Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

jueves, 1 de mayo de 2008

Pequeño Inciso


Imagen de Oki (nuevamente, tengo muchas aquí. Si no me equivoco es de un manga de 1998)




Este rubio tan descarado es muy similar al personaje que usa mi pareja en mi foro. Lo tenía que poner.

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¡Iros a la mierda! ¡Iros todos a la mierda!-gritó el principito desde el trono. Su corona brillaba por culpa de los rayos del sol que se filtraban entre las vidrieras. Sus cabellos dorados caían lánguidos sobre sus hombros y él se sentía tan abatido que no sabía realmente qué hacía, qué decía.-¡No quiero veros, no!-masculló enérgico y espantó a toda la corte.

Desde su posición podía ver a miles marcharse, sus caprichos esta vez no habían sido resueltos.

Lloraba, sí, lloraba.

Parecía un crío pequeño en medio de una pataleta, es lo que era.

-Mi príncipe.-murmuró un joven harapiento desde el final de la larga, y roja, alfombra.

-¡Qué!-bufó antes de notar su belleza. Su rostro entonces cambió a uno afable y seductor. Bajó del trono y caminó hacia donde se encontraba aquel muchacho. Su madre quedó asombrada y no dijo nada.

-Lamento que no sea feliz, porque su felicidad es la mía.-balbuceó al tenerlo a escasos metros y pendiente de él.

-Más lo lamento yo, porque no me había fijado en la belleza en medio de la inmundicia.-masculló acariciando el rostro del mendigo.-¡Lávenlo, trátenlo como si fuera yo mismo!-gritó haciendo que se abalanzaran sobre él para asearlo en los baños reales.

Horas después lo tuvo frente a él, besó sus labios y lo poseyó durante días. Al despertar del cuarto día él no estaba.

El príncipe lo buscó por el reino, por reinos cercanos y por todos los mares. Entonces, sólo entonces, supo que el amor de una sola persona es más importante que el capricho de uno mismo. Que la complicidad, las atenciones que puedes otorgar a otros y el cariño que encierras es un tesoro.

Jamás encontró a su amado, bueno sí...en el lecho de muerte volvió a él convertido en un ángel y este le perdonó todos sus pecados.

Murió con una sonrisa en los labios y nunca pisó el infierno, pues tuvo otro mucho más doloroso en la tierra.

1 comentario:

Arleqino dijo...

ey amigo, llegué hasta aquí buscando gente interesante, y realmente me dió mucho placer ver que tenemos muchas cosas en común. heavy metal, comics, vampirismo, y sobre todo... el teatro.

mi querido, viajaré por tus tierras con frecuencia.

saludos desde la lejana Argentina
a.

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt