El día transcurrió como si no hubiese sucedido nada. Aquello me mortificaba, era como una pesada carga. Él parecía estar disipado en sus meditaciones y yo me dediqué al tiro con arco. No lograba tener ni un poco de puntería, tampoco demasiada fuerza para tensarlo correctamente, lo dejé por imposible y me tumbé en mi lecho. Pasaron las horas, llegó la noche y todo parecía sumergido en una calma insufrible.
Arsenio apareció en el marco de mi puerta, cerró esta y se acomodó en el colchón junto a mí. Me tomó de la cintura y acarició mis cabellos. Yo únicamente miraba hacia el balcón, las cortinas se mecían suavemente por la brisa y él recorría mi cuerpo por encima de la túnica. Pronto me vi desnudo y él también. No sabía como decirle que esos juegos, que evitarme después del placer, me hacían sentirme inseguro. Cuando creí que podría, que diría algo en contra de todo aquello, besó mis labios con un torrente de pasión dejándome sumergido otra vez en una calma temporal. En realidad no era una calma, sino más bien la inquietud de una duda.
-Antes que vayas más allá.-dije cuando noté sus labios en mi cuello, bajando lentamente desde mi nuez a mis hombros, e insinuándose en hacer un recorrido vertiginoso hasta mi vientre.-quiero saber algo.-le tomé del rostro con mis manos e hice que me mirara en medio de la penumbra.-¿Por qué me evitas? Después de lo que hicimos me trataste igual, como si no valiera la pena proseguir nada.-la única respuesta que tuve fue un beso profundo en mi boca, la recorrió con su lengua con maestría haciéndome caer sobre la almohada, hundiéndome en ella. Sus manos se enredaban en mis cabellos y las mías le tomaban de las caderas pidiendo que se recostara sobre mí.-¿Qué soy?-pregunté sin más mientras sus dedos recorrían mi rostro dándome un respiro.
-Mi alumno más aventajado.-susurró e hizo el amago de besarme, pero yo lo paré.
-¿Tan sólo eso?-dije algo apagado, esperaba una respuesta más cercana a lo que yo sentía.
-Soy un esclavo que ostenta mayor libertad que el resto, ¿qué es lo que deberías ser para mí?-preguntó en un tono suave como el susurro de un amante, lo que era para mí.
-Tu amante.-murmuré y él sonrió.
-Seré lo que tú desees, amo.-una de sus manos empezó a acariciar mi entrepierna, yo me estremecí un instante sobre el colchón.
-Quiero ser lo que tú desees.-dije al notar su lengua sobre mis pezones e ir al encuentro de sus dedos.
-Mi amante.-su voz resonó como un eco, un dulce eco, en mi cabeza y me dejé llevar hacia el éxtasis.
Comenzó el rito. Uno de sus dedos se hundió en mi entrada e inició unos pequeños giros sobre mi próstata. Mi aliento se contuvo un instante, un gemido se escapó de mis labios y mi cuerpo se tensó. Sin embargo, lo relajé pronto y noté un segundo, así hasta tres dedos. Me amoldaba, quería amoldar mi interior para lo que tenía que suceder. Su boca cabalgaba por mi piel, hacía que sintiera un río de lava estremecerme hasta convertirse en mi amo. Abrí bien mis piernas, en un gesto de que le necesitaba y buscaba. No podía hablar, aquel delirio me tenía callado y lo único que podía hacer era gemir. Entró en mí cuando me creyó preparado, no antes, y aquello me hizo dar un quejido. Aunque él no cesó, ya no podía cesar. Como cualquier semental arremetía contra mí. Mis manos fueron a sus torneados hombros, los arañaba, pegando su cuerpo varonil al mío, el cual aún estaba en formación. Mis cabellos se pegaban a mi frente y mi espalda a las sábanas. Sin embargo, mis piernas cada vez se alzaban más, él besaba mis tobillos y sonreía observándome. No sé cuanto tiempo estuvimos, únicamente que él me llenó de su lujuria y yo me desbordé entre ambos.
-Llevas mi sello.-murmuró besando mi cuello, para luego morderlo.-Eres mío
Hoy tras tantos siglos, tras la vida eterna y el sufrimiento de tantos hombres entre mis manos. Hoy, aún hoy, llevo su sello y en noches como estas recuerdo aquel día en la antigua Hispania, cerca del campo de vides de mi padre en esas tierras, cuando yo era un niño y me convertí en un hombre en los brazos de mi ayo.
Fin
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Si no comento vuestros blogger es que voy con prisas, últimamente no tengo tiempo para nada

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