Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 2 de noviembre de 2008

Encantos Divinos



Imagen de un doll modelo de maquillaje. Personalmente estos rasgos mucho más maduros me agradan en estos "pequeños" humanos sin alma aparente.

Elixir - skizoo

Mis labios se fundieron con los suyos, fue algo que jamás olvidaré. Lo hice mío más de una vez en esa noche. Mis manos caminaban por su piel, se deslizaba por su pecho hasta el borde de su vientre para descender a los infiernos. Su boca me incitaba dejando escapar gemidos. Nunca creí que los ángeles tuvieran ese aspecto tan vulnerable. Le arranqué la ropa haciéndola jirones. Nuestras miradas se cruzaban llenas de lascivia.


Sí, fui yo quien cometí el pecado original

Yo quien arrancó a un ángel de los brazos de dios

Para hacer que brillara en su faz

Un resplandor convertido en un caliente ardor


Abrí sus piernas y hallé un confortable lugar para deleitarme. El sabor de su piel, de su sexo, era demasiado extasiante y me hizo caer en un pesado sueño del que no quería evadirme. Invadí su territorio, alcé mi bandera en aquella acogedora gruta y me moví mientras la cama gemía con nosotros de forma escandalosa. Los muelles parecían no soportar el peso, el colchón se hundía, el cabezal tiritaba tanto como él y yo me empapaba en sudor mientras con la mirada de un loco sucumbía a su arrebatador amor.


Sí, fui yo quien destrozó su alma

Quien robó sus esperanzas más preciadas

Yo quien le hizo perder la calma

Para dejar su piel por siempre marcada


Sus costillas se notaban en exceso por culpa de su intranquila respiración, parecía ahogarse. Suplicaba, imploraba y deseaba el pecado en sus entrañas. Mi sexo cada vez más hondo de él rompiendo las reglas del juego. Mis manos se aferraban a las ropas de la cama, me apoyaba en el colchón, sus piernas a ambos lados de mis costados, su trasero firme bien pegado a mi y su hombría exuberante me mostraba cuando se deleitaba con mi compañía.


Dejó de ser puro por seguirme en la noche

Le ataqué con galantería y un ego excesivo

Quería notar que era la opulencia y el derroche

Por ello dejo a Dios y siguió mi camino


Derramó su simiente sobre su ombligo que dirigió con sus manos que no dejaron de acariciarnos. La mía fue entre sus firmes nalgas tras un fuerte espasmo por toda mi columna vertebral. Sus labios estaban rojos por tantos besos, por tantos bocados y tantos jadeos. Mis manos se volvieron locas palpando su rostro mientras volvía a apoderarme de su boca. Su lengua, cálida y húmeda, se fundía con la mía en una lucha épica.


¿Cómo un ángel va en busca de un ser como yo?

¿Cómo puede amarme y no ser un castigo?

¿Cómo?

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt