
busqué esta foto por internet y la encontré en un blogger, que aunque no me gusta su contenido si su foto. Es de volver a nacer. No es la foto con la qu ehice el texto, pero es que este texto fue improvisado en la página de una conocida.
¿Puedo ayudarle?
-Perdone, ¿puedo ayudarle?-preguntó el dependiente como si nada, el anciano parecía estar interesado en algunas de las numerosas cajas de regalo.
-Sí, he perdido algo.-preguntó.
-¿En este lugar? ¿dígame?-dijo intentando ayudar al hombre, parecía cansado.
-Sí, mi juventud, mi tiempo, mi vida. Lo escondí cuando niño en una caja y cuando fui a buscar mis tesoros, todos se habían ido...tan sólo quedaba mi cuerpo decrépito e ilusiones amarillentas en fotografías.-
-Pero, ¿es una broma?-el dependiente estaba asombrado, más bien perplejo. Aquello no era usual, no er auna respuesta habitual.
-No, busco mi vida. Busco como meterla en una de esas cajas. Mis hijos dicen que soy un trasto inútil y en el cartel dice que en estas cajas se puede guardar todo lo que no usamos...
¿Desde cuando dejaron de ser los ancianos venerables? ¿desde cuando una vida puede reducirse a un espacio tan miserable? ¿desde cuando las respuestas filosóficas dejaron de ser habituales?
Lo que aprendemos
Entonces, el joven aprendió a que no se debe llorar pues siempre hay otro más desgraciado. El ser más infeliz es aquel que es pobre de sentimientos, de alma y de raciocinio.-murmuró el anciano, sus manos estaban temblorosas y aún mostraba aquella cajita con la que inició el cuento.
-Maestro entonces usted es demasiado rico.-respondió uno de los muchachos.
-No, yo simplemente me dedico a recaudar sabiduría para regalarla.-
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