Oscar Wilde

Alguien con tanto talento, con un ingenio propio de un dios de la escritura, destacaba y brillaba con luz propia...hasta que cayó preso por sodomía. La homosexualidad era delito y pecado en aquellos tiempos. Una injusticia con alguien con tanto talento que jamás será igualado. Tanto sus frases, como sus obras al igual que la entereza que tuvo cuando cumplió con sus trabajos forzados... son prodigio lejos de la propia naturaleza.

Murió solo, humillado y olvidado. Solo, enfermo y con la ilusión de que alguien le tomara la mano lejos de su Gran Bretaña... en el seno de Francia.

Hoy su tumba es pelegrinaje y santuario...le devuelven los besos que se mereció al igual que sus aplausos.

Sus obras se siguen leyendo, representando y los niños van a la cama con sus cuentos...los que creó para sus propios hijos.

Wilde, sin duda, además de genio fue un fantástico ejemplo de que pueden hacer cinco idiotas y un mazo de juez.

Condenaron sus últimos días...

Hoy hubiera sido feliz quizás al ser libre de amar a quien le apetezca. El amor no es únicamente entre hombre y mujer, también puede ser entre los mismos sexos.

Él lo dio todo por amor...

Como todo un bohemio de su época.

Lestat

Un día recorrí el camino que caminaste
Un camino pedregoso y empinado
Del cual jamás descansaste
Ni cuando te dejaron tus amados

Viniste al mundo para dominarlo
Ser un genio y cautivarlo
Con tu dialéctica de demonio
Y tu sonrisa de heraldo

Te escondías tras tus dominios
Tierra de letras y desquicio
Donde llevaste la máxima del escritor
Hacer de la realidad algo ficticio

La importancia de llamarse Ernesto
Aumentó, pues jamás fue nombre tan apuesto
Ni resonado, ni aclamado ni memorado
Sólo porque tú lo pusiste de manifiesto

Un gigante jamás fue tan entrañable
Creo que pocos lo creyeron enseñable
Pero hiciste que sintiera amargura
Por aquella diminuta criatura

Te alabaron como cristo en Jerusalén
Con palmas y alborozo increíble
Si bien la envidia hace al odio predecible
Y la homosexualidad fue la reina de tus males

Viniste al mundo dispuesto a luchar
A conquistar cada inhóspito y desconocido rincón
Decías simplemente las locuras de tu corazón
Que aún hoy, con más fuerza, se hacen escuchar

Caballero noble que hizo lo correcto
Hasta que un jovenzuelo lo desmarcó de lo recto
Terminó con hombres de cama en cama
Hasta que uno conquistó su alma

Perdiste todo, como si jugaras a la ruleta
Moriste solo, abandonado a tu suerte y enfermo
Como si fuera un sueño del que no se despierta
Sufriste en tus últimos años un infierno

Ahora millones te rendimos tributo y duelo
Vamos a tu tumba y besamos su suelo
Bajo la losa yace uno de los más grandes genios
Oscar Wilde, uno de los dioses del gremio