Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 24 de agosto de 2008

Encuentro en el Vanity



Imagen de Cat Casino, la imagen que uso para el rol con mi pareja.




Era verano, el Vanity estaba repleto y yo gozaba de mi pase de consumiciones gratuitas. El local fue para mí en mi etapa mortal necesario, era donde me refugiaba de mi familia. Cuando me convertí en vampiro dejé de usarlo como guarida, para convertirlo en mi coto de caza privado. Sí, aunque suene violento y cruel, voy en busca de víctima a esos lugares de diversión. Quizás tenías en mente a los viejos vampiros, aquellos que se ocultaban en las sombras y esperaban su oportunidad en un callejón. No, yo no soy así. Verán soy el hijo de Lestat de Lioncourt, tengo clase de sobra para espiar a mi víctima, saber cuál es la apropiada y devorar su sangre hasta el último aliento. En realidad, bebo su aliento vital y la sangre es únicamente parte de ello. Como decía, era verano y estaba en el Vanity. Los cuerpos de cientos de jóvenes se tocaban al ritmo de una balada rock. El sudor recorría sus frentes mientras se besaban o discutían al fondo. El color de los focos era estridente, como el decorado, y me llamaba sumamente la atención. Pronto, deslicé mi vista de la barra y del barman que me servía un whisky. Al fondo había un joven, cabellos plateados, ojos azules como un zafiro y mandíbula bien marcada. Todo un semental, todo un lobo.

-Buenas noches.-dije con una sonrisa.-¿Te aburres?-murmuré tomando mi copa de la barra.-Me llamo Louis, encantado.-esperé a que me estrechara la mano, como así hizo.

-Un vampiro -murmuró frunciendo el ceño, un gesto de gruñón insoportable- No me toques, sucio -dijo mirándome a los ojos con un aire de discordia y asco.- Tu olor me provoca náuseas -era bastante rudo y lo hubiera mandado a la mierda si no hubiera sido porque parecía interesante- No intentes seducirme, todos los de vuestra especie sois iguales.-yo no quería seducirlo. Estaba aburrido y quería conversar, me educaron en la igualdad entre los hombres y nosotros éramos hombres a pesar de nuestras razas. Se apartó de mí, tomando el vaso de whisky entre sus manos para tomarlo de un solo trago-Si me disculpas...

-Yo sólo quería bailar.-una lágrima se deslizó por mi mejilla.-Creí que te aburrías y podríamos conversar, bailar, y te invitaría a algo.-me senté en mi taburete y me derrumbé sobre la barra. Odiaba ser lo que era, me habían convertido por puro capricho y ahora nadie me aceptaba.

Se sentó a mi lado, cruzándose de piernas y suspiró.

-No tengo buen día ¿vale? Me ha atracado un, puto y asqueroso, vampiro y para colmo ha intentado violarme, el muy inútil –volvió a fruncir el ceño y luego me observó, después se quedó mirando al barman- Pon dos whiskies, pago yo.-me miró de nuevo y dio una pequeña sacudida.-Levanta la cabeza o me largo.-parecía más una orden que un intento barato de consolarme.

-No tienes porqué invitarme.-le mostré la tarjeta.-Es como un pase vip, no tengo que pagar nada.-dije incorporándome por completo.-Me la dio un vampiro que trabaja aquí, es amigo mío.-ese vampiro era Mike, le decían “the cat”.-Mi padre me dijo que jamás atacara a un lobo, que nuestros enemigos, los únicos, eran los demonios.-susurré mirándole fijamente.-Yo sólo quería bailar, porque me aburría.-insistí en que era eso y no la atracción que sentía.

Así comenzó todo. En la barra de un bar. Al final tanta insistencia valió la pena y bailó conmigo. Parecía que le gustaba, después en su casa lo dejó bastante claro. Terminamos en la cama, me acarició zonas que eran desconocidas para mí. Sin duda, fue la mejor noche de mi vida. Ahora estoy llorando, hace unas horas sucedió algo, fue infiel por culpa de sus instintos más animales y no sé que hacer. Quiero estar con él, pero no quiero traiciones. Sin embargo, sé que volveré a sus brazos, soy débil y no me importa quedar como un idiota.


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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt