Ella era la mujer más hermosa que jamás había visto. Su cuerpo era perfecto, su voz dulce y su mirada una incógnita. Solía estar sola, cosa que no entendía. La llevaba viendo varias noches. Entraba en el bar, se pedía una cerveza y se sentaba al fondo. Allí entre la oscuridad y la luz de una lamparita intentaba escribir algo. Me habían dicho que hacía poesía, que se llamaba Linda y que tenía veintidós años. Creo que ese no era su nombre real y que para tener veinte años aparentaba dos años menos.
-Hola, me llamo Elena.-comenté como si nada. Parecía que estaba dispersa en sus escritos. Yo la verdad no sabía si lo dije en voz alta, estaba temblando.
-¿Qué quieres?-dijo mirándome con caras de pocos amigos.
-¿Conversar?-respondí con una sonrisa en mis labios, ofreciéndole una de mis dos cervezas. Había comprado una para ella, para invitarla.
-No tengo tiempo para conversar, me estoy ganando la vida escribiendo esto. Piérdete.-Su belleza era mayor a distancias cortas, quería besarla y decirle al oído todo lo que pretendía hacer con ella a solas. Sin embargo, me callé, y miré al suelo.
-Lo siento.-
La deseaba, más bien la amaba. Mi primer amor. Tenía dieciocho años y el corazón bombeando por ella. Pero poco a poco me hice hueco en su vida, conversábamos, charlábamos y le ayudaba a hacer tiras cómicas para el periódico donde trabajaba. Pronto vi la oportunidad y besé sus labios, aquel beso sabía a miel y su repuesta apartándome…amarga.
Nunca olvidaré el momento en el cual me pidió que debiéramos dejar de vernos. También en que aunque aceptaba mi sexualidad, no mi amor por ella. Quería que fuera más fácil para mí, pero fue más duro. Han pasado veinte años y aún sigo recordándola como esa noche, aquella en la que tartamudeando me aferré a una vana esperanza.
Este texto ha sido creado para satisfacer a una amiga. Te quiero, feliz cumpleaños...feliz 18 años.
p.d tienes la belleza de tu madre (Romanus xDDDD) y el encanto de tu padre (Yo)
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