo de Quinn también lo es. Jerome tiene un futuro prometedor. Creo que hay un buen futuro para los Blackwood y para aquellos que están a su alrededor.

-¿Y para usted?-preguntó apresuradamente.

-Para mí hay aventuras que no puedo contar porque aún no las he vivido- respondió con una sonrisa triste pero tan franca que era aterradoramente arrolladora.

-¿Qué relación tiene ahora con Tarquin?-susurró esperando no meter el dedo en la yaga, pues hasta el momento había demostrado Nash ser un hombre muy amable.

-Sigo amándolo y esperando que todo en su vida sea bueno. No quiero verle sufrir, ni sentirse agobiado sin que pueda tenderle mis brazos. Él es un joven aún en un mundo demasiado adulto. Sé que puede parecer ilógico debido a su condición, o tal vez no, pero aún es un niño inocente en una selva llena de fieras deseando destrozarle. Para mí siempre será el joven que conocí.

-Es mi última pregunta-dijo levantándose para estirar su mano hacia él- ¿Puedo pedirle que cuente conmigo cuando algo fascinante ocurra en su vida?


-¡Por supuesto!-se incorporó estrechando su mano y finalmente abrazándolo para darle un par de palmadas.  

La cámara quedó en negro mientras una sonora carcajada sonaba de fondo, era la voz de David Talbot completamente feliz tras una entrevista cómoda como no había hecho desde hacía meses. La última, con Gabrielle de Lioncourt, fue demasiado tormentosa y peligrosa. 

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt