Online Videos by Veoh.com
Se hallaba en las sombras más oscuras de un callejón, a media noche, esperando su presa. Sus ojos brillaban como los de un gato, tan verdes que el fulgor amedrentaban incluso a su propio reflejo en un vidrio cercano. Se había colocado un cigarrillo en los labios, el tabaco no le mataría. Expulsaba el humo como una chimenea, mientras se quedaba la huella impresa de la nicotina en sus dedos y en su aliento. Pronto un repique de tacones, una mujer que volvía a casa sola a eso de media noche. Los pliegues vaporosos de su falda roja hacían contraste con su chaqueta negra y sus cabellos dorados. Los bucles de su melena caían sobre sus ojos, sus pestañas eran largas y sus cejas finas, sus pupilas de un azul intenso y su tez clara e inmaculada.
Dio un paso al frente. Su gabardina gris rozaba el suelo y sus solapas su mentón bien perfilado. Sus labios eran gruesos, su piel aún más blanca que la de ella y las venas se marcaban por sus pómulos. Sus cabellos oscuros estaban recogidos en una coleta y bajo un sombrero. Era como si viéramos a un detective descrito en mil novelas, pero en realidad era un asesino. Emprendió un trayecto corto hacia la mujer y la contempló impidiéndole el paso.
-Buenas noches, ¿qué hace una mujer sola por la calle a estas horas?-preguntó con su voz varonil en un tono poco amenazante, más bien seductor.
-No quiero ser mal educada, pero creo que no le interesa.-intentó evadirlo pero la agarró del brazo y su sombrero cayó rodando a sus pies.-Ángel.-murmuró, era un antiguo conocido, alguien que una vez amó.
-Sí, soy yo.-sonrió ocultando sus dientes, esa noche sentía más que una compañía incómoda, más que un recuerdo del pasado, sino su verdugo. Besó sus manos y luego sus mejillas, para ir directamente a su cuello. Ella no hizo nada, aún lo amaba más que a ella misma y hubiera dado todo por hacerle feliz. La complicidad del momento se vio truncada ante la punzada de dolor por el mordisco del vampiro. Pronto se desplomó en sus brazos mientras él la pegaba más a su pecho.
Noches más tarde dicen que se vio a ambos recorrer París como dos enamorados, buscando una presa fácil a la que arrebatarle todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario