Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

miércoles, 1 de julio de 2015

I'm strange

Khayman sentía que todo esto iba a suceder mucho antes que eclosionara... ¡Debió decirlo!

Lestat de Lioncourt


El ritmo acelerado de las ciudades era vertiginoso para mí. Aún a día de hoy siento que avanzamos demasiado rápido. Nos hemos convertido en grandes panales de hormigón donde yacemos como si estuviésemos en gigantescos cementerios, inaccesibles para muchos y cárceles para otros. Las luces de neón iluminan cada calle eliminando las estrellas del firmamento y obligando a muchos a descender la vista, centrándose entonces en el consumismo perverso y los pasos decadentes de otros como ellos. Somos almas atrapadas y patrocinadas por marcas de ropa, comida y bebida. Pasamos la vida buscando tener algo y sólo tenemos miseria. Nos angustiamos por el dinero que tenemos en nuestros bolsillos y suplicamos por ser esclavos de lo material. Eso somos. No sólo los mortales, también los inmortales. Hemos llegado al cuánto tienes es igual al cuánto vales.

Recuerdo con cierta nostalgia mi juventud. El desierto ocupaba todo a mi alrededor. Podía sentir las arenas cálidas bajo el suelo de mi calzado simple y mi túnica, ocasionalmente blanca, se pegaba a mi piel por el sudor. Aprendí muchas cosas de mi padre, pero también de cada hombre de nuestro pueblo. No importaba si eran ciudadanos libres o esclavos, pues todos contribuyeron a ofrecerme lo mejor de ellos. La paciencia, la bondad, la virtud de amar y honrar a nuestros muertos, la forma agradable de saborear la vida y el orgullo de pertenecer a unos orígenes. Todo eso fue inyectándose en mis venas, provocando que recorriera cada músculo de mi ser y se aferrara a mi alma.

Hoy no queda demasiado en Egipto de mis pasos, de los gloriosos inicios que todos admiramos, y sólo guarda una historia llena de dioses que una vez fueron hombres. Ni siquiera sus tesoros están en sus pirámides. Todo ha sido desmantelado y llevado a museos británicos, alemanes, españoles o de cualquier zona de éste mundo. Kemet ha sido desmembrado y enviado por correo a los confines del mundo.


Hace tan sólo unos meses que ese joven decidió interponerse entre el presente y el pasado, cruzando ambos caminos, para provocar una masacre. Desde entonces siento que algo ha despertado, como un maleficio, pero temo ser demasiado sincero. Sólo son sospechas. No hay nada que pueda decir a ciencia cierta. Me gustaría ver a la cara a mis viejos enemigos y a los aliados de otro tiempo. Quiero conversar con ellos, abrazarlos y amarlos, pero a la vez temo que en ese momento ese misterio, ese zumbido misterioso, se convierta en un enjambre monstruoso que nos engulla a todos. El miedo es superior a mí, pues la paz parece haberse restablecido y yo siempre la he ambicionado.  

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt