Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

viernes, 6 de julio de 2007

Deseos Complicados


man_2_by_heise (sí, son dos chicos )


Sentimientos reales.










































Cuando clareó el día desperté y decidí tomar una ducha para ir a mi encuentro cotidiano. Allí, en aquella esquina, me senté contemplando como pasaba la vida y el tiempo sin que él apareciera. Eran casi las tres de la tarde, no había comido nada y sabía que mi madre se estaría preocupando, pero proseguí allí hasta que llegó. Parecía cansado, agobiado o asfixiado de calor, fuera lo que fuera su rostro mostraba un color claro y fatigado. Entró en la oficina para salir minutos más tarde cargado con un portafolios y su habitual maletín, decidí seguirlo. Era la hora del almuerzo, pensé que seguramente iría a su casa. Caminé durante un par de minutos hasta llegar a uno de los barrios más antiguos, aquellos que no parecían cambiar a lo largo de los años. Un lugar rodeado de bodegas antiguas reformadas para museos, jardines y flores engalanando todo, junto a una fuente central de una espectacularidad pasmosa. Hurgó en sus bolsillos ante un patio típico andaluz, tenía verjas forjadas de hierro y espectaculares vistas a una pequeña fuente que refrescaba todo; era su hogar, la casa donde descansaba y vivía apartado de sus obligaciones. Apunté la dirección para correr como alma que llevaba el diablo hasta mi apartamento. Al llegar mi madre estaba histérica, no me había llevado el móvil y no había dicho donde iba, afortunadamente se le pasó y pude comer tranquilo.

Durante horas me pregunté que hacer, no deseaba que pensara que era un demente o alguien que lo extorsionara. Me fui a la ducha empapado en sudor, el calor me asfixiaba, y bajo aquella cascada recordé la estrategia más clásica; las cartas de amor jamás habían sido desterradas del mundo, seguían proliferando y eran una puerta abierta al alma. Empapado busqué la toalla para quedarme ante el espejo, allí yacía mi imagen con la mirada perdida en la profundidad de mi mirada. Solía perderme en mi reflejo y conversar sin decir una sola palabra, hurgaba en el pasado o preguntaba al espejo sobre mi destino. Realmente me ayudaba, subía mi autoestima y me hacía sentirme firme ante mis indecisiones. No recuerdo cuanto tiempo permanecí mirándome como si el mundo se hubiera congelado, solo que tras ello me vestí y me senté en el escritorio para comenzar a redactar una carta.

“No sé tu nombre, tan sólo tu rostro y la forma tan inusual que tienes de mirar. Siento en mi interior como algo revuelve mis sentidos, como hurga hasta conseguir sacar pedazos de felicidad que creí olvidados. Me haces sentir que puedo vivir, que lograré todo aquello que esté a mi alcance y un deseo recorre mi cuerpo a modo de susurro. Quiero que sepas que estoy claramente enamorada de ti, que el mundo es más liviano sabiendo que existes. No pretendo que me correspondas, tan sólo que lo sepas y poder desahogar mi pobre alma. Necesitaba liberarme, dejar que los grilletes cayeran al suelo y se desquebrajaran, por ello me he atrevido a escribirte estas estúpidas líneas. Sé que seguramente estas prometido, casado o tienes pareja si bien tenía esta necesidad. Lamento el daño que pueda causar, sé que ni siquiera me conoces y no debí atreverme. Te deseo lo mejor en este mundo y en la otra vida.”

Decidí escribir en femenino aquellas frases, simples y estúpidas, porque no podía alterar mi espionaje. Tenía llevar todo al máximo secreto, ocultar todo. Él se había fijado en mí, alguien común y corriente, porque le parecería sospechoso que todos los días estuviera apoyado en la pared contigua a su trabajo. Era un lugar de paseo, solía ser transitado y pensé desde un principio que pasaría desapercibido. Sin duda era alguien que se fijaba en los detalles, que tenía un gusto impecable y que para nada acabaría haciendo caso a un idiota como yo. Cuando acabé tomé un café con algunas galletas y me fui a pasear, la carta en mi bolsillo mientras dudaba de dejara o no en el buzón. Cuando me encontré ante el portal pensé como hacerlo; terminé por dejarla tras pulsar compulsivamente el timbre, salí corriendo perdiéndome entre las callejuelas cercanas. Mi corazón bombeaba sin cesar sangre a mis venas, sentía los latidos en mi sien aplastando mi cerebro y mi aliento estaba entrecortado. Caminé algunos metros hasta la calle principal, en el cual hay numerosos bancos bajo la sombra de naranjos y farolas de hierro engalanadas con claveles, mientras temblaba. Reorganicé mis sentimientos e intenté que todo me importara lo más mínimo; antes de que todo ocurriera era un ser radicalmente distinto, no me interesaba si el mundo se hundía o si no lograba mis objetivos. Uno no siempre cambia para bien, y yo había pasado de ser hielo a ser el mismísimo infierno. Descansé unos minutos hasta que decidí volver a casa, allí permanecí acostado hasta que llegó la noche.

Las palabras parecían no salir, me costaba emprender un nuevo relato y todo en mi mente era un caos. Medité lo que había hecho, para darme cuenta de que fue un error y que jamás debí decir nada aunque quedara en el anonimato. Cuando pude lograr centrarme en mi tarea eran las dos de la mañana, el teclado se adhirió a mis yemas y comencé una historia centrada en la antigua Atenas.

Dioses, mitos, historias reales, recopilación de imágenes de esculturas clásicas, poesía, filosofía, expresiones y modo de supervivencia pues todo era esencial en mi acrópolis. Había empezado mi historia en la mayor potencia filosófica de Grecia, en su antigüedad, dejando a la vista el comercio con pensadores de la época que recorrían sus calles en busca del significado de todo lo aprendido. La felicidad era uno de los paradigmas clásicos mientras los dioses hacían orgías en el Olimpo. Todo parecía en paz, las gentes aceptaban cualquier tipo de arte amatoria y los soldados luchaban por la seguridad de todos. Los esclavos, estos caminaban entre la muchedumbre, tenían trabajos en el campo como en casas adineradas como profesores si eran importantes. Aún no había derrotas, era un edén.

Cuando creí que había alejado mis preocupaciones vino su mirada junto con su tono de voz. Deje a un lado el documento de texto, guardé lo que había compuesto y me alejé del ordenador. Comencé a llorar arrojado en la cama, me sentía impotente y estúpido. Quedé dormido entre lágrimas. Las sábanas se pegaban a mi piel, el sueño se convirtió en pesadilla donde él se burlaba de mis sentimientos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

uooo!! amor anónimo pero k divertido >_<

Que mas hará por el que cree su gran amourrr :O

Saluts man

Anónimo dijo...

Interesante! Por qué mierda no avisas antes, ahora tengo que leer dos publicaciónes. O si ya me has avisado y yo no he entrado, es culpa mia asi que omite lo anterior xD

El muchacho este que vive con su abuela y su madre no tendrá un tipo de obsesión? XD

En fin, continua!

saludos

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt