Tainted love

Desconozco el manga. Hace tiempo que tengo la imagen. Si alguien sabe del autor... 

Hacía años que no me sentía inspirado para nada para escribir algo corto y fuera de las Crónicas. Tengo mis novelas, que ya no publico, pero cortos breves de éste calibre... no. Algo está cambiando y es algo para bien.

Me he librado de cadenas y he decidido aceptar el demonio que soy.

Hay tantas cosas que deseo hacer a tu lado. Son demasiadas como para contarlas con facilidad. Echo mi mente a volar y puedo tenerte bajo mi cuerpo, serpenteando y deseando que te torture con mi boca y mis ásperas caricias. Te tengo presa de mis destructivos placeres, los cuales alimentan tu alma con la lujuria y el pecado.

Quisiera devorar tus labios hasta dejarlos adoloridos, hundir mi lengua en tu boca y luchar con desesperación mientras te arranco la ropa. Quiero escuchar como jadeas mientras la cama cruje bajo tu espalda. Necesito notar tus dedos, ligeramente fríos, tirando de mi correa y rogando que baje rápido mi cremallera. Deseo sentir como el fuego nos consume haciéndonos arder en llamaradas de pasión.

Necesito oler el perfume de tu sudor, pasar mi lengua por las gotas acumuladas en tu cuello y mordisquear el lóbulo de una de tus orejas. Haré que jadees mientras escuchas como pronuncio palabras que romperán tus esquemas, destruirán tu alma y consumirán tu cuerpo en una extraña necesidad de dolor y satisfacción.

Haré que me sientas violento y persistente. Apagaré la luz de tus ojos con una venda oscura, de la cual no podrás librarte, y ataré tus muñecas al cabezal de la cama. Enterraré en tus lacios cabellos mis dedos, cerraré en puño mi mano y tiraré de tu cabeza hacia atrás con mi mano derecha, mientras la izquierda eleva tu cadera. Sí, necesito ser el demonio que domine todos tus pensamientos.

Me complaceré con tu respiración entrecortada, tus labios abiertos como los de un pez fuera del agua y el sonido ronco de tus elevados gemidos. Pero, amor mío, eso sólo será el inicio del juego. No pienso darte el placer de llegar a la cima sin dolor ni esfuerzo. Me retiraré, como se retiran los monstruos de las pesadillas, quitando tus ataduras arrojándote lejos del mullido colchón. Haré que te quedes de rodillas frente a mí, implorando piedad en tu absoluta oscuridad, subyugándote a mis instintos más primarios. Profanaré tu boca y la haré templo del pecado, tu lengua será serpiente y yo seré la espada que atraviese el paraíso para destruirla. Deseo obligarte a guardarme en ti.

Pero no confundas. Eso no es maldad, sólo es la carta de presentación. Pues esa correa que con tanta ansiedad quitabas, que tanto te complacía arrebatarme, azotará tu cuerpo marcándote como si fueras Jesús y yo el legionario encargado de cada uno de sus latigazos. Haré que camines como animal, a cuatro patas, arrastrándote de nuevo a un colchón que se habrá convertido en Cielo, Paraíso y Jardín de las Delicias.

Allí, arrinconado entre almohadones y sábanas blancas, te haré mío sin contemplaciones. Haré que grites mi nombre como una Salve a Dios. Te convertirás en mi ángel sin alas y yo en un Dios pagano. Entregaré allí mi último aliento y te ofreceré el rugido del fin de éste acto que transgredirá cualquier libro sagrado. Haré que seas fuente y manjar de un nuevo pecado.