Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

miércoles, 26 de octubre de 2011

Tears for you - Capítulo 12 - Viejas vivencias, viejos recuerdos y demasiadas golfas. (Parte VI)



Supongo que mis enemigos me deben tener mucho aprecio hoy... bueno sobretodo tú, querido imbécil, espero que si alguna vez te topas conmigo no te invitaré a cañas precisamente. No hagas que el ser más cruel y déspota que vive en mí salga... Kuroi.



La pequeña obedeció sin rechistar, parecía deseosa de escuchar Kurou tocar. Hacía meses que no me permitía escucharle, decía que sólo tocaba melodías tristes. Cuando éramos amigos siempre tocaba en el alfeizar de mi ventana, sobretodo aquellos días en Londres. Nuestras primeras noches de confesiones sobre filosofía, literatura o música. Parecía hechizado por la magia de la música, a pesar que solía decir que era un principiante jugando a ser dios.

Sus fuertes brazos no dejaron de rodearme, como si fueran unas dulces cadenas que no pesaran. Su aroma me tranquilizaba, así como su respiración calmada y sus labios murmurando canciones que podía reconocer muy fácil. Era de ese grupo de rock, de los pocos que escuchaba y no tenían medio siglo encima todos sus componentes.

-¿Me dejarás tocar contigo?-pregunté acariciando su corbata.-Kurou, deja que toque contigo.

-Eres mi inspiración, eres el porque aún sigo tocando.-susurró besando mi mejilla.-He estado ensayando duro para ti, a escondidas porque deseaba ofrecértelo como regalo de aniversario. Sé que pasó ese momento alejados, que no pudimos brindar como se merecía.-comenzó a moverme lentamente, como si pudiera escuchar una música que únicamente salía de su cabeza.-¿Te sabes esa canción con piano?

-¿Cuál?-pregunté alzando la vista para ver su tierna sonrisa dejándome petrificado.

-When a man loves a woman.-susurró antes de besar mi frente.-Te oí tocarla hace unos seis meses, sonreías tan angelical recordando quizás esas palabras que no supe decir en su momento. Eres tan hermoso que dudo que seas de este mundo.-dijo antes de rozar mis labios con los suyos.

-Haces que me quede sin saber qué demonios decir.-balbuceé.-Cuando hablas, las pocas veces que lo haces, es como si pudieras escribir todas esas frases de amor que quiero oír y que deseo decir. Haces que me sienta especial, muy especial.

-I love you.-susurró antes que yo me enganchara a su cuello y lo besara desesperado.

Sus labios son los más dulces que he probado jamás, son labios de ángel. Sus palabras son tentadoras y extremadamente hermosas. Nunca deseo separarme de ellos, pero en ese momento escuché los pasos de la pequeña junto a los de Sebastian.

-Señores, traigo el saxofón.-comentó.-¿Desean algo más?

-Sí, deseo que traigas la cámara de video y grabes.-dije ilusionado.-Vamos a tocar juntos y Anne bailará para nosotros.-ella sonrió corriendo para abrazarme.

No dudé ni un instante en tomarla entre mis brazos para ver de cerca su rostro iluminado por la felicidad, una felicidad que ambos poseíamos gracias a Kurou. Sebastian se marchó presto a por la cámara, mientras que Kurou simplemente tomaba su instrumento acomodándolo entre sus dedos. Jamás se lo he dicho, pero siempre me ha fascinado ver a un hombre tocar el saxofón.

Nada más entrar Sebastian, con la cámara a punto de ser encendida, me posicioné en el piano y Kurou junto a mí, a pocos metros, mientras que la niña esperaba impaciente que comenzara la música para moverse junto a las notas que embriagarían el salón. Empaparíamos todo con la belleza de la música, más allá de unas partituras.

En segundos todo se volvió distinto, mucho más romántico y hermoso. Kurou se veía concentrado moviéndose lentamente, mientras yo tocaba contemplándolo con una sonrisa. Sabía la pieza a piano, no necesitaba partituras. Nuestra hija se movía girando sobre sí, provocando en ambos una sonrisa de orgullo al comprobar que el ritmo lo llevaba mejor que cualquier emperifollada bailarina.

“Y la música logró que nos enamoráramos,
como si eso hubiera sido imposible.
Nos centramos uno en el otro,
en los movimientos de nuestras almas
y en las miradas cobardes que nos lanzábamos.
Estamos enamorados desde antes de nacer,
sólo teníamos que crear un chispazo de magia.
Cuando un alma ama a otra todo se hace real,
incluso los castillos rodeados de nubes de azúcar.
La fantasía nos visitó en nuestro primer beso...
¿Lo recuerdas? Yo no puedo dejar de hacerlo.”

Nada más terminar Sebastian nos enfocó, justo cuando me levanté para alzar a la pequeña en mis brazos y besar de forma hambrienta a Kurou. Ella reía tocándonos las mejillas, mientras mi enorme gigante se sonrojaba y se aferraba a mi cintura. Estaba de puntillas con los pies descalzos y él completamente encogido. Una extraña pareja que podía provocar diabetes a cualquiera, si bien no me interesaba esos cualquiera y ni mucho menos las envidias que pudieran ocasionar.

-Te amo.-susurré casi sin aliento.

-Si me lo permiten.-dijo Sebastian con aquella enorme sonrisa de gato.-Hacen una pareja envidiable, digna de esos cuentos que usted escribe para componer canciones. Pura poesía.-indicó.-En todos mis años jamás he visto a una pareja tan perfecta y enamorada.-comentó apagando la cámara.-Me emociona servirles y poder cuidar su casa, así como a esta pequeña. Mi mujer y todo el servicio está maravillado con ella, en pocas horas ha provocado que la felicidad se haga plena.

-Sebastian.-comenté girándome hacia él, notando que estaba emocionado.-¿Le he dicho alguna vez que le veo más como padre que como hombre fiel a mis servicios?-pregunté antes de acercarme a él para abrazarlo.-Gracias, muchas gracias por todo.-besé su mejilla y después me giré hacia Kurou.-Anda, Kurou díselo.

-Sí, yo también le tengo mucho aprecio.-dijo algo rojo.-Tome estas palabras como hechas del corazón, no suelo halagar a nadie.

-Ustedes harán que me de otro infarto al corazón, sólo por lo emocionado que me encuentro.-respondió de ese modo a nuestras palabras, ofreciéndome la cámara.-Pido permiso para decir unas palabras fuera de tono.

-¡No tienes que pedir permiso para eso!-exclamé riendo al verle algo sonrojado.

-¡Estoy jodidamente feliz!-gritó.-Ahora, si me disculpan.-comentó antes de inclinarse leve.-Debo ir a terminar de revisar la cena.

En ese instante aparecieron los gatos de Kurou, los cuales habían sido enviados en transportín y que aún no sabía que estaban allí. Corrían detrás de mi pequeño Misifú, iban como locos mientras él se burlaba de ellos brincando con gracia y prácticamente cayendo un par de jarrones, los cuales por puro milagro no terminaron destrozados.

-¡Papá Yosh! ¡Bájame papá Yosh!-gritó la pequeña.-Quiero jugar con los gatitos.

Dejé que tomara a mi gato en sus brazos, provocando que aquellos dos gatos pardos la siguieran entusiasmados. Yue era el más travieso de los dos, el cual tenía una mancha blanca en la punta de su rabo, Ra era más delgado y elegante. Teníamos cuatro hijos en realidad, tres felinos traviesos y una pequeña encantadora.

-¿Quieres hacer algo especial?-pregunté sin girarme hacia Kurou.

-Me apetece dejar morir mis neuronas viendo un poco de televisión.-comentó pegando mi espalda a su torso, mientras sus manos quedaban en mi vientre.-¿Buscamos algo interesante? Alguna película.-murmuró.

Decidimos ir hacia la otra sala, donde se encontraba un enorme televisor y un cómodo sofá. Nos acomodamos allí sintiendo como la calma nos invadía. Kurou me abrazaba besando mi cuello mientras yo buscaba algo interesante. Realmente no estaba encontrar nada, sólo deseaba sentirme pequeño en sus brazos. Notaba su aliento pegado a mí, sus manos jugando con mis cabellos y lo cómodo que era todo aquello. Jugando con el mando di con una noticia que me hizo sonreír de oreja a oreja.

“-Encontrado el cuerpo de un hombre en avanzado estado de descomposición. Al parecer lleva aproximadamente un mes, o mes y medio, troceado introducido en la bañera junto a una mezcla de productos para la limpieza. Su cuerpo fue hallado por el banco, ya que su vivienda estaba hipotecada. Según se ha podido conocer era una persona desagradable, sin amigos y la familia lo tenía completamente olvidado. Un pobre diablo que seguramente debía una gran suma de dinero a la mafia o acreedores que no tuvieron paciencia con un mentiroso compulsivo.-”


Aquello era el inicio de la noticia, la chica del telediario se mostraba hermosamente maquillada y con su cabello camomila deslumbrando a todos los espectadores. Un ángel comentando un horroroso crimen, eso provocaba que todo fuera más llamativo y encantador.

Mostraron su fotografía, así como su portal y el edificio. La chica hablaba seria, sin muestra alguna de comprensión ante una tragedia como la perdida de una vida humana. Entonces, apareció en escena una de las vecinas abrigándose bien con un plumón.

“-Era una persona desagradable. Siempre estaba insultando a personas de otra raza, colocando su bandera nacional y gritando que todos los que no la besaran eran maricones. Sea quien sea quien hizo esto nos libró de una rata de alcantarilla. Y no digo que no sienta lástima por las vidas humanas, pero ese ser no lo era. Incluso nos tiraba basura manchando la ropa limpia. Completamente desagradable.-dijo con cara de asco y muy concienzuda en dejar claro que de ser otra persona le daría pena.

-Así que confirma que no era un vecino querido.-comentó la reportera, la cual era castaña y de cabellos muy rizados.-Podría tener muchos enemigos, ¿no es así?

-¿Alguien podría ser amigo de ese ser? ¿Quién podría estar tan loco como para aceptarle en su vida?-preguntó tomando el micrófono y mirando a cámara.-Lamento que su madre echara por coño semejante monstruo.”


Empecé a reír a pura carcajada. Aquella señora era simplemente maravillosa. Tenía el pelo algo corto, caoba y en un estilo desenfadado. Sus gafas eran metálicas, no muy grandes, y se sujetaban por una naricilla pequeña y muy graciosa. Toda ella parecía una muñeca de dibujos animados.

-¡Quiero a una mujer así en mi vida!-grité carcajeándome.

-Me recuerda un poco a la sobrina de Sebastian.-comentó sin dejar de acariciar mis cabellos. Era como si yo fuera un gato de un cruel y retorcido villano, el cual estaba tramando un plan a oscuras esperando atrapar, esta vez, al superhéroe de turno.

“-Al parecer, este hombre usaba varias cuentas en Internet donde acosaba a chicas menores de edad, homosexuales y latinoamericanos. Nosotros hemos podido hablar con una de sus víctimas en twitter, el cual era el medio habitual que usaba el fallecido.-comentó la reportera mientras tenía aún a la enérgica vecina a su lado.

-Yo no he sido el único acosado.-comentó un joven de aspecto ambiguo, pero con una hermosa voz. Sus cabellos estaban largos como los de Kurou y su piel era muy clara.-Para él cualquier persona con autoestima y un poco de inteligencia era una amenaza. Sin embargo, a mí me estuvo acosando casi cuatro meses.-añadió para mostrar una sonrisa similar a la de Kurou, la de un asesino confeso pero con el encanto necesario para ser atractivo.-Tengo veinticinco años y jamás he conocido a un ser tan repulsivo, aunque en las últimas semanas se había hecho amigo de una mujer aún más repulsiva. Ambos se habían creado cuentas alteregos míos bastante desagradables.-indicó.-Siempre estaban citándome con Kuroi es maricón ¿lo sabías? Y lo hacían a cuentas afines a mí o de amigos cercanos.-se palpó la frente y luego soltó una buena risotada.-Lo siento, el como ha muerto me parece curiosa puesto que una vez le dije que cabrearía tanto a alguien que terminaría muerto.

-Por ahora no hay pistas, la policía tiene más de doscientos sospechosos. Les seguiremos informando sobre este individuo con tan poca suerte y tan insignificantemente apreciado.”

-Ese chico era sexy.-comenté antes de girarme hacia él.-Tenía un aire a ti.-murmuré.-Aunque me recuerda un poco en rasgos al señor Atsushi, pero mucho más joven y ambiguo. Tiene un aire sutil a muerte.-dije acariciando su torso.-Tú eres único, pero sería gracioso que tus padres te ocultaran un hermano pequeño.

-Si fuera mi hermano estoy seguro que me sentiría orgulloso de él.-rió bajo antes de besar mis labios de forma dulce.-Realmente tiene ciertas semejanzas a mí, pero esa forma de mover sus manos al hablar y apartarse el cabello son demasiado expresivas.

-Lo más curioso es que dice que se llama Kuroi, tal vez es un nick.-apoyé mi frente en su pecho.-Además, de la información sobre todos aquellos que lo odiaban y tienen motivos más que suficientes para asesinarlo.

-Sí, pero el honor fue todo mío.

“Serás despreciado por todos,
ese será tu castigo.
A los idiotas no se les ama,
se les odia hasta que mueren
y todos descansan.
Serás despreciado incluso por tu familia,
nadie acudirá a tu funeral...
no habrá persona que rece a las ánimas,
no habrá descanso en tu final.
La llorona supongo que sonreirá
mientras la muerte te arranca la vida de cuajo.”

2 comentarios:

Lin Sekiei dijo...

YAAYYYY!!! Aparición estelar del autor! ♥♥ Si es que eres el hermano desaparecido de Kurou, dónde has estado?? u__ú
Si es que muchas veces la vida real es una mina de ideas. Que se joda ese tío, bien que se lo merecía (*´ω`*). Y lo de "lamento que su madre echara por coño semejante mosntruo" XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD eso ha sido EPIC!
Genial el capi, fuer orgásmisco >///<
Ah, y también me encantó la escena familiar, resulta precioso y encantador~
Besos!

Athenea dijo...

La escena familia feliz ha sido preciosa. Hasta Sebastian, que de normal es un hombre serio, se ha emocionado :) En cuanto a lo de la notícia: jajaja. Muy bueno lo de: "lamento que su madre echara por el coño semejante monstruo". XDDD. Muy bueno el capi. ¡Un beso!

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt