Capítulo Cuarto.
Situaciones límites.
Era dos de Agosto y quedaba nada para mi onomástica, para la gran juerga. Nos dedicamos a jugar, escribir algunas historias entre ambos y hablar sobre nuestros estudios. El próximo año empezábamos la universidad y yo tenía algo que decirle respecto a eso.
-Me vengo a vivir aquí.-Murmuré rompiendo la complicidad. Su mirada se dispersó de la serenidad a un sentimiento de nerviosismo.
-¿Aquí?-Preguntó asombrado.
-Sí, tu madre lo sabe y la mía.-Sonreí levemente ilusionado, si bien él no lo estaba tanto. Parecía incómodo, lleno de preocupaciones y su voz parecía entrecortada.
-¿Y eso?-Interrogó aún con la sorpresa inundando su cuerpo.
-No estudiaré filosofía, al final haré literatura.-Dije seguro de mis convicciones. La verdad es que hasta el último momento dudé, pero algo me impulsó a tomar las riendas de un acercamiento. Al menos viviría cerca de él, podría verlo a diario y soportar mejor el estrés de los estudios. Sabía que no había esperanzas de que él cambiara su sexualidad por mí, aunque en mi mundo de fantasía siempre había una oportunidad.
-Filosofía es lo que más te apetecía.-Percibí que no deseaba que yo viviera bajo su mismo techo.
-¿Y? Quiero estudiar filología hispánica.-Reproché levantándome del suelo, donde nos encontrábamos, sintiendo un vértigo que me agarraba del estómago tirándome hacia el piso. Volví a sentarme aturdido y apoyé mi cabeza sobre su hombro. Mi respiración se volvió agitada.
-¿Dónde vivirás?-Preguntó distante, tan distante que me produjo miedo.
-Contigo.-Susurré intentando recuperarme. Creo que me dio un ataque de pánico o se bajó la tensión de un plumazo.
-¿Qué?-Se asustó, lo noté.
-Tu madre se va a vivir con su novio, ella nos deja el piso para nosotros. Al menos eso nos dijo a mi madre y a mí.-Me eché hacia tras e intenté que no se diera cuenta de mi situación.
-No me había dicho nada.-Masculló.
-Es provisional.-Dije casi sin fuerza.
-Entiendo.-Parecía perdido en su fuero interno, eso me dolía.
-¿No te hace ilusión?-Pregunté aferrándome a él.
-Sí, claro.-Fueron las últimas palabras que escuché pues caí inconsciente.
Al despertar él estaba junto a mí en la cama, tenía una toalla fría en la cabeza y parecía preocupado. No dije nada tan sólo me eché a llorar abrazado a él. Me negaba a perderlo, no quería que alguien más lo tocara.
-¿Sigues queriendo ese regalo?-Murmuró secándome las lágrimas.
-Sí.-Asentí y entonces sentí sus labios sobre los míos, su lengua se abría paso en mi boca mientras sus dedos se clavaban en mi cintura. Mis ojos se bañaron en pequeñas perlas de dolor, sabía que ese beso no era nada para él y todo para mí. Sentí la necesidad de acariciar su rostro, lo hice y no me detuvo. Cuando todo concluyó mi mirada quedó fija en la suya e intenté seguir con otro, pero me lo impidió.
-Era solo un beso, ya lo tienes. Ahora estudia filosofía.-Apartó sus brazos de mí y sentí un total rechazo que me destrozó.
-No quiero, he tomado mi decisión.-Dije firme en lo que había elegido.
-Es lo peor que puedes hacer para olvidarte de mí.-Rechistó.
-Es que no es olvidarme de ti, sino recordarte y tenerte cerca sin que me hagas daño con tu presencia. Debo de aprender a convivir con el dolor, debo consolarme con tenerte a mi lado eternamente como amigos y no como amantes.-Respondí abrazándome a él.-Estoy mejor a tu lado aunque en un segundo plano, que estando lejos sin poder oler tu colonia.-Mi voz se quebró y sollocé sobre su pecho. Amaba poder tocarlo, contemplarlo y sentir su aliento junto al mío.
Quedamos recostados ahí sin hacer nada un buen rato, luego fuimos de fiesta y regresamos casi de mañana. Los días se acumularon y llegó el día diez arrasándome por completo. Él ya me había regalado aquel beso, sin embargo me compró una camiseta algo cara que había estado mirando días atrás. Su madre me regaló un colgante y el de mi madre lo vería al llegar a casa, era una pulsera con mi nombre grabado. No tenía ganas de fiesta pero yo solo me bebí una botella de tequila, Jairo también bebió lo suyo. Cuando despertamos estábamos desnudos, en la cama de su madre y por lo que parecía habíamos tenido relaciones sexuales. Me puse a llorar porque jamás pensé que llegaría el momento añadiendo que no recordaba nada.
-¿Qué ha pasado?-Murmuró cegado por la luz de la ventana.
-No lo sé, querría saberlo.-Dije secándome las lágrimas para dirigirme a la ducha.
-¿Lo hice?-Tartamudeó.
-Yo no recuerdo nada.-Mascullé cerrando la puerta del baño, me metí bajo una cascada de lluvia helada y sentí que el corazón se encogía. Me lavé y noté su esencia aún mancillándome, era extraño porque no recordaba el tacto de su piel contra la mía.
-Escúchame fue un error, estaba caliente y necesitaba sexo. Espero que esto no te lo tomes como un primer paso para algo, no ha significado nada para mí.-Estaba pegado a la puerta del aseo, yo comencé a llorar con más fuerza y rabia. Solo fui un divertimento y a lo sumo algo para calmar sus deseos.
-Sé que no soy nada para ti, lo único que me da rabia es no recordarlo. ¿Sabes? Te he dado mi primera vez.-Le reproché entre lágrimas.
-A mi no me importa lo que te haya dado o no, lo que quiero que esto quede entre los dos.-Comentó y me dieron ganas de salir empapado de la ducha, ponerme frente a frente ante él y golpearle duro en el estómago.
-Tranquilo, aquí el único maricón soy yo.-Dije frotándome con la esponja.
-¿Qué has querido decir con eso?-Dijo en el preciso instante cuando el agua limpiaba los restos de algo que yo había esperado años, y él había chafado al hacerlo ebrio.
-Si tuviera pechos sería tu chica ideal, no la tía esa usurpadora.-Respondí sincero.
-No es así.-Abrió la puerta y yo como acto reflejo salí de la ducha.
-Ya claro, luego me hablas de que el amor no se mide por el físico y que tú amas por como te hagan sentir.-Recriminé.
-¿Tienes valor de recriminarme algo?-Masculló cabreado.
-Yo estaba inconsciente, apenas recuerdo nada después del sexto vaso de tequila. No tengo que recriminarte nada, tan sólo decirte las cosas claras.-Tomé la toalla y quise salir de allí, pero él lo impidió.
-Sé más o menos que sucedió, vienen imágenes a mi mente pero no sé que fue antes o después. Estabas muy bebido y te tumbé en la cama, yo continué haciéndolo bastante nervioso por lo que ha sucedido estos días. La verdad, todo esto me viene grande, y no sé como tratarte ahora que sé todo. Tenías calor y te quité la ropa, la parte de arriba, para que estuvieras más cómodo. Entonces no sé que pasa hasta que comencé a besarte y a desnudarme. Luego vienen más imágenes, sin embargo creo que esas no tengo que describirlas.-Respondió.
-Espero que te divirtieras, porque yo me voy a casa.-Comenté.
-No, no sé que me pasó.-Susurró tomándome del brazo.
-Estoy enamorado de ti, me pides que me alejes y esta noche me violas.-Reproché mientras me mostraba débil de nuevo.
-No te he violado.-Comentó forcejeando conmigo, porque yo me resistía a que me mantuviera agarrado.
-Cierto, te has aprovechado.-Aparté sus garras de mi.
Después de esto discutimos y decidí quedarme para arreglar la situación. Tomamos una decisión importante, no hablar más de aquello en lo que restara de día y yo me dediqué a evitarle saliendo a pasear solo. Cuando llegó la noche su madre no volvió y yo decidí dormir en el sofá. Me dolía que me hubiera hecho el amor y no recordarlo, dolía no poder tener su rostro de satisfacción mientras me penetraba y mucho más que no significara nada. Me quedé dormido a las cuatro de la mañana después de intentar pensar en positivo, aunque no logré nada.
Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
Un saludo, Lestat de Lioncourt
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.
Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.
Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)
Un saludo, Lestat de Lioncourt
ADVERTENCIA
Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.
~La eternidad~ Según Lestat
jueves, 23 de agosto de 2007
Estío
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