Lestat de Lioncourt

-A veces me parece imposible que tú estés a mi lado, que permanezcas aquí después de todo.-comenté abrazándolo para cubrirlo con la manta y mi cuerpo.

-Porque te amo, te perdono todo por simple amor.-respondió besándome de forma tierna en la mejilla derecha, para luego dejar otro en la izquierda.

-Mi forma de amar tal vez deje de ser la que buscas, entonces huirás de mi lado.-dije mirándolo con seriedad.

-No empecemos.-dijo quedándose sobre mi vientre, observándome minuciosamente mientras acariciaba mi cicatriz.-Tú lo eres todo para mí. No sé qué haría sin ti, porque has cambiado mi mundo y ya no quiero volver hacia atrás. Sé que hemos pasado cosas malas, también cosas buenas. Las buenas recompensan cualquier mal momento, cualquiera sea culpa tuya o mía.-lo miraba fijamente intentando comprenderlo, pero no podía. Era demasiado bueno conmigo, demasiado para lo que me merecía.

-Te amo.-era una palabra simple, pero su rostro se iluminaba cuando lo decía.

-Espera, debo de darte una cosa.-se levantó tirando las sábanas al suelo.

Yo me quedé allí contemplándolo, observando como buscaba por los cajones de la cómoda. Hurgaba entre su ropa y sacó una carta. Sonreía sin parar, parecía completamente radiante como el día de la boda.

-¿Qué es?-dije mientras abría el sobre.

-Es del hospital.-comentó.-Te explico un poco.-dijo agarrándome de las manos y yo me quedé confuso.- ¡Estoy mejor de mis analíticas! Aunque me está costando ser constante en mis exámenes médicos.-murmuró esperando alguna reacción de mi parte.

Me quedé helado. Jamás pensé que ese día llegaría. Que mejorara al fin en su enfermedad era un alivio y una oportunidad de poder ver la vida de forma distinta. Me incorporé abrazándolo y besándolo de forma prácticamente salvaje. Mi lengua se enredaba en la suya y mi aliento se perdía. La vida nos daba un pequeño respiro.

Había conocido demasiados casos de cáncer y leucemia, todos tuvieron finales trágicos y esta vez parecía distinta. Acariciaba lentamente su cuerpo, palpando su espalda desnuda. Jugaba con su pequeño cuerpo escaso de carne, tan delgado y frágil como erótico y fuerte. Aquella carta era una pequeña victoria, aunque no había que dejarse llevar pues tendríamos que estar en alerta siempre. Debía seguir con el tratamiento hasta erradicar la enfermedad.

Nunca pensé que un trozo de papel me diera tanta calma y felicidad. Simples palabras de vocabulario inscritas en dos folios, dos folios cualquiera, en un sobre rectangular. Aquello no me pareció un sobre común, sino el cofre de un tesoro increíble para ser descrito.

-Estoy orgulloso de ti, de tu fuerza y de que sigas el tratamiento de una buena vez.-susurré besando su frente mientras lo arropaba de nuevo.-No sabes cuánto deseaba tener la prueba de que tú eras más fuerte que cualquier contratiempo.

-Tal vez, en unos meses, ya no tenga que ir a quimioterapia.-susurró dejándose acariciar sin reparo alguno.

Debía cuidarlo más que nunca, estar a su lado y hacer que se recuperara lo antes posible. Quería casarme de nuevo con él, hacer pequeños viajes con nuestro hijo y terminar mis días a su lado. Eso es lo que debía hacer, pero bien sabía yo que siempre terminaba destrozándolo todo.



Happy Halloween a todos

El dibujo es mío, yo los hice y los edité. Claramente son Leonore y Jack



Quiero dedicar esta canción especialmente a una persona ... a mi chica.

Espero que te guste princesa



Lestat de Lioncourt