Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

lunes, 25 de agosto de 2008

Little Angel


The cat


Me desperté a eso de media noche, el reloj del salón marcaba el ritmo de las doce campanadas al ser un reloj cuco. Mis ojos se perdían en el techo mientras un sudor frío recorría mi cuerpo. Había sido una pesadilla lo vivido. Una terrible pesadilla. Eso era lo que me había despertado, lo que me arrancó de un sueño lleno de fantasía. Sin embargo, el ambiente estaba enrarecido. El aire de la habitación parecía pesado y había un aroma fétido que me asfixiaba. Encendí la luz y lo vi.

Era el cadáver de un muchacho, apenas un niño, de cabellos cobrizos y cuerpo de estructura débil. Parecía como si le hubieran sacado toda la sangre, estaba descomponiéndose frente a mí. Lo conocía. La noche anterior bailé con él en una discoteca, no sabía que yo sería su asesino. Aunque, no piensen mal de mí pues yo mato únicamente a bastardos. Ese desgraciado golpeaba a su madre desde los doce años, incluso la había amenazado y echado de casa. Simplemente, se lo merecía.

Me levanté dando tumbos y lo guardé en el armario, mi hija no debía verlo. Después sonreí al recordar al chico de la noche anterior. Ese que no tenía nada de inocente y tampoco de culpable, un ser de otra raza a la humana. Yo no soy humano, lo aparento, y apenas hace unos meses que lo soy. Sin embargo, él era mayor que yo y un Lycan.

- Stand here for me angel, Oh little child so broken and wild. Bear not life on your shoulders, just kiss it one last time.-empecé a cantar como si nada, buscando una solución para ocultar la muestra de mi asesinato. Pensé en tiralo al canal, pero también el porqué lo había llevado a casa. Quizás fue un simple recuerdo o para no olvidar lo que soy.- Was the music to loud for you, to raw to be true. Were the abstracts too dark for you, I beg you now to watch the sky so bright, see all its light-fade.-me movía por la habitación y prendí un cigarillo dejando que el humo despejara mi mente.-Al canal.-lo agarré del armario y lo envolví en una manta, para luego deslizarme por toda la casa con él en brazos. Recé porque mi hija no despertara, bajé hacia un canal cercano y lo arrojé.- Here I am, was it everything you spoke of Oh little angel. Here I am, was it everything you've dreamt of Oh little angel.-subí las escaleras y entonces tropecé con él.

-Buenos días.-besó mi frente. Él se había quedado a dormir en casa, era eso. Esa sensación extraña era él. El chico no había sido asesinado esa noche, sino otras atrás. Ya recordé porqué lo traje, me sentía solo en las noches y lo usé durante algunas como un muñeco de peluche. Ahora, era un maniquí maloliente tirado al canal cercano. La habitación en la que estaba era la de huéspedes, y aquel lobo estaba en mi habitación. Ahora entendía lo que Lestat me había contado de Claudia, esos juegos infantiles en el hogar. Sí, esos asesinatos y guardar los cadáveres. Era para contemplarlos, para acariciarlos y luego mecerlos odiándolos con todo el corazón.

-Buenos días.-respondí colgándome de su cuello. En realidad eran buenas noches, pero yo era una criatura nocturna.

-Papá mira que dibujé.-era la voz de mi hija, corría a mí con un dibujo de Dio y mío. Sonreí agachándome mientras la tomaba en brazos.

-Lo podremos en la nevera.-comenté clavando mis ojos verdes en mi lobo. Al fin lo tenía, después de días tras él y de un intento fallido de coqueteo. Estaba en mi cama, no en la de otro, y decía que sería algo más para mí que un simple polvo de una noche.

-¿Qué cantabas?-preguntó mi compañero con una sonrisa.

-Una canción de los Deathstars.-respondí sin más tomando a Rev de la mano para bajar las escaleras.

-Tienes una voz sexy, ¿lo sabías?-me pellizcó el trasero con todo el descaro del mundo y reí bajo como un colegial.

-Papi no la tiene sexy, la tiene dulce.-refunfuñó mi pequeño y luego salió corriendo hacia la cocina.

-¿Dónde saldremos hoy?-pregunté colgándome de su cuello.

-Donde tú quieras little angel.-besó mis labios dulcemente y creo que enloquecí más de lo que ya estaba.

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt