Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

jueves, 10 de agosto de 2017

Mis recuerdos, mi demonio.

—¿Por qué desea reconstruir con tanto ahínco esta vivienda? No pertenece al castillo y tan sólo es una vivienda más. Las otras han sido realizadas según la construcción de la época, pero no tiene tanta exactitud. ¿Por qué ese anhelo?

—Si se lo dijese no me creería—dije mirando la parcela.

Todavía no la levantaban. Tan sólo habían trazado las distintas proporciones de las habitaciones. Era un fantasma ante mis ojos que parecía agitar cada cimiento y alzarse magnífica, como en aquellos tiempos, y muy resistente. Pude ver sus hermosas ventanas francesas y sus dos plantas, sobre todo la ventana de su habitación. Fue como si por un segundo lo viese allí asomado observando sin ver la calle, pensando en si era o no un cobarde al pensar tanto en la muerte y glorificar su paz.

—Puede intentarlo—dijo tras una carcajada—. Ojalá nos dejase mostrar al mundo entero el castillo y su reconstrucción, así como la aldea. Esto es una proeza que merece ser contemplada y usted ganaría dinero.

—No lo hago por dinero—reproché.

—¿Por nostalgia de un pasado que no vivió?—preguntó intentando sacarme algún tipo de información, pero no le escuché. Acepto que no le escuché. No prestaba atención a nada de lo que se me decía porque lo único que podía ver era el rostro de Nicolas, mi Nicolas—. Dígame, señor Lioncourt, ¿es eso?

—¿Qué?—dije saliendo de la ensoñación.

—Nostalgia de un pasado que no vivió. Lo digo por sus prendas, por la forma en la que habla de forma tan... Usa un léxico a veces en un francés que no se suele escuchar ya—atestiguó.

—Mire, sólo logre que Villa Lenfent esté construida lo antes posible. Quiero que se le de prioridad antes de terminar otras secciones del pueblo—comenté antes de apartarme contrariado.

Odiaba que me preguntaran ese tipo de cuestiones. Yo les pagaba bien por hacer su trabajo, tenían buenas vacaciones pagadas con todos sus gastos y necesidades cubiertas, trataba a todos con respeto y me enorgullecía cuando me mostraban sus avances. ¿Por qué no me dejaban en paz con esas dudas? Era exasperante.


Sólo quería que esa casa estuviese tal y como indicaban los planos de aquellos años y mis recuerdos. Esos recuerdos que decía poseer por medio de viejos documentos de mi familia. ¡Ah, humanos! A veces deseaban creer cualquier cosa antes de lo evidente. Yo era el hijo del Marqués de Lioncourt, el único que sobrevivió. Yo era quien llevó a Luisiana a mi padre, ciego y enfermo. Este pueblo me dio dichas y penas, esa casa era la de mi demonio particular y el lugar de la quema de las brujas, en el cerro, no existía ya pero podía recordarlo como recordaba el violín de mi amante, su rostro, sus besos, su aroma y el olor de la leña de la taberna cuando brindábamos por nuestra futura correría por París. Sólo quería recuperar mis recuerdos.  


Lestat de Lioncourt 

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Lestat de Lioncourt