Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

lunes, 13 de marzo de 2017

Arte

Yo la verdad es que en parte le doy la razón...

Lestat de Lioncourt 

Ya no existen las grandes proezas. La mayoría de supuestos artistas son capaces de hacer una mancha en un lienzo y proclamar que es su venganza contra la sociedad injusta, clasista y vacía de moral. Si bien, venden estos cuadros por el precio de un Dalí. Se quejan que muchos no ven su sufrimiento, pero ¿qué sufrimiento van a tener si ni siquiera son capaces de despegar sus rostros de la pantalla del ordenador? La sociedad de hoy en día vive en la cuerda floja y no se sonroja en admitir que las penas de otros son inocuas.

La estupidez supina de algunos llega hasta creencias baratas e injustas. Hay quienes creen que los pobres lo son porque no persiguen metas, que los niños de la guerra toman un rifle porque así lo han decidido ellos, que el musulmán siempre es violento, y que una virgen, si la saca en procesión, lloverá así como que la homosexualidad es moda. Contemplo este mundo que fue cuna de grandes conquistadores, de reyes injustos pero eficaces, y de batallas donde la sangre de hermanos fueron derramadas por un pedazo de pan y siento lástima. Cometen los mismos errores, aislan, embrutecen su discurso de miedo injustificado y aplauden el diálogo que parece más apropiado a sus necesidades. Ya ni piensan por sí mismos.

Hace tiempo que la sociedad dejó de tener respeto hacia otros, pues no se respeta siquiera hacia sí misma. Estoy en un mar de escándalos y mentiras. Todo es demasiado mediocre. Y el arte, mi adorado arte, se ve ahí hundiéndose en brea absorbiendo la oscuridad de almas que sólo crean por dinero, fama y prestigio.

Muchos han olvidado que los verdaderos artistas murieron de hambre, locura o injustos castigos. Hay miles que tuvieron que ser enterrados fuera de cementerios porque hablaban de poderes demoníacos o que no poseían alma, así como muchos actores de otras épocas cercanas a la época medieval. Han desterrado de su léxico la revolución para hacer vibrar almas, pues lo único que desean es que vibre el teléfono móvil por los “like” y “compartidos” en redes sociales. Así viven, así los crean, y así son. Mediocres.

Hace tiempo leí que un imbécil dejó un vaso de agua sobre una estantería y dijo que era arte. ¿Eso es arte? Miguel Ángel se retorcía en su tumba al escuchar semejante insensatez. Hay quienes toman un televisor y lo destrozan a martillazos, echan un cubo de pintura por encima y la llaman “Ira hacia la sociedad” y también es arte. ¿Cuál arte? Recuerdo vivamente como algunos pasaban años frente a un lienzo, cosa que hacen todavía artistas relevantes y apegados a la belleza de un realismo extremo, para así plasmar cada pedazo de sus almas o las almas de quienes han posado para ellos aunque fuese en sueños. Sigo manteniendo la esperanza en el disparo de una fotografía en mitad de una guerra, entre la naturaleza muerta o los altos edificios donde la mayoría dejan que su tiempo muera malgastado.


Algunos dirán que quién soy yo para juzgarlos. Es cierto, ¿quién soy yo? Sólo soy un demonio que pintaba ángeles, un ser que todavía coloca a su musa en los cuerpos de las Venus que va pintando en murales extraordinarios o el vándalo que en Brasil pintaba hermosas flores silvestres en casas abandonadas. Sigo siendo yo, Marius Romanus, adicto al arte y ajeno a las modas pueriles. Yo, el amante del pincel.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt