El periodismo ha cambiado poco a poco y ya está demasiado manchado según Daniel Molloy.
Lestat de Lioncourt
Este mundo es demasiado grande para
negar que existen criaturas que desconocemos. Hace algunos meses se
descubrieron los huesos de un animal extinto que coexistió con los
primeros seres humanos y que tenía características similares a lo
que hoy en día conocemos como unicornios. No eran caballos con
cuernos, sino una especie de rinoceronte. Ya se conocía a este
animal pero se creía que nunca habitó este mundo junto con los
intelectuales que están acabando poco a poco, y sin piedad, con
ellos mismos y el resto de habitantes. Los vampiros somos otra raza
más a este amplio abanico de posibilidades aunque la mayoría cree
que sólo somos leyendas. Las leyendas pueden estar basadas en
verdades sobre todo cuando se propagan en distintos pueblos a lo
largo y ancho de este mundo, incluso en las mismas fechas en lugares
separados por mares y océanos.
El ser humano se cree único en su
especie y el ser más inteligente. Siempre ha creído que el rey de
la selva es el león y ellos son los reyes de la cadena evolutiva.
Jamás se han planteado que igual que el león tienen enemigos y que
pueden acabar derrocados. Están acabando con grandes hectáreas de
bosque convirtiéndolos en tierras desérticas y a su vez conociendo
a indígenas que no solían tener contacto con otras culturas. Las
maravillas de la historia son arrancadas de sus lugares de origen
para dejarlas en museos a miles de kilómetros y es algo que sucede
desde la época de la fiebre de las momias, las cuales incluso fueron
destruidas en juegos de azar en casas de burgueses que amaban
desenvolverlas para encontrar sus objetos mortuorios ocultos entre
sus vendas.
El hombre ha dejado siempre el mundo
destruido a su paso como si fueran millones de Atilas correteando
impunes. El nativo americano Sealth, jefe de una tribu, ya predijo
que el hombre “blanco” destruiría todo a su paso por poder,
ambiciones y dinero. Porque el dinero es lo que mueve a esta sociedad
llena de mentiras, odio y deseos sucios que nos llevan a ser egoístas
y despreciables. Los ríos ya no transportan vida, sino muerte en
forma de vertidos porque las fábricas no invierten en los protocolos
necesarios ni siquiera pensando en las grandes sanciones que pueden
caerles, pues conocen a personas que pueden ayudarles a disuadirlas
con facilidad. Los bosques ya no son tan maravillosos y muchos de
ellos terminan calcinados para ser usados como terreno perfecto para
construir millones de pisos que luego no se habitan, que ni siquiera
poseen buenos materiales, porque quieren llenarse a toda costa los
bolsillos esos esos políticos que deberían mirar por el pueblo. Los
mares están siendo explotados sin impunidad por redes de pesca
prohibidas. Las ballenas siguen siendo atacadas, las focas asesinadas
por sus pieles y los corales arrancados para usarlos en la joyería.
Arrasan con todo por unas monedas que luego no les alimentarán
cuando no quede nada. Explotan a otros seres humanos sin importarles
nada. Dueños de empresas como Zara son aclamados por sus grandes
fortunas, pero en la India mueren en sus fábricas cientos de
personas hacinadas como si fueran algo peor que cerdos de engorde.
Por eso cuando camino entre humanos en
las ciudades abarrotadas, llenas de luces de neón que impiden ver
las estrellas, no tengo piedad. Yo nunca he dudado a la hora de
matar. El pequeño sorbo no me interesa. Es cierto que a veces lo
hago por comodidad, pero no es algo que me guste hacer. No disfruto
de ello porque no logro hacer desaparecer a un idiota que respira
demasiado. Diréis que soy un asesino, que no tengo piedad, pero hay
exceso de humanos como lo hubo de vampiros. Aunque yo más bien diría
que hay exceso de idiotas.
Miles de personas se asoman a la red de
redes. La mayoría no consume contenido inteligente, sino que se deja
llevar por las mentiras que se acumulan en cada línea editorial de
periódicos a los que acuden las grandes masas. En países como
Francia se están levantando al fin contra el gobierno por unas
reformas en laborales preciarias, pero no tan precarias como en
España y allí la gente sólo se levanta para manifestarse en contra
de la expulsión de un concursante de Gran Hermano. Los papeles de
Panamá están siendo la comidilla de miles de personas en todo el
mundo, en muchos países han existido manifestaciones porque la
corrupción les ha salpicado, pero en España están más pendientes
de Venezuela que lo que ocurren entre sus altos cargos
institucionales y el presidente del Real Madrid que está más que
salpicado por esos documentos. En Estados Unidos la población
aplauden a un individuo racista, machista y vacío de cualquier
ética. Un hombre sin moral, sin escrúpulos, que sólo vomita odio.
Un ser que es peor que Bush padre e hijo juntos. Alguien que se cree
superior y americano al cien por cien, pero que en realidad es
descendiente de un colono que emigró a Estados Unidos y contribuyó
a la destrucción de los pueblos autóctonos del Norte de América.
Cuando escucho su elegante y vomitivo discurso sobre América me
pregunto si alguna vez se ha dado cuenta que América no es sólo
Estados Unidos, que los americanos son los nativos americanos ya sean
del norte, centro o sur. Y todo esto ocurre frente a nuestros ojos,
es difundido por las redes sociales y muchos se niegan a creerlo. Hay
quienes simplemente se mofan sin siquiera mover un dedo porque creen
que no es importante, ya que lo realmente importante son sus
discusiones sobre doblaje de una película o el argumento de una
serie de televisión.
Soy periodista. Aún me creo un
periodista. He vivido durante muchos años alejado de mi profesión y
de la realidad por miedo. Las pesadillas eran frecuentes y no podía
descansar con tranquilidad. La sangre me volvió loco y perdí
completamente los estribos. La paciencia de Marius y la tranquilidad
de su vida algo ermitaña logró que yo volviese a sentir paz en mi
alma, calma en mi mente y pudiera de nuevo acercarme a un ordenador
descubriendo que Internet ya lo era todo. Suelo escuchar la radio de
Benji, el compañero de quien fue mi creador, retransmitiendo
noticias de todo el mundo que afectan a humanos y vampiros. En
ocasiones habla de espíritus que se han presentado ante vampiros y
que fueron parte de nosotros. También habla de política que afecta
a las empresas que poseemos, pero también al mundo en el que vivimos
que está lleno de mentiras por negocios.
Las guerras que ahora se están
haciendo es para aumentar el flujo de dinero en las empresas
armamentísticas que estaban viéndose algunas en la ruina, pero que
desde hace cinco años están creciendo en beneficios y también en
trabajadores. Las petroleras también están aumentando sus
beneficios y los Bancos jamás tuvieron pérdidas. La crisis fue un
invento para manipular a la población, robarles sus trabajos,
arrodillarlos frente a condiciones infrahumanas, echar a miles a la
calle para que duerman a la intemperie junto a sus hijos o hermanos,
llevar a la quiebra a pequeñas y medianas empresas que torpedeaban
los beneficios de las grandes y generar miedo ante guerras de
alimento y desabastecimiento. En muchos países se les prohíbe la
entrada a ciertos alimentos para que la población se lancen contra
el gobierno, en otros se tiran los alimentos porque no pagan nada en
el mercado por ellos porque hay exceso de productos, y en miles de
puestos de trabajo se reduce personal y se explota al que todavía
está trabajando bajo cuerda.
El capitalismo no genera riquezas, la
genera quien trabaja y el trabajador jamás será clase media cercana
a alta sino clase baja esperando no caer en la miseria. Pero todo
esto no se cuenta en los grandes medios. Sólo se difama a los
políticos que intentan hacer algo distinto, se oculta la verdad
sobre los verdaderos asesinos en masa y se les da publicidad a sus
empresas. Como periodista siento asco y como vampiro siento rechazo.
Marius siempre dijo que hay que cazar
al malvado ¿y no son todos los hombres ligeramente malos? Pocos son
los que aún tienen buen corazón y poseen nobleza en sus actos. El
peor animal en este mundo es el propio hombre y por eso yo no cazo
ratas en la alcantarillas como hacía Louis, yo voy directamente a la
salida de las grandes empresas y los actos de “caridad” donde
estas ratas humanas, con elegantes trajes pagados por el sufrimiento
de sus empleados o de gente que ni siquiera conoce, se reúne para
llorar por un medio ambiente que ellos mismos destruyen. Estas son
las presas que más nos agradan. Lestat caza asesinos y mafiosos,
también vampiros que matan inocentes. Otros muchos cazamos entre la
muchedumbre a idiotas, ricachones e hipócritas.
Peter Parker lucha contra el crimen con
sus telas de araña y yo lucho con mis colmillos. Él es un personaje
de cómic, un héroe y casi un dios para muchos niños. Yo soy un
vampiro que para muchos sólo es un personaje de una saga de libros o
una voz en la radio cuando intervengo, que no es un héroe pero que
tampoco es un villano. Ambos somos una clase de periodistas que son
leyendas, mitología, porque la mayoría de periodistas están a
favor de empresas que os manipulan y os venden falsa tranquilidad o
falsas crisis. Sólo espero que mis palabras os ayuden a ser más
críticos una vez abran el periódico, enciendan su ordenador o
busquen una aplicación de una editorial en vuestros teléfonos
inteligentes que a veces lo son más que sus propios usuarios.
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