Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

miércoles, 15 de febrero de 2017

Maestro de príncipes

No sé si sentirme halagado o insultado...

Lestat de Lioncourt 


Definitivamente para mí estas últimas décadas han supuesto un cambio importante en mi vida. Creo que jamás creí que viviría una revolución como esta que hoy en día es germen crecido. La historia la hacemos nosotros, no sólo los grandes nombres. Hay verdades que permanecen en la oscuridad, que jamás aparecen en los libros y nunca son citadas. Esas verdades que él se ha propuesto mostrar triunfante y apabullante para todos.

Hace más de dos siglos decidí salvar la vida de un joven vampiro que durante meses viajó por Europa, escribió en los altos y gruesos muros de cada ciudad un mensaje para mí. Un joven temerario, al cual no le importó que me diesen por muerto. El mismo que en la época de los ochenta apareció deslumbrante en mitad de un escenario. Pasaron décadas, por no decir más de cien años, para vernos y cuando lo hicimos fue para una catástrofe de proporciones bíblicas.

Jamás ha seguido las reglas que yo mismo le concedí. Algunas las añadí yo mismo, como el crear a vampiros demasiado jóvenes. A veces la terneza de un pobre niño desvalido, al cual estrechas contra tu pecho, provoca que sientas la necesidad profunda y alarmante de introducirlo a La Sangre. Por mi parte, he roto también demasiadas reglas y he sido inoportuno. Lo reconozco.

He pedido justicia y me han negado, pero entonces la he tomado por mi propia mano. No me enorgullece. Me he dado cuenta en estos últimos años que la violencia, el odio, la falta total de escrúpulos sólo logra destrozar las almas y la sociedad.

Lestat se ha convertido en estos años en la estrella guía en mitad de la oscuridad. Es el Mesías de los Vampiros, es el Príncipe de los Vampiros. Sin él estaríamos perdidos, olvidados, destruidos y poco a poco seríamos sólo leyenda. No somos una gran amenaza para la vida humana, pero sí para aquellos que caminan por un sendero poco agraciado. Limpiamos la escoria de la humanidad, es una de nuestras grandes metas. Unos lo hacen por creencia, pues sienten que de ese modo ayudan a la sociedad que una vez les dio la espalda, y otros porque los criminales son fáciles de eliminar de las calles.

No es el más sensato, no es perfecto, pero le mueve el amor. A muchos nos movió el rencor, el odio y la frustración; sin embargo, él lo hace por amor, por experimentar y por demostrar que hay límites que hay que rebasar.


Mi nombre es Marius y me dicen “El Romano”. Soy leyenda y sigo vivo gracias al peor de mis discípulos, al más rebelde y al más entregado a la pasión. Quizás, al más parecido a mí.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt