Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

viernes, 29 de junio de 2007

Fin del Camino


puente del suspiro, es una imagen que saqué del wikipedia. Dicen que allí yacen las almas de los que una vez pasaron hacia el patíbulo. No son suspiros de amor, sino de muerte y encarcelamiento.




Caminé hasta la puerta y allí lo contemplé, arrojado en la cama contemplando la mesilla de noche, sentí que nuestra unión tergiversaba nuestros ideales e ideas firmes en un principio. Entré en la ducha y abrí el grifo cayendo sobre mí un torbellino de agua aún helada. En aquellos instantes tuve momentos de lucidez que me hicieron recordar otros un tanto extraños. Lugares y situaciones en los que protegí su espíritu, su cuerpo y su estigma, pues ese era mi trabajo. Me veía involucrado en un sentimiento nuevo, uno más allá de protección y compensación por nuestro lazo, un sentimiento franco de amor. El amor no siempre se es dado a una pareja, también a un hermano o a un amigo. Él para mí en cada una de nuestras vidas fue algo más que un hermano, fue parte de mí. Mis manos se posaron en mis cabellos entrelazándose con mis dedos, las yemas pegajosas por el champú se movían, sigilosas, perfumando mi cabeza con esencias tropicales. Las ideas rondaban mi cabeza, como carceleros ante los barrotes protegiendo a la victima de un error poco común, me cercenaban las palabras que convocaban titulares de épocas pasadas. Fantasmas, presencias, entes o como deseen llamarlos pululaban durante épocas por el mundo con cadenas de sentimientos y dolor. Ayudas y plegarias, libros y estudios sobre pergaminos milenarios, resquicios de insignias, túnicas oscuras en catacumbas de adoradores del diablo, sectas y muertes, nuestras vidas y caminos recorridos en cada instante. El agua continuaba su recorrido cayendo junto con el jabón por mi cuerpo y el desagüe, cerré un instante la cascada cristalina ya algo caliente y enjaboné mi cuerpo mientras mi cabeza estaba en otros parajes, en los del alma. Me detuve en una imagen, hombres vestidos con largas túnicas por los laberintos y entresijos de los campos santos. Cánticos y rezos, aroma putrefacto de los nichos junto con el de la cera y el barro entrelazados con el aire revuelto por el incensario. Chapoteo entre los charcos, viento meciendo los árboles, juego de palabras en un tablero sin reglas que es la vida mientras la hoz de la muerte se mece, como las cuerdas del arco de un violín. Sollozos trepando por el aire, el miedo enrarecía la estampa y aquellas figuras moviéndose lentamente como si fueran marionetas. Abrí el agua y cayó sobre mi cuerpo que palpitaba con la respiración entre cortada, mi boca se abrió y mis ojos que hasta ese instante, y no sé como, tenía cerrados contemplaron los azulejos mientras me apoyaba en ellos con mis manos convertidas en garras.

-Michel.- Aquel susurro me alejó de mis funestos pensamientos, me giré y allí estaba desnudo.-¿Te queda mucho?- Murmuró mientras se arropaba con una toalla en su cintura.

-Estaba a punto de salir, aún así, espera un poco hasta que el termostato caliente más agua.-Respondí buscando mi albornoz que me dio con diligencia.

-Entiendo.- Repuso mientras se apoyaba en el lavabo.

Lo esquivé y me sequé rápidamente buscando en mi armario ropa interior limpia y algo de abrigo. Reí al encontrar mis viejos pantalones anchos, eran mis favoritos y los traje cuando vine a vivir a este lugar hacía ya más de cinco años. Decidí ponerme aquella prenda y rememorar viejos tiempos cuando era un conquistador nato, un joven alocado y lejos de la terrible soledad en la que me fundía. Tomé una camiseta y una sudadera, busqué un par de calcetines y me puse los deportes, parecía un quinceañero frente al espejo. Mis cabellos despeinados y húmedos caían, por los hombros y sobre mis ojos, dándome aspecto de loco extraviado. Me senté sobre la cama y medité sobre el aluvión de imágenes, las sensaciones y el sabor agridulce de aquel estigma. La muerte y la vida escribiendo un guión de película de terror.

-Piensas demasiado, es todo más fácil de lo que crees.- Repuso mientras se sentaba aún húmedo junto a mí.

-No creo que lo haga.- Murmuré con la mirada perdida sobre el suelo.

-No existe las parcas, tampoco los mundos de castigo o los divinos donde todos leen poesía y son felices, la mitología y la ignorancia se diluyeron hace cientos de años aunque el hombre sigue ciego. La muerte representada como tal es un invento, una fantasía, pues es la propia vida. Seres decrépitos que dominan el mundo durantes milenios, es imposible. No existe Dios, ni Lucifer, ni los santos ángeles custodios, como no existen los vampiros o las hadas. Escucha atento el lamento del padre tiempo que quedó atrapado en un reloj de arena, escucha las gujas y el tintineo de un reloj digital marcando una nueva hora, el tiempo transcurre y la tierra sigue girando cada vez más nauseabunda. El ser humano sigue con sus invenciones, la ciencia sabe curar miles de enfermedades y venden sus inventos al mayor postor en vez de a niños enfermos, todo se autodestruye al paso que se crea. La naturaleza ya no tiene a Dafne, ni a ninguna ninfa, como tampoco Artemisa para proteger las pocas especies animales, que antaño abundaban, en esta despoblada esfera carente de compasión y salud. Demeter solloza lágrimas de sangre por las sequías e inundaciones de lluvia ácida. Contempla las nuevas tecnologías y pocas colaboran con el medio ambiente. Mira el humo de las fábricas, ellos terribles cigarrillos cancerígenos para los pulmones que desaparecieron del Amazonas. ¿Qué dios podría luchar contra el hombre? ¿Qué seres podrían ir al cielo con tanta codicia? No existe el bien como tampoco el castigo, no existe el futuro sino el presente lleno de pesar, las fotografías del pasado están cubiertas con telarañas andrajosas que envuelven nuestros ojos. El hombre, como bien dijimos ya, destruye al hombre. Cuando fallecemos vagamos durante algún tiempo hasta cumplir nuestra misión o satisfacer nuestro dolor e incluso saber de nuestra propia perdida. Mira, lo que viste son espectros errantes, sectarios del toro o de cualquiera de los creyentes en Satán, ellos creen que imprimiendo sufrimiento constante a las almas. Quiero decir, ellos creen que cumplen su misión tras la muerte y por ello caminan por cementerios o se crean una jerarquía inclusive. La sombra era uno de ellos, simplemente este domina una zona regional y se mueve con bastante facilidad.- Dicho esto se recostó en la cama y dejó que su vista se alzara al techo mientras la mía se posaba en su rostro sereno.

-¿Cómo averiguaste eso?- Cuestioné reposándome junto a él, nuestras miradas por un segundo se cruzaron.

-Roban nuestros antiguos cuerpos, las túnicas se concuerdan con las usadas en dichas sectas, la sombra dijo hacer un favor a Dios…no hay que ser un erudito para llegar a eso.- Comentó girándose hacia mí.

-Ya, sólo es una hipótesis.- Murmuré.

-Lo sé, tenemos que demostrarlo, hay que ir a Jerez.- Dijo aproximándose hacia mi rostro.

-Ir allí y buscar soluciones.- Repuse contemplando en su mirada la ilusión de volver a nuestros cauces normales, es decir, volver al trabajo.

-Pues bien, mañana nos pondremos en marcha ¿no?- Cuestionó en tono quedo.

-Yo había pensado descansar unos días, en los cuales recaudar información. No es bueno aventurarse a algo que, aunque no es del todo desconocido, no entendemos bien que es en su conjunto. Necesitamos anotaciones, libros, recopilación de datos y contrastarlos con los que recordemos. Hipótesis, teorías y algún razonamiento válido, es lo que necesitamos. Me he cuestionado mil veces dudas sobre nuestra existencia terrenal, sobre lo que abarca el universo en sus lindes y sobre el ser humano en un conjunto animado de moléculas. Ahora, tras estudiar mil conceptos filosóficos y recordar otros tantos de épocas pasadas que mi alma vivió, necesito centrarme y sentir que todo tiene un hilo conductor. Sé que el altísimo, Dios, Yahvé o como deseen llamarlo, no existe al igual que la bondad absoluta en el hombre. Me encamino a pensar que todo esto tiene que ver con circunstancias históricas, almas relegadas a un mundo que no conocen y creen entender, sensaciones místicas y aullidos de ingratos que creen que el camino del mal es el único correcto. Sabes que ni todo es blando ni todo es negro, es una gama de grises, una paleta de distintos tonos que versan hacia un lado distinto de la balanza. Necesitamos esa información, esa objetividad, alejarnos de ideas propias y estudiar como tocar el tema. No podemos adentrarnos el laberinto sin un mapa preliminar, sin desear trazar unas pautas o ruta.-Dije haciendo un inciso mientras me fundía en su rostro convulso en una sensación de tranquilidad o monotonía.-Estamos carentes de algo, siempre terminamos conociendo la verdad y feneciendo. No dejemos nada a la suerte o la improvisación, esta vez quiero meditar cada paso que doy, y sobretodo, donde me conduce. Creo que estarás de acuerdo, o eso espero, sobre mi postura.-Murmuré posando mi rostro sobre la cobertera fría de la cama.

-Sí, tienes razón. No creo que deba alegar nada en contra.-Repuso quedando de aquella postura, impávida de muñeco roto, que me recordó a su antiguo ser.

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Lestat de Lioncourt