Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

jueves, 17 de julio de 2008

Lamento en un ataúd


Amo a este hombre...




Hoy igual que ayer, ayer igual que hoy…

Esa es la marca de la inmortalidad, ya todo es lo mismo y lo cotidiano se hace pesado. Los matices de la vida se borran, quedan opacados por el sueño eterno. Cada vez deseas más dormir, que no te despierte esa sed innecesaria ya por tu longevidad. No quieres más cacería, pues en ese instante te vuelves un animal y olvidas por completo quien fuiste. La humanidad, la poca que vive en ti, se difumina y queda únicamente la necesidad.

Esa es la oscuridad, ese es el dolor y el pecado…tu lamento.

Mi lamento en realidad, el de todos los inmortales.

No importa que oscura sea la noche…ella no te absorbe, sino que te deja a la simple vista de cualquiera.

Y esas facciones…no importa si fuiste horrendo en la vida humana, ahora con tu seductor canto de sirena vendrán todos a ti.

Somos vampiros, hijos de la noche…amantes de Lilith y amantados también por su seno. Demonios en realidad. Deidades que beben el alma junto con la sangre de sus victimas, ya que la sangre es tan sólo una delicia de un cuerpo inanimado.

Y qué sucederá…¿qué?…

Cuando pasen los años y sigas en el mismo lugar…Serás el hijo, el nieto o quizás el pariente lejano del mismo hombre que eres…

¿Y el placer carnal? Ya no lo sientes, puedes hacerlo, pero no hay deseo. Tan sólo quieres un cuello, una muñeca o un hombro donde clavar tus colmillos…

Te entiendo tan bien, tanto…pero no podemos soportarnos. Porque he ahí otro maleficio, los vampiros somos alimañas que aunque se aman entre ellos no pueden permanecer demasiado tiempo juntos.

Eternamente solos, condenados y a oscuras. Eso es lo que sucede…No importa que veamos ángeles, que seamos demonios o que nos confundan con duques. No importa nada…

Sea como nos vean o veamos a quienes queramos…supliquemos o no la absolución…Estaremos solos en un silencio apabullante, el cual solo es roto por el bombeo del corazón de una nueva victima.

¿Esta noche serás tú mi victima?

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt