Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 23 de febrero de 2014

Apasionada Eva

Bonjour mes amis

Armand ha decidido explicar la pasión que desata Sybelle. 


Lestat de Lioncourt



Sus cabellos cayendo en cascada de hilos de sol, rozando su espalda desnuda mientras se inclina hacia el piano. Tiene unas manos de nieve que se entierra en el marfil del piano, el cual transporta sus notas por el salón donde a veces huye nada más sentir la noche en todo su esplendor. En más de una ocasión me he descubierto observándola como un niño y codiciándola como un hombre.

Sybelle siempre ha provocado unos deseos en mí que jamás habría sospechado. Una mujer hermosa y apasionada, llena de emociones que provocan que estalle igual que en un remolino y caiga precipitadamente sobre las notas de la Appassionata.

Me siento un criminal cuando la abrazo estrechándola contra mi cuerpo, hundiéndome en ella y su perfume, naufragando en sus caricias y olvidando por completo que el mundo sigue girando a nuestro alrededor. Todo se detiene salvo ella. Ella sigue danzando a mi alrededor como una ninfa pura y complaciente. Sus labios se abren para ofrecerlos como si fueran las manzanas del Edén y yo la serpiente, la misma que se enrosca en ella siseando el pecado.

He desnudado su cuerpo para besar su alma en cada trozo de su piel. La seda de sus senos se ha convertido en mi tela favorita, y mi único abrigo, porque calienta mi cuerpo y hace arder mis mejillas. Sus elegantes pasos han cautivado a cientos y han hecho caer del pedestal a los propios santos. No importa que camine como Eva por la mansión de mármol y madera noble. Quiero que baile si lo desea, alce sus brazos al techo de magníficas molduras y permita que sus cabellos se muevan perfumando el aire con el aroma a frutas que ella transporta.

Cuando descansa entre las agradables y cálidas colchas blancas, como si fuera la espuma del mar y ella una sirena recostada a punto de morir entre mis manos, aparto los mechones que caen sobre sus senos y me descubro quitando los botones de su enorme camisa, la misma que ella ha tomado de mi armario para ocultar su desnudez.

“Tómalos entre tus labios si eso deseas” he escuchado de su boca deliciosamente sensual. Mi boca no ha tardado en posarse en sus pezones y succionar como si fuera un lactante. Mis manos han recorrido sus blancos muslos alzando sus faldas, apartando su ropa interior y hundiendo mis dedos en su cálida humedad. Los suspiros y gemidos que se escapan trémulos y sensuales me alientan jugar como un niño travieso.

En alguna ocasión la he tomado sobre el piano, levantándola de su asiento y alzando el corto vestido que yo mismo le he impuesto, bajando su diminuta ropa interior y penetrando en sus labios inferiores sofocando el fuego que recorre todo mi cuerpo. Su delicada figura siempre se retuerce, como si fuera un animal sin domesticar, para finalmente gritar mi nombre presionando las últimas notas de la partitura.

He derramado en sus labios mi salvaje pasión y le he dado un sabor almizcleño y salado a cada una de sus palabras. Sus ojos claros se vuelven pozos oscuros mientras reza a este demonio con cara de ángel, cuerpo de adolescente y imperiosas necesidades de guerrero a punto de partir a su última guerra.


“Te amo” puedo oír cada noche mientras la abandono para que su gran pasión inunde mi vivienda. Cada pared de mi mansión está impregnada de su aroma, las notas de su piano y los gemidos que ambos nos hemos ofrecido. Su cuerpo desnudo busca el mío y sus dedos el éxtasis de Beethoven.  

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt