Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

martes, 29 de noviembre de 2011

Tears for you - Capítulo 20 - En tus sueños anidaré. (Parte II) FINAL



Cuando pude percatarme la boca de mi esposo atrapaba la mía, me besaba con lujuria controlada. Parecía deshacerse en mis labios, igual que los míos en los suyos sin moverlos siquiera. Un beso para despertar a la princesa, eso reza en el cuento. Sin embargo, la princesa no despertó esta vez ni las siguientes. Ambos estábamos frustrados.

Recuerdo que a partir de ese día Kurou se tumbaba a mi lado aferrado a mi cuerpo, sus manos jugaban con mis cabellos mientras susurraba cuánto me echaba de menos. Sus labios rozaban mi cuello y se quedaban pegado a mis hombros. Sus dulces besos y su forma de mantener la esperanza me hacían llorar de rabia, aunque él no pudiera ver mi sufrimiento. Me juró que jamás me abandonaría, lo hizo cada día sin importarle si le escuchaba o no.

-Eres perfecto para mí.-dijo un día nada más abrir la puerta, para aproximarse a mí arropándome mejor.-Lamento que supieras que no te fui fiel en aquellos primeros días, todo fue por miedo. Sabía como usabas a la gente, te había visto mil veces coquetear con hombres para luego alejarte colmado de regalos.-susurró antes de tocar mi rostro con la yema de sus dedos.-Cuando duermes pareces un ángel, pero sé que con otros has sido un auténtico demonio. Sé que fue por culpa de aquellos años en los cuales no pude cuidarte, por eso creciste salvaje y lleno de miedos.-murmuró rozando sus labios por mi rostro, dejándome intranquilo pero sin resultado alguno ante sus ojos.-Con el paso del tiempo me he vuelto fiel, soy el hombre más fiel de este mundo. No quiero a nadie más en mi cama, ni en mi vida. Si no llegaras a despertar daría igual, ya que yo seguiría aquí cada mañana hasta que llegara el día en el cual mi vida acabara.-se tumbó a mi lado aferrado a mi cuerpo, acariciando leve mis caderas.-Si supieras las ganas que tengo de hacer el amor.-dijo en un murmullo.-Y que me lo hagas.-añadió ocultando su rostro en el hueco de mi cuello, hundiendo allí su cara haciéndome delirar por su respiración.-Te amo, por si no lo has notado. Te amo tanto que sólo quiero cuidarte yo, detesto que otros lo hagan y que te abraces a ellos cuando estás mal. Quiero que sea sólo a mí a quien acudas, y sé que eso es egoísta.

Comencé a llorar y esta vez mis lágrimas si brotaron de mis ojos, noté como corrían por mis mejillas y como él se levantaba de la cama. Escuché sus pasos precipitados por la habitación hasta el pasillo, el sonido de la puerta al abrirse e incluso sus gritos llamando a una enfermera. Cuando regresó a la habitación mis ojos estaban abiertos contemplándole. Quise hablar pero sólo salían gruñidos, estaba adormecido y agotado.

-¡Yosh!-gritó antes de abrazarme, pegándome a él.-Te amo, te amo Yosh.-susurró sollozando.-Yosh, no te vuelvas a ir de mi lado.

Había pasado casi dos años, pronto sería Navidad. Dos eternos años luchando por regresar y poder contemplar de nuevo su rostro. Sus labios se pegaron a mi rostro y una de mis manos pudieron desplazarse hacia el suyo. Me movía con trabajo porque tenía todos los músculos destrozados por culpa de tantos meses en cama.

Según sé estuve en coma porque algo fue mal en la operación, aunque no saben bien qué provocó que cayera inducido a ese sueño en el cual uno no duerme, siempre está despierto escuchando las plegarias de todos. Al menos, en mi caso, podía escuchar a todos a mi alrededor comentando mi progreso y el dolor que sentía.

Todos habían seguido con su vida, todos salvo Kurou. Él seguía como si no hubiera pasado el tiempo. Los hijos de Kamijo, Atsushi o Yuki habían crecido bastante y Mario estaba emparejado con aquella chica tan diminuta como atractiva. Todos habían seguido viviendo, respirando el dolor y la felicidad mientras el reloj marcaba cada momento como único. Paulo salió de la depresión, olvidó a Claudia por completo y comenzó una nueva vida junto a Helena. Me había perdido tantas cosas, todas parecían buenas a pesar las malas rachas que habían podido surgir.

-La próxima vez que quieras dormir ponte el despertador, papá.-fueron las primeras palabras de Anne nada más llegar a casa.

Ese mismo día decidí escribir mis memorias, pero comenzó a llover y pensé mejor en narrar el motivo de porque iba en silla de ruedas. Aún quedan muchos escalones por intentar subir, muchas pruebas por finalizar y sobretodo demasiada rehabilitación para poder caminar, bailar y ser el mismo de siempre. Mis músculos se desentumecerán y quizás entonces cuente la historia de cómo llegué a bailar tango en mis bodas de plata con mi esposo. Por ahora, sólo puedo decir que me reservo el derecho de ocultar cierta información y guardar estos papeles en un cajón hasta ese día. Cuando llegue ese momento, Kurou leerá este documento y tal vez comprenda porque estuve tan misterioso durante más de un mes.


“Mis recuerdos los guardaré en un cajón,
los dejaré dormir hasta que los necesite.
Una lágrima y una caricia los acompañará
junto a una luciérnaga de la pasión.

Mariposas que se reservan el derecho
de volar o morir en plena primavera,
flores que no quieren tener fragancia
pero sí dos piernas para bailar en el aire.

Ángeles con rostros de duendes,
hadas con alas de libélula
y cientos de cuentos de dragones.
Eso guardo en las hojas amarillas.

Mis recuerdos son fantasía de otro mundo,
ese donde los dos yacemos besos de amantes
y en caricias que desnudan nuestros ojos.
Guardaré todo en una caja de cristal.”


FIN

Los gigantes también sabemos amar,
los ángeles no tienen porque dejar de ser hadas.

Dedicado a la pequeña luciérnaga que alumbra mis largas noches.
Ángel G.

2 comentarios:

MuTrA dijo...

Awwwwwwwwwwwwwwww >.< ¡Un final sorprendente! No era para nada lo que había imaginado (tanto en cuanto a triste final como a feliz) ¡Esto es mejor con diferencia! ¡Me ha encantado! ^^

¡Mi más sincera enhorabuena! :D

¡Besotes mago de las letras!


:********************

Athenea dijo...

Yo tampoco me esperaba para nada este final, ni en un sentido ni en otro. Por un lado, me encanta que se hayan quedado juntos, que Mario se haya quedado con la violinista y que Paulo lo haya superado y esté con Helena, pero por otro... Todavía le quedan muchas pruebas por superar a Yosh. Como visión general de la novela, te puedo decir que me ha encantado y que la veo publicable, de verdad. ¡Un besito!

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt