Akane.K es un fan art de una serie que no recuerdo >_<
Capítulo quinto: Preguntas sin resolver.
Hice mis ejercicios, un texto y pasé los apuntes al ordenador para luego enviárselos a Héctor. Iván llamó pasadas las siete y media de la tarde. Mi madre había salido con mi padre a dar una vuelta, mi hermana a ver una película en casa de una amiga y yo estaba a solas conmigo mismo. Cuando llegó eran casi las nueve y el resto de mi familia no había vuelto. Mis padres quedaron en casa de unos amigos para comer y mi hermana hizo lo mismo, de nuevo estaba solo con él. Su sonrisa hipócrita y los ejercicios sin resolver. Me dediqué a refunfuñar mientras cooperaba en cada pregunta. Intenté que entendiera por completo el primer tema de Literatura, era esencial que lo hiciera, además de los ejercicios de Lengua junto con los de Historia. Después me dijo que deseaba quedarse a dormir conmigo, que teníamos cosas que conversar y que sus padres lo sabían. No deseaba que se quedara conmigo, me gustaba pero odiaba que me tuviera de felpudo. Al final accedí haciendo unos huevos fritos, patatas y una ensalada. Claro que antes de comer lo que preparó tuvo que hacer la típica broma de si había echado veneno.
Estaba fregando cuando mis padres volvieron, estos se quedaron algo asombrados ante mi propuesta de dejar dormir a mi amigo en casa. Susana, mi hermana, llegó y se encontró con el capullo sentado frente al televisor sonriendo patéticamente. No hicieron demasiadas preguntas, era un compañero al que ayudo en los estudios y estamos intentando hacer una buena amistad a partir de ello. Así que tras las presentaciones nos encerramos en mi cuarto.
-Jamás pensé que tuvieras Katana, el otro día no la vi.-Comentó sentándose en mi cama.
-Sí, sé usarla.-Respondí sentándome en la silla del ordenador.
-En serio eres homosexual.-Dijo sonriendo.
-Sí, pero habla bajo mis padres no lo saben.-Comenté sentándome a su lado. Necesitaba besarlo, mis labios tiritaban y mis manos deseaban deslizarse por debajo de sus ropas.
-¿Has follado ya?-Pregunto en susurros.
-No.-Me tembló todo el cuerpo y dije una negativa rotunda.
-¿Me la chuparías?-Se aproximó a mí cogiéndome de la cintura.
-¿Qué?-Estaba helado, mil cosas pasaron por mi mente.
-No hay compromiso, solo quiero saber que se siente cuando te lo hacen. He estado con muchas tias pero ninguna se ha dignado a darle besitos a junior.-Sus ojos se clavaron en los míos muy cerca de mi rostro.
-La verdad es que me has dejado de piedra con lo que acabas de decir, pero no creo que sea bueno para ninguno de los dos.-Balbuceé y por dentro deseaba tomarlo, abrazarlo y desnudarlo para que sintiera todo el placer que le podía regalar. Sé que esto no es de tu incumbencia sin embargo lo que sucedió luego me hizo sentirme mal, necesito que lo entiendas.
-¿Y eso?-Cuestionó divertido.
-Para mí es porque nos pueden escuchar mis padres, para ti es porque puedes volverte más maricón que yo.-Susurré en su oído derecho haciendo que rozaran mis labios su piel.
-Tócala, es grande mi precioso brujo.-Dijo tomándome de la mano y pasándomela por su bragueta
-¿Llegaste a esa parte?-Pregunté curioso mientras notaba la dureza de su entrepierna.
-Sí.-Susurró
-Chúpala más tarde cuando se vayan todos a dormir, te gustará seguro.-Yo no deseaba tan sólo eso, quería más y algo estable que siempre pudiera alcanzar.
-¿Qué gano yo?-Pregunté como si fuera un trato.
-Que mis amigos dejen de insultarte.-Sonrió levemente y me quedé con la mirada fija en sus jugosos labios.
-Me resbalan.-Respondí.
-Un beso, te daré un beso con lengua que te dejará sin respiración.-Susurró quitándome la mano de sus pantalones.
-De acuerdo.-Acepté porque era lo que siempre había estado deseando.
Después de tres horas enseñándole mi colección de manga y anime junto con mis dibujos propios, de hablar sobre series que a ambos nos gustaban o grupos góticos que él conocía me di cuenta que no era tan estúpido. Me atraía sexualmente y me enloquecía la forma tan canalla de responder aunque a veces fuera hiriente, además de lo que estaba descubriendo de él. No éramos tan distintos y el beso vino sin que yo esperara que iniciáramos nada. cuando sentí su boca caliente y su lengua jugar con la mía fue como un sueño. Me recosté sobre él mientras cerraba los ojos para notar sus manos recorrer mi espalda. No sé cuanto duró, quizás más de cinco minutos regalándonos caricias y llegué a olvidar el porqué de ese grandioso acontecimiento.
-Me gustas mucho.-Susurré cuando paré un instante y fui a morder su cuello.
-Para, solo era un beso y te estas aprovechando.-Comentó apartándome.
-¿Qué?-Había perdido total consciencia de mí.
-Solo un beso y tú alegrabas a mi amigo.-Masculló.
-Lo olvidé.-Estaba feliz, como en una nube, recostado sobre él.
-Hazlo.-Me apartó de él y se bajó los pantalones.
Aquello me venía grande, no quería hacerlo porque me sentiría peor. La tomé entre mis manos y comencé a acariciarla, luego me la introduje en la boca y me creí por un instante que podría gustar. Quise pensar a ambos nos gustábamos mientras lo hacía. Su rostro expresaba deseo, placer y necesidad. Fue mi primera vez por así decirlo. Cuando todo acabó me recosté sobre él deseando notar sus brazos rodeándome, como yo lo hacía con él. No hubo nada, solo rechazo. Me sentí vacío, patético y usado. Logré dormir tras varios intentos y cuando me desperté él aún dormía.
Decidí irme a la ducha, sentir el agua borrar sus caricias y sumergirme en un estado de inconsciencia. Me vestí con una camisa y sudadera finas junto con una chupa vaquera oscura. No hay nada que no sea negro en mi armario, aunque tenga combinaciones con rojo o blanco. Él seguía en la cama mientras tomaba un café sentado en la silla, lo miraba con deseo y me aproximé a él para besarlo. Sentir de nuevo sus labios me excitó. Iván entonces se despertó y me paró apartándome. Volví al asiento y sonreí observando la ira de sus ojos.
-Buenos días, dúchate y desayuna.-Dije tomando un trago de café.
-No te acerques más a mí.-Masculló.
-Que desagradecido, encima que te hice un favor.-Carraspeé con aires de superioridad.
-Tienes razón, pero no quiero que se convierta en un habitual, no me van los tios.-Respondió.
-Baja la voz, mis padres están levantados.-Susurré aproximándome a él.
Tras esto fuimos a clases, Héctor no apareció en todo el día y me preocupé. Iván seguía siendo el mismo idiota de siempre, los profesores no mandaron tarea y yo me sentí más aliviado. Después de las clases corrí a darme una nueva ducha ligera de agua para salir a correr. En el gimnasio me sentí liberado, fui tras una carrera por toda la ciudad, y luego me mudé con la ropa que guardaba en la taquilla. Mi madre me recogió, en escasas ocasiones venía a recogerme, y ahora tras una merienda algo suculenta me encuentro escribiendo esto. He repasado algo los primeros temas de todas las asignaturas. Pero aunque he estado todo el día ocupado no he parado de pensar en ese beso, notar su lengua acariciando mi boca me desquiciaba y el recuerdo me destrozaba. ¿Por qué el amor es tan complicado? ¿Cómo estará Héctor? ¿En realidad merezco que sea mi amigo? ¿Iván se siente atraído por mí? ¿Sólo fue un juego? Demasiadas preguntas y no tengo solución a ninguna. Por primera vez no sé resolver un misterio tan simple como un sentimiento, aunque ese sentimiento sea el que me hace seguir viviendo.
Hice mis ejercicios, un texto y pasé los apuntes al ordenador para luego enviárselos a Héctor. Iván llamó pasadas las siete y media de la tarde. Mi madre había salido con mi padre a dar una vuelta, mi hermana a ver una película en casa de una amiga y yo estaba a solas conmigo mismo. Cuando llegó eran casi las nueve y el resto de mi familia no había vuelto. Mis padres quedaron en casa de unos amigos para comer y mi hermana hizo lo mismo, de nuevo estaba solo con él. Su sonrisa hipócrita y los ejercicios sin resolver. Me dediqué a refunfuñar mientras cooperaba en cada pregunta. Intenté que entendiera por completo el primer tema de Literatura, era esencial que lo hiciera, además de los ejercicios de Lengua junto con los de Historia. Después me dijo que deseaba quedarse a dormir conmigo, que teníamos cosas que conversar y que sus padres lo sabían. No deseaba que se quedara conmigo, me gustaba pero odiaba que me tuviera de felpudo. Al final accedí haciendo unos huevos fritos, patatas y una ensalada. Claro que antes de comer lo que preparó tuvo que hacer la típica broma de si había echado veneno.
Estaba fregando cuando mis padres volvieron, estos se quedaron algo asombrados ante mi propuesta de dejar dormir a mi amigo en casa. Susana, mi hermana, llegó y se encontró con el capullo sentado frente al televisor sonriendo patéticamente. No hicieron demasiadas preguntas, era un compañero al que ayudo en los estudios y estamos intentando hacer una buena amistad a partir de ello. Así que tras las presentaciones nos encerramos en mi cuarto.
-Jamás pensé que tuvieras Katana, el otro día no la vi.-Comentó sentándose en mi cama.
-Sí, sé usarla.-Respondí sentándome en la silla del ordenador.
-En serio eres homosexual.-Dijo sonriendo.
-Sí, pero habla bajo mis padres no lo saben.-Comenté sentándome a su lado. Necesitaba besarlo, mis labios tiritaban y mis manos deseaban deslizarse por debajo de sus ropas.
-¿Has follado ya?-Pregunto en susurros.
-No.-Me tembló todo el cuerpo y dije una negativa rotunda.
-¿Me la chuparías?-Se aproximó a mí cogiéndome de la cintura.
-¿Qué?-Estaba helado, mil cosas pasaron por mi mente.
-No hay compromiso, solo quiero saber que se siente cuando te lo hacen. He estado con muchas tias pero ninguna se ha dignado a darle besitos a junior.-Sus ojos se clavaron en los míos muy cerca de mi rostro.
-La verdad es que me has dejado de piedra con lo que acabas de decir, pero no creo que sea bueno para ninguno de los dos.-Balbuceé y por dentro deseaba tomarlo, abrazarlo y desnudarlo para que sintiera todo el placer que le podía regalar. Sé que esto no es de tu incumbencia sin embargo lo que sucedió luego me hizo sentirme mal, necesito que lo entiendas.
-¿Y eso?-Cuestionó divertido.
-Para mí es porque nos pueden escuchar mis padres, para ti es porque puedes volverte más maricón que yo.-Susurré en su oído derecho haciendo que rozaran mis labios su piel.
-Tócala, es grande mi precioso brujo.-Dijo tomándome de la mano y pasándomela por su bragueta
-¿Llegaste a esa parte?-Pregunté curioso mientras notaba la dureza de su entrepierna.
-Sí.-Susurró
-Chúpala más tarde cuando se vayan todos a dormir, te gustará seguro.-Yo no deseaba tan sólo eso, quería más y algo estable que siempre pudiera alcanzar.
-¿Qué gano yo?-Pregunté como si fuera un trato.
-Que mis amigos dejen de insultarte.-Sonrió levemente y me quedé con la mirada fija en sus jugosos labios.
-Me resbalan.-Respondí.
-Un beso, te daré un beso con lengua que te dejará sin respiración.-Susurró quitándome la mano de sus pantalones.
-De acuerdo.-Acepté porque era lo que siempre había estado deseando.
Después de tres horas enseñándole mi colección de manga y anime junto con mis dibujos propios, de hablar sobre series que a ambos nos gustaban o grupos góticos que él conocía me di cuenta que no era tan estúpido. Me atraía sexualmente y me enloquecía la forma tan canalla de responder aunque a veces fuera hiriente, además de lo que estaba descubriendo de él. No éramos tan distintos y el beso vino sin que yo esperara que iniciáramos nada. cuando sentí su boca caliente y su lengua jugar con la mía fue como un sueño. Me recosté sobre él mientras cerraba los ojos para notar sus manos recorrer mi espalda. No sé cuanto duró, quizás más de cinco minutos regalándonos caricias y llegué a olvidar el porqué de ese grandioso acontecimiento.
-Me gustas mucho.-Susurré cuando paré un instante y fui a morder su cuello.
-Para, solo era un beso y te estas aprovechando.-Comentó apartándome.
-¿Qué?-Había perdido total consciencia de mí.
-Solo un beso y tú alegrabas a mi amigo.-Masculló.
-Lo olvidé.-Estaba feliz, como en una nube, recostado sobre él.
-Hazlo.-Me apartó de él y se bajó los pantalones.
Aquello me venía grande, no quería hacerlo porque me sentiría peor. La tomé entre mis manos y comencé a acariciarla, luego me la introduje en la boca y me creí por un instante que podría gustar. Quise pensar a ambos nos gustábamos mientras lo hacía. Su rostro expresaba deseo, placer y necesidad. Fue mi primera vez por así decirlo. Cuando todo acabó me recosté sobre él deseando notar sus brazos rodeándome, como yo lo hacía con él. No hubo nada, solo rechazo. Me sentí vacío, patético y usado. Logré dormir tras varios intentos y cuando me desperté él aún dormía.
Decidí irme a la ducha, sentir el agua borrar sus caricias y sumergirme en un estado de inconsciencia. Me vestí con una camisa y sudadera finas junto con una chupa vaquera oscura. No hay nada que no sea negro en mi armario, aunque tenga combinaciones con rojo o blanco. Él seguía en la cama mientras tomaba un café sentado en la silla, lo miraba con deseo y me aproximé a él para besarlo. Sentir de nuevo sus labios me excitó. Iván entonces se despertó y me paró apartándome. Volví al asiento y sonreí observando la ira de sus ojos.
-Buenos días, dúchate y desayuna.-Dije tomando un trago de café.
-No te acerques más a mí.-Masculló.
-Que desagradecido, encima que te hice un favor.-Carraspeé con aires de superioridad.
-Tienes razón, pero no quiero que se convierta en un habitual, no me van los tios.-Respondió.
-Baja la voz, mis padres están levantados.-Susurré aproximándome a él.
Tras esto fuimos a clases, Héctor no apareció en todo el día y me preocupé. Iván seguía siendo el mismo idiota de siempre, los profesores no mandaron tarea y yo me sentí más aliviado. Después de las clases corrí a darme una nueva ducha ligera de agua para salir a correr. En el gimnasio me sentí liberado, fui tras una carrera por toda la ciudad, y luego me mudé con la ropa que guardaba en la taquilla. Mi madre me recogió, en escasas ocasiones venía a recogerme, y ahora tras una merienda algo suculenta me encuentro escribiendo esto. He repasado algo los primeros temas de todas las asignaturas. Pero aunque he estado todo el día ocupado no he parado de pensar en ese beso, notar su lengua acariciando mi boca me desquiciaba y el recuerdo me destrozaba. ¿Por qué el amor es tan complicado? ¿Cómo estará Héctor? ¿En realidad merezco que sea mi amigo? ¿Iván se siente atraído por mí? ¿Sólo fue un juego? Demasiadas preguntas y no tengo solución a ninguna. Por primera vez no sé resolver un misterio tan simple como un sentimiento, aunque ese sentimiento sea el que me hace seguir viviendo.
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