Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 23 de febrero de 2014

Feliz cumpleaños David

En muchas ocasiones me he preguntado que hacía él ayudándome a mí. Es decir, comprendo su fascinación por el misterio, las criaturas sobrenaturales y la verdad... pero ¿hasta ese punto? Tengo que hacer mención a su inteligencia comparada con la mía, pues aunque a veces sospecho que es demasiado inocente es sin duda mucho más locuaz que yo mismo. Podré haber visto los infiernos con mis propios ojos y miles de cosas que no puedo describir. No, no puedo. No estoy capacitado para abrir el baúl de los horrores y lanzarlo como si nada. ¿Qué clase de persona sería? Aunque ¿puede catalogarse a un vampiro de persona? ¡No lo creo! Aunque yo sí me considero uno de ustedes. Confíen en mí como si fuese un amigo, por favor.

En fin... en estas memorias, o mejor dicho cadena de pensamientos, quiero penetrar y ahondar lo máximo que pueda en mis recuerdos. Sí, siempre lo hago pero quiero detenerme como nunca. Jamás he reparado demasiado en describir a la perfección mis sentimientos hacia David Talbot. Como he dicho no sé como puede ser mi amigo, seguirme a todas partes y aceptar los riesgos. Es como un detective con el olfato muy fino ¿y no son eso los viejos componentes de la orgullosa Talamasca? ¡Claro que lo son! La Orden de la Talamasca no es ni más ni menos que detectives paranormales. Pero ¿y él? Él no se puede catalogar en un simple detective. Él no era un peón más del tablero. ¡Él era el rey de un enjambre de seres místicos hechos con nervios de acero y mucha suspicacia!

Descubrí la orden gracias a Marius. Si ese maldito cabrón no habría dado con ellos. Aunque si me escuchara hablar así de él... seguro que haría arder todos mis libros jurándome venganza. ¿Puedo tomar en serio sus palabras de ir contra mí? Siempre lanza gritos al aire, aspavientos con sus manos y mueve su túnica roja como si fuera una bandera de guerra. Siempre. No se equivoquen si no lo hiciera temería realmente un ataque suyo. Marius no puede hacerme daño ¿saben por qué? Porque me quiere. No me ama como a sus criaturas, pero sé que me quiere. Tal vez no como un padre a un hijo... sin embargo veo en él un amor incondicional.

¿Por dónde iba? ¡Ah! ¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! David... El señor Talbot se encontraba tras su despacho, somnoliento y algo fatigado. Recuerdo sus manos blancas y arrugadas, sus dedos algo toscos, su mirada gentil y sus labios envueltos en una sonrisa franca que se evaporó y llegó al horror. Mon dieu! Fue impresionante como cambió su rostro cuando me vio. Fue como si se hubiese puesto una careta. Creo que hasta palideció.

No obstante él me abrió las puertas de la orden, me contó secretos, se hizo amigo mío y me ayudó. Él escribía sobre mí y eso me fascinaba. ¡Alguien escribía todas las locuras que decía o hacía! ¡Era como tener un fan incondicional! Aunque jamás le firmé un autógrafo, pero sí le llevé a la locura. Sí, le hice entrar en caos. ¿Cuántas veces le dije que podía tentarlo con el Don Oscuro? ¡Ni lo recuerdo! Creo que cada día elegía mi mejor chaqueta, me acomodaba el pelo y me preguntaba ¿debería ir a darle una visita? ¡Un pequeño susto! ¡Toc, Toc! ¡Lestat está en casa!

¡Ja! Creyó que no podría salirme con la mía y en una de esas, en la mayor aventura que hemos vivido juntos, le robaron el cuerpo por mi culpa y yo, seducido por su hermosa apariencia y su alma tan pura y gentil, lo transformé contra su voluntad. ¡Y el muy idiota en vez de golpearme y reprocharme durante horas lo que había hecho me premió! ¡Me llevó a Brasil! En realidad me llevó a mí y a Louis. ¡Oh! Oh, mon Dieu! ¿Os lo he dicho alguna vez? Creo que no... ¡Verlo bailar samba fue fascinante! Aquel viejo brujo se movía como un jovencito y las mujeres lo adulaban.

Ustedes lo ven ahí serio tras su escritorio, narrando verdades innegables, con la vista fija en sus rostro juveniles y con una sonrisa algo ¿encantadora? No, no... encantadora no es la palabra... ¡Seductora! Sí, te seduce. Seduce con su tono aterciopelado, su acento inglés y sus modales. Una educación primorosa que dependió bien del alto nivel adquisitivo de su familia y de la propia Orden.

Así que yo sigo preguntándome ¿qué vio él en mí? ¿Qué pudo ver? ¿Tal vez el descaro? ¡No lo sé! Juro que no lo sé... y temo hacerle esa pregunta. Temo que me diga que mi estupidez lo fascina o que le encanta ver como me meto en líos. Él me ha salvado el cuello y yo he salvado su honor cuando Merrick. Aún recuerdo como lloraba cuando ella se fue.

¿Alguna vez han visto a un hombre con el corazón completamente destrozado? Se acercó a mí caminando elegante, con su sombrero bien colocado y una sonrisa amarga en sus labios. Tenía los ojos a punto de quebrarse en un llanto insoportable. Juro que hubiese dado cualquier cosa por no decirle que ella había muerto. Él lo sospechaba y yo no pude ocultarlo por mucho tiempo.

“Merrick... Merrick... ¡Merrick! ¡Merrick! ¡Di que no te fuiste! ¡Al menos regresa a mí como espíritu! ¡Merrick! ¡No me puedes hacer esto! ¡No!”


Un hombre que había convivido con fantasmas y que el fantasma que más le pesaba serían sus sentimientos, pero no ella. Aquella mujer que amó, la única hasta ese momento, se había desvanecido de su vida para siempre. Y si soy sincero, porque debo serlo, creo que eso cambió en él y provocó que se transformase en alguien más temerario y a la vez en un hombre lleno de culpas. Aún así él está ahí para mí, para todos ustedes y para el misterio. ¡Ah! Mon ami! Je t'adore! Esperamos que tengas un gran cumpleaños. 




Lestat de Lioncourt

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Lestat de Lioncourt