Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 27 de julio de 2008

Redención




Últimamente creo haber recobrado la pasión de siglos pasados, de décadas que creí no volver a recrear en mi mente. Estoy loco, lo sé. He vuelto a ser el de antes, cargado de incomprensión para todos y pidiendo amor a cambio de nada. El mismo que cayó a sus pies el mismo día en que lo pude observar. Caminaba de un lado a otro, sin rumbo, y con la mirada perdida. Llevaba demasiadas botellas de alcohol bebidas, aunque también había vino en su camisa blanca. Se aferraba a los muros de las casas y reía a carcajadas mirando a la luna. Era valiente, valiente porque con el alcohol cualquiera se enfrenta a la muerte. Él era y será por siempre mi verdadero amor, Louis.

Un joven criollo de veinte años largos y de unos ojos que mostraban melancolía. Asomarse a ellos era ver un mar revuelto de olas gigantescas, lágrimas que caían por sus mejillas y se podía ver su lamento. Su cabeza, qué decir de su mente, estaba revuelta. Era como la habitación de un adolescente. Sus labios, esos carnosos labios, clamaban que los besaran y sedujeran en un oscuro callejón. Las ropas que llevaba eran las de un harapiento, aunque tenía tierras, pero al llevar días bebiendo de un lugar a otro estaba desaliñado. El hedor a vino barato bañaba su piel, al igual que el sudor. Parecía un gato acorralado, sí eso era. Ese cabello negro cayendo sobre sus hombros, esa mirada colérica con el mundo y consigo mismo. Un titán y a la vez un hombre arrepentido. Que extraña paradoja. Verlo así, de esa forma, me inspiraba deseos de arrebatarle la vida y darle otra.

Más de una vez lo vi con mujeres de muy baja escala social, putas y zorras, las cuales tomaba como su fuera su madre o el cura en pleno confesionario. Lloraba sus penas, confesaba sus secretos y estas se reían al ver como se dormía tras unos pocos besos. Le robaban la cartera o pedían a su chulo que ajustaran cuentas. Y ahí fue cuando aparecí. Un día cualquiera, en el muelle, caminando tras él y arrancándolo de brazos de una asesina y su cómplice. A esos dos desdichados los maté, a él lo llevé al borde de la muerte. Al día siguiente aparecí, como si nada. Y me personé ante él en su cama, en aquel lecho propio de un moribundo. Sudaba, pero ahora estaba consciente y parecía no recordar demasiado.

-Tengo una oferta que no puedes ni debes rechazar.-fue en realidad lo que dije, en resumidas cuentas le proponía un contrato sin que él viera la letra pequeña. Accedió y fue al fin mío.

Le dejé ver su último amanecer y después terminé con su existencia humana. Creé a un hijo, a un amante, y le arrastré conmigo a la decadencia. Me odiaba, no entendía porqué, pero sucedía lo mismo que con mi amado Nicolas. Después de darle lo poco que tenía para ofrecer comenzó a odiarme. Sin embargo, fue mío. Le hice mi esposo, lo llevé a mi lecho y lo seduje como si fuera la consumación de todo aquello. Había horas en las que parecía buscarme y en otras huir de mí. Era el demonio… ¡era malo!...¡peligroso! ¡indigno de su compañía! Eso es lo que era para él, pero él para mí era mi más bella creación. Era mi creación fruto de la pasión, el deseo, el impulso, la necesidad…en definitiva del amor.

Hemos estado lejos y a la vez cerca. Me ha machacado mil veces con sus preguntas filosóficas e incluso hice una hija para ambos. Me ha visto rogarle, también le devolví la vida cuando quiso partir lejos de esta. He hecho mil locuras, sobretodo para que me mirara como si fuera un dios, aunque terminaba siendo ese maldito bastardo. Le han mentido sobre mí y al ver mis ojos ha vuelto a creer, jamás me ha pedido perdón y no hace falta realmente…nunca hay que esperar un perdón de una persona amada, pues esta con gestos lo dice todo.

Ahora, en este nuevo mundo, lo vuelvo a tener cerca. Puedo volver a escuchar su voz y admirar su rostro. Sin embargo, parece que siempre que nos volvemos a ver empieza el cortejo. Huye, yo le sigo, él me niega, yo le idolatro, él se vuelve a gritarme y terminamos besándonos sin más. Únicamente espero que sea como las otras, no quiero verme sin su melancolía, esa que me ahoga y que intento apartar de él haciéndole enfurecer. No lo sabe, pero su rostro se llena de vida cuando comienzo con mis locuras…por ello siempre, jamás me cansaré de decirlo, haré que su pasión aparezca para seducirlo por completo.

Indudablemente…le amo. Yo Lestat de Lioncourt tendré mi destino marcado por Louis de Pointe du Lac…mi verdadero amor.

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt