Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

jueves, 3 de noviembre de 2011

Tears for you - Capítulo 14 - Carmín rojo satén (Parte IV)



Hoy he tenido la valentía-cobardía de decirle a alguien lo que siento... Ha costado.
Muchos decís que querríais un Kurou... pero no os dáis cuenta que parte de él soy yo. Yoshiki tendrá mi forma loca de quitarse los nervios cantando y bailando cuando nadie le ve, se sentirá desahogado cuando toca el piano como cuando yo escribo y pondrá cara inocente siempre que haga un destrozo. Pero, esta forma de ser de Kurou de hablar poco de sus sentimientos hacia la persona que ama, de ser un poeta a escondidas de Yoshiki... es tan mía... como su forma de cuidar a los que quiere. No soy tímido, soy cobarde en ocasiones. Espero que disfruten de esta parte.

Os quiere... Lestat... Kuroi...

Pd: Kiseki, gracias por todo... como a todos los que os habéis convertido en la vaca de Milka y me habéis dado ese empujoncito... Disi, Neki, Kiseki, Marisol, Neris, Sam, Laura, Jenova y Liita... os quiero a todos.





Acabé de tocar una pequeña canción, lo hice sin poder apartar la mirada. Aquello que teníamos era un milagro y como milagro lo agradecía en cada segundo. Me levanté del piano sorprendiéndole, para terminar sobre su rodilla con una enorme sonrisa. Él se ruborizó agachando la mirada, justo antes que yo rozara mis labios sobre su cuello.

-Dime algo tierno.-susurré en su oído.-Sé que eres un buen escritor, un poeta.-dije acariciando uno de sus mechones.

-Eres igual que un gato.-murmuró antes de besar mi mejilla.-Tu curiosidad provoca que te quiera más aún que antes.-dijo acomodándome sobre sus piernas.

-Cuéntame como supiste que me amabas y porqué no me dijiste.-dije antes de mirarlo con cierta necesidad.-Dímelo.

-Vivía en un mundo muy gris.-dijo con dificultad.-Un mundo donde nada tenía sentido. Me había casado con ella por miedo a quedarme solo.-su rostro se llenó de matices amargos, pero aún así se veía hermoso.-Yo pensé que jamás amaría a alguien, que ese amor no existía. Me veía arrastrado a caminar sin sentimiento alguno. Un matrimonio que no funcionaba y que ya ni convivíamos en el mismo lugar.-murmuró antes de estrecharme un poco más hacia él.-Cuidarte se volvió una necesidad, no una obligación. No era mi trabajo, ignoro cuando pasó ese sentimiento. Supongo que a eso puedo llamarlo amistad.-se quedó en silencio mirándome a los ojos.-Decías que nadie te querría y sin embargo levantabas pasiones, eras admirado y amado por muchos. Y cuando te enamoraste de ella, cuando dijiste que la querías, me sentí feliz y a la vez hundido en la miseria.-besó mi frente y después sonrió amargamente.-Poco a poco tuve que aceptar que salías con otras personas, que ya no tenía que aparecer para abrazarte y rogar que dejaras de llorar.

-Me gustaba cuando hacías eso, me sentía querido.-tuve que decírselo, porque así fue.

-Sentía que era una ruptura de confianza amarte, peligroso y absurdo.-echó su cabeza hacia atrás y terminó suspirando pesado.-Cuando recibí aquella bala que era para ti pensé que debió darme de lleno, porque lo que sentía era más doloroso.

-Pero había mujeres enamoradas de ti, decían amarte y alguna vez te llegó alguna carta llena de palabras románticas.-me quedé con los ojos clavados en él, esperando que sus ojos se cruzaran con los míos a punto del llanto.

-No, no las quería. Alguna las llegué a ver como personas muy agradables, algo parecido a la amistad.-comentó.-Pero soy alguien solitario y mi dedicación a ti las apartó.

-Y tuve que sacarte todo con tenazas.

-Con alcohol.-musitó.

No dudé en reírme. Recordé aquella noche con nitidez. Parecía que estaba ocurriendo de nuevo ante mis ojos. Había decidido invitarlo tras un gran trabajo. Él había actuado de forma muy precisa, meticulosa, y sin un fallo. Nadie se había dado cuenta del robo al casino de la ciudad, propiedad de un pequeño clan ruso. Aquello había sido más que un éxito. Necesitábamos celebrarlo y decidí que siendo mi mejor amigo, la persona que tanto quería, se merecía que lo hiciéramos por todo lo alto.

“Yo no bebo, no me gusta el alcohol. Hago cosas muy estúpidas cuando bebo.”

Sus palabras en cuanto al alcohol me hizo caer en la tentación. Compré varias botellas de sake y le reté a beber. Él desconocía que jugaba cada vez que podía con Kamijo. Era muy bueno bebiendo, tenía una resistencia atroz, y él con tres copas ya estaba rojo admitiendo cosas muy extrañas.

“Sí, estoy enamorado. Sí, no lo saben muchas personas. Creo que sólo lo sabe Kamijo, porque ese desgraciado se entera de todo. ¿Sabes? Eres tú. Eres un maldito despistado y me da pena, porque estaría bien que te fijaras en mi. Soy ese que tanto buscas y luego caes en líos de faldas y braguetas que no llevan a nada. Así que ¡salud! Porque tú no lo sabes y yo sigo callado. Pero no se lo digas a nadie, es un secreto. Los secretos no se dicen.”

Cuando escuché esas palabras me quedé en silencio. Jamás pensé que me dijeran algo así, menos borracho. Aunque lo había dicho completamente ebrio no le quitaba lo atractivo. Amor de verdad nadie me había dado. Además, yo estaba enamorado de él y él parecía obviar cualquiera de mis indirectas. Había dicho mil veces que me gustaban personas que fueran cariñosas, él lo era conmigo a pesar de ser algo frío con el resto. Siempre deseaba verle sonreír, cuando veía que se entristecía o parecía serio algo en mí se descomponía.

“¿No brindas? Deberías brindar, cuando uno brinda esparce suerte. ¿Sabes? La suerte debe ser esparcida, debe sentirse. Yo soy un desgraciado, nunca he tenido suerte. Bueno, la he tenido al conocerte a ti. Por eso no quiero decirte nada, no quiero que me tengas lástima. Me vuelvo tímido en cada cosa que te digo.”

Me tomó del rostro acariciando mis mejillas, haciéndome sentir pequeño. Cerré los ojos esperando un beso en los labios, pero lo obtuve en la frente. Después me abrazó, como nadie había hecho, y sus manos fueron a mis cabellos. Me sentía tan aturdido, sin saber qué responder.

“No permitiré que te hagan daño, nunca voy a permitir que te hagan daño. Y si tengo que bailar claqué bajo la lluvia para que te rías, lo hago. Pero, no quiero ver lágrimas en tus mejillas. Ya has llorado mucho y yo quiero sólo que sonrías. Sé que es egoísta lo que pido, ya que cuando lo pido es porque soy muy feliz cuando lo haces.”

Aquello era sake, pero parecía el suero de la verdad. Había tomado la valentía suficiente para decirme todo lo que no pudo en mucho tiempo. Notaba sus lágrimas manchar mi frente, ya que no dejaba de besarme mientras jugaba con mis cabellos.

“Quiero que alguien te ame de verdad, eso es lo que deseo esta noche. Así que vamos a brindar.”

Se apartó tomando nuestras copas, pasándome la mía y alzando la suya. Su sonrisa en esos momentos me parecía más calmada que nunca. Realmente estaba relajado, había relajado su alma y finalmente había dicho todo lo que quería decir. Pero yo no era capaz de soltar prenda, y era yo quien debía hablar esta vez.

Brindé con él bebiendo con dificultad, quería llorar mientras notaba mis mejillas muy rojas. Como pude me acerqué a él para besar su boca lentamente. Mis labios se aferraron con rabia, provocando que mi cuerpo cayera sobre el suyo. Nuestro primer beso fue de esa forma. Me quedé subido sobre él besándolo con rabia. Me había estado ocultando lo que sentía durante años, eso no era justo. Yo había hecho lo mismo, pero simplemente porque jamás pensé que me querría. Aquel maldito saxofonista de puños de acero y mirada de hielo me quería, me quería a mí y no a ellas. Me sentía mal por las chicas, pero al fin alguien me amaba y lo decía alcoholizado sin poder mentir.

-Me he acordado de todo en estos momentos.-dije riendo bajo, aunque le miré de forma tierna.

-Eres un maldito desgraciado, me emborrachaste para sacarme a quién amaba.-murmuró antes de besar mi frente como aquella noche.-Pero, si no hubiera sido así jamás habría reunido el valor. No soy tímido, simplemente frente a ti temo hacer el idiota. Me sonrojo por los nervios que me provocas, porque nadie me ha hecho sentirme de esa forma. Noto como se revuelve el estómago, las palabras se quedan escasas y la boca se reseca. No es timidez, sabes que puedes ser más tímido que yo cuando llega el momento. Pero temo tanto dañarte, tanto hacer algo que te haga llorar, que prefiero quedarme en mi concha y no decir demasiadas cosas.-susurró antes de tomarme del rostro.-Me sonrojo porque siento miedo, nerviosismo o simplemente me veo patético.

-Aún así eres romántico, dulce, ingenioso y sobretodo te ves lindo cuando te sonrojas. Es como si esa belleza y dulzura aflorara dentro de ese armazón.-susurré antes de sonreír y morder sus labios.-Idiota.

Notamos entonces pasos apurados por el pasillo, así como algunos murmullos, cuando se abrió la puerta los vimos. Ella intentaba acomodar sus cabellos y él su corbata, pero ambos se notaban sofocados y con una sonrisa demasiado descarada. Kurou empezó a reír de buena gana, como si aquello hubiera sido la mejor de las bromas, yo también lo hice. Pocas veces podía ver así a mi esposo, riendo de forma algo tétrica pero cómica junto a mí.

-¡Espero que fuera cómoda mi mesa de billar!-exclamó.

-Sabemos todo, pero no os sintáis incómodos.-comenté levantándome de sus rodillas.-Es una necesidad que no se puede evitar.

4 comentarios:

MuTrA dijo...

¡Menuda pillada para Helena y Paulo! Jajajajajaja... Aunque resultan una pareja encantadora... Y muy tierno Kurou cuando le dijo a Yoshiki lo que sentía por él... Aunque ya le vale a Yosh, emborracharlo a traición como quien no quiere la cosa para sacarle info... Claro, con la excusa de que los borrachos y los niños nunca mienten... Jejejejejejeje...

Me encanta ese par, en serio. Son una monada y dan ganas de ser como ellos. Todo amor, ternura, pasion y más amor ñoño. ^^

Besotes. :******

Chrome Dokuro dijo...

Mira,"te adoro" (por lo de arriba y por todo) es poco.Tú tranquilo que seguro que todo sale bien:)
Y me he reído de lo lindo con lo de "es un secreto" de kurou.Son tan tiernos juntos >w<

Athenea dijo...

Wowowowowow, ¡sabía que esos dos acabarían haciendo travesuras! Y encima sobre la mesa de billar de Kurou... jajaja. Muy bueno. Y luego, el principio de la historia de amor de Yosh y Kurou, también ha sido románticamente divertida. De modo que le sacó la verdad con alcohol... Aiis, este Kurou, yo también me parezco a él, ¿sabes? Rara vez soy capaz de mostrarle mis sentimientos a la gente. Por cierto, ya sé que no viene mucho a cuento, pero me he dado cuenta de que te gustan mucho los gatos, los nombras mucho al hacer metáforas y comparaciones. A mí también me fascinan. Son animalejos hermosos y muy elegantes. Y tan suaves... Jajaja.

P.D. Gracias por leer la entrevista que le hice a Karlie. Me alegro de que te gustara. Yo también opino que un escritor debe escribir para sí mismo, para complacerse y desahogarse, no para complacer a los demás. Me ha encantado el capi, voy a por la siguiente parte, ¡un beso!

Lin Sekiei dijo...

Te adoro >///< Quiero que sepas que eres un gran amigo, de esos a los que jamás querría apartar de mi lado. Siempre te desearé lo mejor, entregándote abrazos desde la distancia ^^ Que tu felicidad dure por mucho tiempo, te la mereces por ser como eres.
No cambies nunca, mi pequeño y dulce gato negro.

Por cierto la confesión es sensacional XDD Pero tan lindo a la vez ♥
Besos!

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt