Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

jueves, 17 de septiembre de 2009

Dark City - capitulo 9 -Días precipitados, demasiado precipitados XIV

Este es el final de este capítulo. (Ahora las cosas se complicaran un poco más en la vida de Atsushi... Muahahahahaha)

Cuando salí del hospital lo hice de una forma muy distinta a la última vez. En esa ocasión volví a casa con los ánimos bajo mínimos, me sentía una carga y que todo lo que había hecho en mi vida fue dañino. Pero tras la conversación con mi antigua mujer, también con las pequeñas burlas hacia Hizaki y su princesa Zanahoria, o Anoria como lo llamaba el pequeño Jun, junto al gran momento de conocer a mi primer nieto… todo eso hizo que me diera cuenta que no ensucié tanto el mundo.

Aunque no nos damos cuenta cada pisada que damos, cada momento de nuestra vida, hacemos que otros cambien o que el mundo que conocemos cambie. Muchos soñadores y bohemios dicen que desean cambiar el mundo, pero el mundo es muy amplio y es una tarea imposible. Lo mejor es cambiar nuestro entorno y cuanto menos daño causemos menos deudas dejaremos a nuestros hijos. Así es la vida. Es un eterno ciclo. Las personas maduramos de una forma u otra, cambiamos y evolucionamos debido a las circunstancias.

Es curioso que muchos se crean más adultos por una edad, una fecha tan sólo en su vida anterior a la de otro. Nadie es igual, nadie es diferente. Todos pasamos por dificultades y también etapas de tranquilidad. Hay instantes que se pueden parecer a vivencias de otros, pero jamás se ven de la misma forma ni se vive de la misma intensidad. Se pueden dar consejos, si bien no son seguidos porque es mejor darte de bruces por ti mismo. Yo había descubierto esta lección, mientras bajaba los escalones hacia la calle.

Decidí dar un paseo antes de montarme en mi coche y volver a casa. Los jardines cercanos al hospital siempre estaban llenos de niños. Eran niños que vivían casi permanentemente en aquel edificio. Habían pintado por dentro las galerías infantiles con dibujos, colores llamativos, fotografías de globos aerostáticos y cuentos, sin embargo el contacto con la naturaleza parecía mejorarlos aún más.

Me senté bajo un haya. Es un árbol que siempre me ha llamado la atención, son centenarios y sus ramas parecen alcanzar el cielo acariciándolo. Próximo a mí había un niño de no más de seis años, por su aspecto sabía que tenía alguna enfermedad como el cáncer o la leucemia. Sin embargo era ajeno a ese dolor, a los sentimientos de miedo que recorrieron todo mi cuerpo. Ya no era únicamente por Phoenix, sino también por mis hijos y nietos. Temía que el cáncer de mi madre apareciera en ellos o en mí, pero yo era fuerte sin embargo ellos no. Al menos, pensaba que ninguno de ellos podría soportarlo. Primeramente lo miré con los ojos llenos de angustia, aunque como he dicho sonreía y parecía tan vital que me hizo reír ante sus comentarios.

Estuve allí como una media hora, pero luego me marché a casa. Nada más llegar me vi a mi pareja tirado en el suelo junto a nuestro pequeño. Era nuestro, a pesar de lo que dije una vez. Me quité la camisa y la ropa que había usado en la calle, para luego acomodarme junto a ellos observándolos.

-Phoenix.-susurré besando su cuello y su hombro desnudo por culpa de la camiseta de tirantas.

-¿Hiciste muchas fotos?-interrogó acariciando la nariz de Jun.

-No, está en incubadora y cuando salga ya habrá fotos.-comenté.

-Nació pequeñito, pero no tienes que preocuparte.-sonrió mirándome con esos ojos ambarinos que me hacían sumergirme en ellos. Era como un mar bañado por un sol dorado, por un sol de rallos cálidos que me atrapaba por completo.

-Te amo.-murmuré acariciando sus cabellos, para luego pasar mi mano por su espalda.

-Y yo a ti.-respondió buscando mis labios para atraparlos.-Ha llegado un obsequio para ti.-susurró próximo a mis labios.

-¿Un obsequio?-interrogué alzando una ceja.

-Un obsequio, trae una tarjeta y pone “Riff Raff”.-murmuró recostándose en la alfombra con el bebé sobre su cuerpo.

-Ya sé de quien es.-dije levantándome con una sonrisa.

-Está en tu despacho, lo dejé allí.-el niño balbuceaba tirando de su pelo y su collar.

-Mio.-murmuró riendo.

-Sí, papá es tuyo.-susurró besando su frente.-Soy todo tuyo y del gruñón.-dijo mirándome esperando algún bufido.-Del gruñón canoso y con arrugas.

-No tengo canas, no tengo arrugas y no gruño.-mi respuesta únicamente hizo que se riera con el bebé.

Decidí dejarlos allí, riéndose de mí y de mi reacción infantil. Fui hacia las escaleras y al llegar a mi despacho vi aquella caja negra. Era una caja negra con un lazo rojo. Al abrirla había una botella de Barolo y una pequeña nota.

“Espero que te guste, es un buen vino y espero que celebres de esta forma tu recuperación.

Atentamente,

Riff Raff”

Sí, tenía mucho que celebrar. Desde entonces encaré la vida de una forma distinta.

2 comentarios:

Charlie dijo...

hola
vengo a dejarte mi mordisco

muy interesante lo leido
lo sigo caballero
un beso
;)

Pawi dijo...

Me gustó la página, como fanática de Anne Rice y de la película de Neil Jordan, pronto la recomendaré en mi página.

Agradezco los videos y referencias.

Mojo está genial.

Y nunca me cansaré de ver algo de Depeche Mode y mucho menos de Bowie, es lo mejor.

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt