Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 2 de marzo de 2014

El recuerdo de aquella noche.

El recuerdo de aquella noche es un texto que ha realizado Armand. Armand ha decidido subir este fragmento de historia en homenaje a Daniel. 


Lestat de Lioncourt



Recuerdo la primera vez que te observé. Tenías una imagen deplorable, pero tan sexual que no me importó. Tus gafas de pasta negra estaban al borde de la punta de tu nariz, el cigarrillo se consumía en tus labios y el vaso de whisky estaba a medio beber. Te encontrabas encorvado sobre la barra del bar, con los codos apoyados y la mirada perdida en el zippo con el que jugabas. Llevabas una camisa blanca y arrugada, remangada hasta los codos y con los primeros botones abiertos, junto con un chaleco negro que se ceñía a tu figura y unos zapatos viejos. Los jeans que tenías enfundados eran algo ajustados, deslavados y tenían el dobladillo sucio. El pelo revuelto y a la vez peinado a lo James Dean.

Es como si ahora entrara de nuevo en ese bar y caminara hacia ti. Ni siquiera te reparaste en mi presencia, salvo cuando ella te entregó aquella copa de mi parte. Me miraste sin verme, pues estabas agotado y parecías que cualquier palabra fuese a derrumbarte. Habías tenido cientos de pesadillas sobre lo ocurrido... pero el libro se vendía desapareciendo rápidamente de las estanterías y ganabas mucho dinero. Tenías la juventud, el dinero y el respeto suficiente para ser feliz. Sin embargo tú no eras feliz. Jamás fuiste feliz.


En estos momentos estoy a tu lado, acariciando el vello de tu nuca y perdiéndome en tu silueta. Ni siquiera aprecias mis caricias que alguna vez, por extraño que suene, fueron agradables para ti. Aunque ni siquiera sé si llegaste a quererme o sólo me necesitabas. ¿Era una necesidad mutua para afrontar la soledad? No lo sé. No sé siquiera porque estoy aquí, pero por alguna extraña razón hoy quería estar a tu lado.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt