Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

miércoles, 3 de junio de 2015

Para Rowan

Admiro el amor puro y sincero que tiene Michael Curry hacia Rowan Mayfair. Ella fue muy importante en mi vida. Aún lo es. Sin embargo, él la cuida mejor que yo.

Lestat de Lioncourt


Escasean en mi memoria los recuerdos dulces que tengo de mi madre. Es como si las viejas fotografías se hubiesen evaporado y las sonrisas, en ocasiones amargas, fuesen tan sólo lágrimas. La bebida enterró las pocas esperanzas de mi madre hasta ahogarla. Cuando mi padre murió ella terminó de tener valor para caminar derecha. La perdí como quien pierde parte de su alma tras caminar por un desierto similar al infierno.

Tía Vivian es mi madre. Ella fue quien me tomó de la mano en los malos momentos y me estrechó contra su pequeño cuerpo. Era mil veces más fuerte que mi madre y decidió sentirse orgullosa por cada paso que di en mi vida. Mi padre fue un hombre honorable, alguien que dio su vida por salvar a otros, como todo buen bombero. Mi madre, alcohólica y desequilibrada, se precipitó por caminos de escasa fe y terribles recuerdos. Cuando era un adolescente decidí estudiar arquitectura pues estaba obsesionado con rescatar las joyas más hermosas que posee una ciudad: sus viejas mansiones. Quería ser un héroe, trabajar con mis propias manos, y a la vez usar los diversos conocimientos que iba adquiriendo con el paso de los años. Deseaba que ellos, estuviesen donde estuviesen sus almas, pudiesen sentirse recompensados de una vida dura en aquel humilde barrio irlandés. También, por supuesto, quería que ella, tía Viv, no tuviese jamás que llorar por mis fracasos.

Recuerdo aquel viaje en el cual decidí acabar con mi vida, como si fuese algo fácil de elegir. Pensé en los viejos recuerdos que aún atrapaba con firmeza, igual que el volante de mi vehículo, antes de armarme de valor para cometer una locura. Sin embargo, el despertar no fue con Dios o el Diablo. Mi despertar fue al lado de una mujer hermosa que me había traído de entre los muertos, acariciando mi húmedo rostro y rozando sus labios con los míos. Ella era Rowan. Se convirtió en mi ángel, en la sirena de un mar revuelto, y durante semanas quise estar en contacto con ella. Necesitaba conocer a la persona que me rescató. Quería ver esos ojos grises que me habían devuelto a la vida con una nueva misión y acto de fe.


Rowan es mi mujer. Decidí cuidarla y respetarla. Mi mayor deseo es protegerla hasta el último día de mi vida. Del mismo modo que quiero sentir su protección hasta que mi corazón deje de funcionar, al igual que dejan de funcionar los viejos relojes si no se les da cuerda. Mis manos ásperas, acostumbradas al trabajo más rudo y terrible, la sostienen con cuidado. Ella es fuerte y sabe mantenerse sola, pero aún así deseo con toda mi alma ofrecerle mi apoyo y amor.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt